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accidente aéreo

La caja negra apunta a que el copiloto pudo estrellar el avión deliberadamente

Andreas G. Lubitz activó el botón de descenso de altitud y se negó «de forma intencionada» a abrir la puerta de la cabina de mando al comandante, que había salido minutos antes. Su respiración se escucha hasta el impacto

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J. ESCARTÍN / J. P. QUIÑONERO

Las conversaciones almacenadas en la caja negra del Airbus A320 de la compañía Germanwings encontrada el pasado miércoles entre los restos del avión siniestrado en Los Alpes apuntan a que fue el copiloto del aparato el que, de manera deliberada, estrelló la aeronave. Según ha avanzado en rueda de prensa el fiscal que investiga el caso, Brice Robin, la grabación demuestra que Andreas Lubitz, de 28 años y contratado por la compañía en 2013 , quiso «voluntariamente destruir el avión»

[Así te estamos contando en directo el accidente del vuelo 4U9525 de Germanwings ]

Según la información recabada, los dos pilotos comparten el vuelo en la cabina intercambiando frases breves, «de forma normal y cortés». En un momento determinado, el comandante del avión Patrick Sonderheimer prepara el briefing del aterrizaje en Düsseldorf, algo procedimental en cualquier operación de vuelo. «Las respuestas del copiloto a las directrices de su superior parecen lacónicas», ha detallado el fiscal

Poco después, y siempre según la información extraída de la caja negra , el comandante pide a su compañero que tome las mandos para ir al baño y deja la cabina. Al volver, se encuentra con la puerta cerrada y llama para que le abra. En esos momentos, el copiloto, aprovechando que se encuentra solo en la cabina, manipula un botón, el Flight Monitoring System (Sistema de Control de Vuelo), para proceder al descenso del aparato. «Una acción que sólo puede hacerse de manera voluntaria con el objetivo dedestruir el avión», ha señalado Robin.

El comandante aporrea la puerta y pide reiteradamente entrar, pero el acceso está bloqueado desde dentro y no recibe ninguna respuesta. Es más, desde la torre de control de Marsella se emitieron llamadas a las que el copiloto no contestó en ningún momento. Según el fiscal, Andreas Lubitz no dijo palabra alguna durante esos ocho minutos de descenso y en la grabación sólo se oye su respiración hasta el impacto final. Sobre si los pasajeros fueron conscientes de lo que estaba ocurriendo en el interior de la aeronave , la investigación concluye que los gritos se escuchan «justo antes de que el avión se estrelle. En el ultimísimo momento».

El fiscal ha hecho especial hincapié en que en estos momentos «no hay nada que haga pensar en un atentado terrorista».El ministro de Interior alemán, en una comparecencia posterior, ha asegurado también que no hay «indicios de trasfondo» que apunten a esa hipótesis, por lo que todo parece indicar que se trataría de un suicidio. La segunda caja negra, la que registra los parámetros técnicos de altitud, rumbo o funcionamiento de los motores, aún no ha sido encontrada, pero los equipos de rescate esperan conseguirlo. El cruce de datos de ambas cajas determinará con total exactitud qué ocurrió durante el vuelo.

«Una trayectoria de descenso inusual»

El responsable de la Agencia de Seguridad Aérea de Francia (BEA), Remy Jouty ya había afirmado el pasado miércoles durante la rueda de prensa que la trayectoria de descenso del vuelo de Germanwings antes de estrellarse en los Alpes era «poco compatible con un avión controlado por pilotos, salvo que ellos lo quisieran estrellar contra la montaña». Jouty añadió que dicha trayectoria, según la información extraída del radar, «era imposible con un avión controlado por el piloto automático». A este respecto, explicó que el avión mantuvo invariable su descenso durante los diez minutos anteriores al accidente.

Muy joven, pero con larga trayectoria

Andreas Lubitz había entrado a trabajar en la aerolínea en septiembre de 2013 y acumulaba 630 horas de vuelo de experiencia . Natural de Montabaur, fue reconocido con la prestigiosa identificación de la Administración Federal de Aviación (FAA) por haber alcanzado los estándares formativos y médicos establecidos por la organización. Lubitz había obtenido su licencia de vuelo en junio del año 2010 y permanecía vigente hasta junio de este año.

Carsten Spohr, presidente de Lufthansa, ha explicado que el copiloto había superado las pruebas médicas que se realizan una vez al año, pero que tras la formación de los pilotos no se realizan otras explícitas. El joven sí hizo un parón en su formación «durante unos meses» en 2008, aunque no ha detallado las razones y ha añadido que después se examinó sin problemas. «Ni en nuestros peores sueños hubiéramos podido imaginar algo así», ha explicado Spohr, asegurando que la aerolínea selecciona el personal con mucho cuidado. «Andreas era cien por cien apto para el vuelo, sin ningún tipo de peculiaridad».

El Airbus A320 de la compañía alemana Germanwings s e estrelló el pasado martes al sur de Francia mientras realizaba el trayecto Barcelona-Düsseldorf. Llevaba 150 personas a bordo, en su mayoría de nacionalidad alemana, española y turca. Algunos cuerpos de las víctimas comenzaron ya a ser rescatados ayer a última hora de la tarde, y ha comenzado la identificación del ADN de los restos recuperados.

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