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Angela Merkel en el espejo de Rajoy

El líder del PP se fija en la canciller alemana, que va a por su cuarta legislaura y en Génova creen que tienen patrón para largo

Rajoy saluda a la canciller alemana, Angela Merkel, en la pasada cumbre del G20 celebrada en Hamburgo EFE
Itziar Reyero

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Mariano Rajoy se resiste a que Ciudadanos le marque el paso, mucho menos en una decisión que le atañe exclusivamente a él, como es la de ejercer su derecho al sufragio pasivo . Es decir, a presentarse a unas próximas elecciones generales para un tercer mandato, una cláusula restrictiva que hace un año Albert Rivera obligó a firmar al PP para investir a Rajoy, pero que los populares han puesto en cuarentena por considerar que puede ser inconstituciona l . En Génova llevan meses repitiendo que la limitación de mandatos -que José María Aznar se autoimpuso fijándose en el modelo norteamericano-, es propia de sistemas presidencialistas y no representativos, como es el español. Y defienden que la decisión última debe seguir siendo del candidato a propuesta de los propios partidos.

Al presidente del Gobierno y del PPle gusta mirarse en el espejo de Angela Merkel , referente indiscutible de liderazgo político en el tablero mundial, que con 63 años opta ahora a un cuarto mandato. Merkel llegó a la Cancillería en noviembre de 2005 tras vencer en las urnas a Gerhard Schröder y según las encuestas reeditará su poder, hasta los 67. La dirigente alemana ensalzó en público la resistencia política de Rajoy: «Tienes la piel de elefante», le dijo.

En Génova consideran que la limitación de mandatos podría ser inconstitucional por vulnerar el derecho a sufragio pasivo

Rajoy también se ha puesto como referencia al recientemente fallecido Helmut Kohl , que dirigió Alemania entre 1982 y 1998, dieciocho años en total. O en el expremier británico Tony Blair , que gobernó una década. Desde el PP se insiste en que todos ellos han gobernado sin que nadie ponga en duda el carácter democrático de las instituciones alemanas o británicas. De hecho, en Génova consideran que el debate sobre poner fecha de caducidad a los gobernantes es producto ficticio alimentado por propio interés de los nuevos partidos, «que quisieron jubilar a los que nacimos después de 1978», añaden en reproche directo a Albert Rivera.

El presidente del PP, que tiene cumplidos 62 años, ha defendido en alguna ocasión que frente a los «adanes» de la nueva política, la experiencia es un grado. Personalmente, ha reiterado en las últimas semanas que se siente «con ganas e ilusión para seguir» al frente del Ejecutivo, aunque ha rehusado aclarar aún si volverá a presentarse. Lo cierto es que pese al desgaste que le ha supuesto gobernar en medio de la crisis y hacerlo ahora en minoría en un Parlamento muy fragmentado, Rajoy insiste en proclamar que está en el «mejor momento» de su vida.

En términos políticos, está satisfecho de haber sorteado lo peor de la crisis y de haber devuelto al país a la senda de creación de empleo. De hecho, confía en que el reverdecer económico permitirá a España llegar a su objetivo de 20 millones de empleos en 2020, si no en 2019.

Una baza electoral que le empujaría a volver a presentarse a las urnas con garantías de éxito para el PP, según el escenario más esperanzador que manejan en Génova. En el cuartel general de los populares creen por esta razón que tienen patrón para largo y así se han expresado sus principales dirigentes. Desde la investidura, hace un año, nadie internamente discute el liderazgo del jefe. Más bien todo lo contrario. El cierre de filas en torno a Rajoy es total y se han acallado los ecos de las quinielas sucesorias, conscientes todos los aspirantes de que solo el jefe maneja los tiempos de un PP disciplinado en torno a su liderazgo.

Los populares se niegan a dar por amortizado a Rajoy antes de tiempo , que es lo que supondría la aprobación del polémico punto del pacto con Ciudadanos para recortar a dos los mandatos. Pero admiten que si el PSOE se pone de acuerdo con Ciudadanos y Podemos tendrán más difícil oponerse, aunque aspiran a que si se aprueba una reforma legal no tenga carácter retroactivo . Es decir, que no interfiera en los planes personales de Rajoy.

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