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Pujol ha ofrecido tres versiones sobre su fortuna en seis meses

El expresidente incurre en numerosas contradicciones sobre la herencia de su padre

Pujol ha ofrecido tres versiones sobre su fortuna en seis meses efe

Janot Guil

Con su declaración del pasado martes ante la juez, el expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, suma ya tres versiones públicas para explicar el porqué de la fortuna que su familia mantuvo oculta al fisco durante 34 años en Andorra . La que explicó en su comunicado del pasado 25 de julio, la que detalló en una comparecencia en el Parlamento catalán el 26 de septiembre y su testimonio en sede judicial. Tres versiones con elementos en común, como que el patrimonio evadido era un dinero que su padre, Florenci, les dejó a a su muerte a su nuera y siete nietos, pero con contradicciones notables y muchas incógnitas.

Responsabilidad

De ser el «único» a desentenderse. «De los hechos descritos y de todas sus consecuencias soy el único responsable», señalaba Pujol en su comunicado del pasado 25 de julio. Ante la juez, sin embargo, el expresidente reiteró que se «desentendió» desde un principio del legado de su padre -«no quise saber nada del dinero»- y hasta afirmó que no sabía en que país ni banco estaba depositado.

Más de un administrador

Dos gestores ya muertos. En su comunicado, Pujol no reveló el nombre del administrador del legado de su padre, aunque hablaba de solo uno. Tampoco lo aclaró en el Parlamento . El pasado martes, declaró que el primer gestor del dinero fue un amigo suyo y de su padre, Delfí Mateu, directivo de Banca Catalana, y luego, antes de que lo asumiera su hijo Jordi, su primo y excargo de la Generalitat, Joaquim Pujol Figa. Tanto Mateu como Pujol Figa, están muertos.

Legado sin papeles

Una carta que no entrega lo acredita. En su nota de confesión, Pujol aludía a una «herencia» de su padre, que no se hizo constar en el testamento, y que explicaría el patrimonio en Andorra de su esposa e hijos. En el Parlamento utilizó este concepto, pero también lo alternó con el de «legado». Ante la juez, no pronunció ni una sola vez la palabra herencia, solo «legado». Herencia o legado, Pujol tampoco acredita que este existiera. El pasado martes reveló que hay una carta manuscrita de su padre que explica sus intenciones de dar dinero a Ferrusola y sus hijos como «hucha» salvadora por si acababan mal por la situación política. «La carta la tiene mi esposa», dijo Pujol a la juez. Pero no lo aportó. Ferrusola, ni tan siquiera declaró ante la instructora.

Por qué lo ocultó

El miedo por su imagen. En el comunicado del pasado 25 de julio, el expresidente de la Generalitat se escudaba en que, durante 34 años, «lamentablemente no se encontró nunca el momento adecuado para regularizar esta herencia». En su declaración en sede judicial, Pujol, y sus tres hijos también imputados por blanqueo y fraude fiscal en esta causa, coincidieron en admitir que no revelaron su patrimonio evadido por «miedo» a que eso dañara la «imagen» del expresidente de la Generalitat. Y confesaron que lo regularizaron, el pasado julio, a raíz de que trascendieran en la prensa sus cuentas en Andorra.

Un montante multiplicado

De 140 a 500 millones de pesetas. Pujol no habló de cifras en su comunicado del pasado 25 de julio a la hora revelar la evasión fiscal. Después, en su comparecencia en el Parlamento catalán, afirmó que el legado de su padre ascendía, a su muerte, a 140 millones de pesetas (en dólares). Ya ante la juez que le ha imputado, Pujol mantuvo esta cifra y afirmó que a lo largo del tiempo, con inversiones que él desconoce, el montante de las cuentas en el extranjero sumó los 500 millones de pesetas. Cerca de los 4,1 millones que su esposa e hijos regularizaron el pasado julio.

El origen y lugar del dinero

Actividades ilícitas de su padre. La nota de confesión de Pujol no entraba en detalles sobre cómo su padre amasó la supuesta fortuna legada a su nuera y nietos; y ni tan siquiera se concretaba en qué país, paraíso fiscal, estaba resguardada. En el Parlamento, el expresidente de la Generalitat soltó prenda y explicó de manera extensa como Florenci amasó dinero con la compraventa de divisas en los años 50 y 60, una actividad ilegal, reiteró ante la juez, pero tolerada por el régimen franquista.

Sobre el paradero del dinero evadido, Pujol nunca ha sido preciso. Nada se detallaba en la nota de julio -«en el extranjero»-, tampoco lo aclaró en el Parlamento y ante la juez él y sus hijos hablaron de Andorra, país donde tenían su fortuna oculta. Con todo, se sabe que antes de Andorra no solo había estado en Suiza, sino también en otro país. Pujol le repitió a la juez que no sabía dónde estaba el legado de su padre antes de pasar a sus hijos. Y que ni lo quiso saber.

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