Acróbatas del Ejército del Aire

Es muy difícil que la gente vea tu trabajo cuando estás a 30.000 pies de altura. El Ejército del Aire español tiene muchas especialidades, pero todas ellas requieren aplomo, tenacidad, reflejos y, sobre todo, muchas horas de entrenamiento. Pilotos de aviones, cazas y helicópteros, paracaidistas, mecánicos... constituyen un grupo muy importante dentro de las Fuerzas Armadas , pero su entrega y labor, debido a sus características, no siempre son reconocidos como debieran.

Para eso, para divulgar y enseñar de lo que son capaces, están las patrullas acrobáticas. Su misión es la de hacer exhibiciones y participar en competiciones en las que mostrar sus habilidades y acercarse un poco más a la sociedad civil. « Es muy importante que la sociedad nos conozca y, a veces, no es muy sencillo cuando uno tiene que estar de guardia en un pico o realizando una misión a mucha alura. Tenemos la necesidad de mostrar qué es lo que hacemos de alguna manera», explica el general Navarro.

San Javier (Murcia) es la sede de la Academia General del Aire y la base aérea que acogió el jueves la presentación oficial del calendario de exhibiciones de las patrullas para este año. Allí se dieron cita los mejores pilotos y acróbatas del ejército español

Como si de una bandada de aves se tratara, la patrulla Águila sobrevoló el jueves el cielo murciano haciendo un alarde de coordinación y trabajo en equipo. Los siete C-101 Aviojet, conocidos como «Mirlos», hicieron figuras imposibles, siempre juntos, pero con la distancia mínima de seguridad que garantiza el espectáculo y que se consigue con horas de entrenamiento. La preparación de los «águilas» y del resto de patrullas también es un ejemplo de compromiso, ya que los pilotos y militares se deben a su trabajo en misiones y entrenamientos oficiales, por lo que se preparan para las exhibiciones durante su tiempo libre. Las primeras formaciones acrobáticas se remontan a 1954 . momento en el que se empezó a trabajar con los aviones T-6 «Texan», que en las siguientes décadas se fueron sustituyendo por los C-5 «Sabre», momento en el que se constituyó la patrulla Ascua, de las que los «águilas» son deudores. No fue hasta 1985 cuando se constituyó la patrulla Águila.

Los helicópteros son aeronaves que necesitan mantener una flotabilidad y un control cruciales para acercarse a zonas complicadas y planear en condiciones nada ventajosas para los pilotos. Los helicópteros EC 120, Colibrí», realizaron un alarde de control el jueves que visibiliza la preparación de estos pilotos.

Los cinco helicópteros de la patrulla Aspa demostraron que podían acercarse a pocos metros entre sí sin hacer colisionar sus hélices. Lo más destacado, la formación «Quijote», en la que cuatro de las aeronaves se enfrentaban entre sí en círculo y giraban, como si de un molino de viento se tratatase, mientras el quinto componente del equipo hacía de caballero andante e irrumpía en medio del círculo rompiendo la formación. Hasta hace muy poco, este equipo era el único del mundo formado por cinco helicópteros. En enero incorporarona la primera piloto mujer de su historia, Débora Gómez.

«El saltador, al fin y al cabo, tiene que tener la mentalidad de un piloto. Somos todos muy abiertos al cambio y estamos fuera de nuestra zona de cofort . Con la diferencia de que cuando estás en un paracaídas realmente estás suspendido de un trozo de tela con unas cuerdas. Estás expuesto a cambios de viento, intensidad y dirección. Constantemente te tienes que estar adaptando». El teniente jefe de la PAPEA, José Luis Lomas sabe lo que es estar expuesto a las «caídas surísimas» que puede sufrir un paracaidista. La patrulla acrobática de paracaidismo es la otra gran pata del Ejército del Aire cuya misión es divulgar una labor no siempre reconocida.