Inquietud en Gibraltar ante su futuro político

Continúan los incidentes en torno a Gibraltar, con unos gibraltareños de los nervios y un Gobierno español que reclama las aguas no cedidas en el Tratado de Utrecht y ha dado orden al Servicio de Vigilancia Aduanera y a la Guardia Civil de perseguir a toda embarcación sospechosa de actividades ilegales.

Este sábado, España y Reino Unido acordaron mejorar la cooperación en la lucha contra el crimen organizado en la zona; eso sí, «sin perjuicio» de las respectivas posturas en asuntos como la soberanía y la jurisdicción de las aguas que rodean el Peñón. Pero no es este punto el que más preocupa a los gibraltareños, sino la actitud de los ingleses, que van a celebrar un referéndum sobre su salida de la UE . Sólo imaginárselo da vértigo a los «llanitos», ya que un triunfo del «sí» les dejaría colgados de la brocha sin conexión con Europa. Es tal su pánico que han sopesado suscribir el Tratado de Schengen, de eliminación de fronteras.

Pero eso significaría tener que aceptar las normas fiscales de la Europa Comunitaria, base de su privilegiado estatus que les permite tener la tercera renta per cápita del mundo. O sea, salir de un lío y meterse en otro mayor. Así que están gastándose un pastón en promocionar el «no» en ese referéndum y presionan al Gobierno británico para que responda a «los escandalosos actos de agresión en aquellas aguas británicas cuya soberanía ha quedado comprometida». La petición de estacionar una fragata en su puerto nunca fue atendida . Se sienten amenazados por ambos lados, pero ésta no es la España de Zapatero ni aquel el Reino Unido de Thatcher.