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¿Cómo empezamos a hablar de Podemos?

Primero la curiosidad, después la desconfianza y, por último, el escándalo fueron los reactivos que posicionaron a Podemos en los medios no audiovisuales. Y siempre de la mano de Iglesias

¿Cómo empezamos a hablar de Podemos? isabel permuy

l.l.c.

Al principio fue Pablo Iglesias. Después a su nombre se añadió la etiqueta Podemos y hasta ahora. La marca política más meteórica de la democracia española ocupa en la actualidad portadas diarias a cinco columnas, titulares interiores a docenas y sesudos análisis que siguen tratando ... de descifrar el fenómeno. Pero, ¿cómo se empezó a escribir de esta opción y sus circunstancias? Su éxito en la prensa -papel o ediciones web- es indisociable de la eficacia tertuliana de su líder y desde el inicio, la presencia de Podemos más allá de lo audiovisual ha sido consecuencia de tres elementos infalibles: una curiosidad galopante mezclada con fascinación, desconfianza y escándalo. Los tres reactivos se dispararon con el triunfo en las elecciones europeas que dio a la formación cinco escaños en Bruselas. Nadie ni nada, y legendaria es ya la miopía del CIS, supo verlo.

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