Isabel San Sebastián
Una china en el zapato de Rajoy
Aznar es un recordatorio molesto para el presidente, un obstáculo irritante en su apuesta por «el diálogo»
Lo más relevante de la intervención de Mariano Rajoy en el Foro ABC podía escribirse antes de que empezara a hablar. Trescientos sesenta y cinco asistentes, todo el IBEX 35 y buena parte del PIB nacional se encontraban allí, en primer tiempo de saludo, abarrotando los salones del Casino de Madrid.
Nada que ver con la discreta entrada registrada hace algo más de un año, cuando el jefe del Gobierno en funciones acudió en calidad de candidato del PP. El Rajoy que subió esta vez a la tribuna era un líder consolidado y bendecido no solo por su partido, ampliamente representado en sus distintas facciones, sino por el poder económico. "Estos meses le han fortalecido a él y debilitado a sus rivales", sentenció a mi lado un veterano popular tan resistente como el presidente. Es la verdad.
¿Por qué razón, entonces, la mera mención de Aznar le produce un sarpullido? «Gracias por no insistir», respondió a mi pregunta sobre el diagnóstico de la situación hecho por éste la víspera. El público rió la «gracia», pero a él no le hacía ninguna. Aznar es una china en su zapato. Un recordatorio molesto. Un obstáculo irritante en su apuesta por «el diálogo». ¡Con el tándem que harían juntos!
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