El año en que España cambió de cara
El Rey Don Felipe - EFE
BALANCE 2014

El año en que España cambió de cara

Desde la jefatura del Estado hasta el líder de la oposición, 2014 se ha llevado por delante a los protagonistas de la actualidad política en los últimos años

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Desde la jefatura del Estado hasta el líder de la oposición, 2014 se ha llevado por delante a los protagonistas de la actualidad política en los últimos años

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  1. Rey Don Felipe

    El Rey Don Felipe
    El Rey Don Felipe - EFE

    Accedió a la jefatura del Estado el 19 de junio, después de que Don Juan Carlos decidiera abdicar la Corona de España. Don Felipe, en su discurso de proclamación, se comprometió a llevar una conducta «íntegra y transparente» para dar ejemplo al resto del país. Un Rey nuevo para un «tiempo nuevo». Entre las novedades introducidas por Don Felipe figuran medidas por la transparencia como una auditoría externa a las cuentas de la Casa del Rey o la publicación de una memoria anual de actividades. Ahora la Familia Real solo podrá desarrollcar actividades de naturaleza institucional, es decir, no podrán trabajar para empresas públicas ni privadas, como hacían Doña Elena, Doña Cristina e Iñaki Urdangarín cuando aún eran miembros de la Familia Real. Otro cambio es que Don Felipe es el encargado de distribuir «libremente» las retribuciones de los miembros de la Familia Real. Antes se hacía de acuerdo con unos porcentajes. El Rey ha modernizado así una Monarquía que muestra un mayor acercamiento a los españoles, incluyendo a representantes de la sociedad civil en las audiencias. Por primera vez, las asociaciones de gais, lesbianas y transexuales han sido invitadas a los actos de la Corona. Las tabletas y los ordenadores portátiles han sustituido al papel como herramientas habituales de trabajo en el despacho del Rey.

  2. Rey Don Juan Carlos

    El Rey Juan Carlos
    El Rey Juan Carlos - Efe

    «A los efectos constitucinales procedentes, adjunto el escrito que leo, firmo y entergo al Señor Presidente del Gobierno en este acto, mediante el cual le comunico mi decisión de abdicar la Corona de España». Don Juan Carlos entregó firmado este documento a Mariano Rajoy el 2 de junio, poco antes de que el presidente anunciara la renuncia del Rey en una comparecencia que ponía fin a 39 años de Reinado. La etapa de mayor libertad, progreso, paz y estabilidad de España. Después del relevo en la jefatura del Estado, Don Juan Carlos, que conserva el título de Rey, contempla la vida oficial desde la barrera. Salvo un viaje oficial a Colombia, donde se reunió con el presidente Juan Manuel Santos, las apariciones en público de Don Juan Carlos han consistido en salidas privadas a restaurantes, aparte de su asistencia a algún espectáculo deportivo.Don Felipe ocupa ahora el que fuera el despacho del Rey Juan Carlos durante más de cuatro décadas. El Rey padre tiene un pequeño despacho privado en su residencia y podrá disponer de otro en el Palacio Real, donde recibirá a las personas que le visiten.

  3. Infanta Doña Cristina

    La Infanta Cristina, el día de su declaración ante el juez Castro
    La Infanta Cristina, el día de su declaración ante el juez Castro - Ángel de Antonio

    A comienzos de año, el 7 de enero, Doña Cristina fue imputada por segunda vez en el «caso Nóos». El juez Castro acusó a la Infanta de fraude fiscal y blanqueo de capitales, dando lugar a una declaración de seis horas en los juzgados de Palma. Una declaración histórica. Hasta ese 8 de febrero, ninguna Infanta había tenido que comparecer ante un magistrado. El juez Castro ya la imputó en abril de 2013, pero en aquella ocasión tuvo que suspender la citación después de que la Fiscalía Anticorrupción presentara un recurso ante la Audiencia Provincial de Palma. En su declaración de febrero, la Infanta se desentendió de la gestión de Aizoon, la empresa que creó al 50% con Iñaki Urdangarín, porque confiaba plenamente en su marido. Asimismo, se desligó de la administración de la sociedad familiar y aseguró que no participó en ninguna actividad del Instituto Nóos. Pese a ello, Castro mantuvo la imputación por supuestos delitos fiscales y de blanqueo en el auto de procedimiento abreviado del mes de junio, y proponía que fuera juzgada junto a Urdangarín y el resto de imputados. La defensa de la Infanta y el fiscal Anticorrupción pidieron la exoneración de la Infanta. La Audiencia de Palma, en noviembre, levantó el blanqueo, pero mantuvo el delito fiscal. Ahora será el juez Castro quien decida si aplica o no la doctrina Botín, que libraría a Doña Cristina de sentarse en el banquillo. Mientras llega esta resolución, la Infanta sopesa renunciar a sus derechos dinásticos.

  4. Miguel Arias Cañete

    Miguel Arias Cañete
    Miguel Arias Cañete - Efe

    La entrada del exministro de Miguel Arias Cañete en la Comisión Europea ha sido uno de los argumentos esgrimidos por el Gobierno para certificar el creciente peso internacional de España. Con todos sus objetivos complidos al frente del Ministerio de Agricultura, Rajoy nombró a Arias Cañete «número uno» del PP para las elecciones europeas. Su resultado no fue el esperado. Ganó los comicios, con tres puntos sobre el PSOE, pero se dejó 16 puntos respecto a 2009. Con todo, el presidente del Gobierno postuló la candidatura del exministro para la Comisión de Jean-Claude Juncker, que lo designó comisario de Acción por el Clima y Energía. Arias Cañete arrastró durante el proceso de confirmación unas polémicas declaraciones en precampaña que fueron interpretadas como machistas. Isabel García Tejerina relevó a Arias Cañete al frente de la cartera de Agricultura.

  5. Alberto Ruiz-Gallardón

    Gallardón anuncia su dimisión
    Gallardón anuncia su dimisión - Reuters

    Lo apostó todo a su reforma de la ley del aborto y, tras la renuncia de Rajoy a su proyecto, el ministro de Justicia decidió dimitir. Alberto Ruiz-Gallardón provocó la segunda crisis de Gobierno con su marcha. Pero las circustancias no tuvieron nada que ver con las de Miguel Arias Cañete. El exministro de Agricultura dejó el Gobierno por una comisaría en la Unión Europea. Gallardón, por no sentirse respaldado por el jefe del Ejecutivo. El Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de la ley del aborto en diciembre de 2013, lo que provocó un agrio debate entre partidarios y detractores de la iniciativa. Tanto que Gallardón modificó su proyecto inicial, que solo contemplaba dos spuestos para que la mujer pudiera poner fin a su embarazo, el de la violación y el de grave peligro para la salud física o psicológica de la madre. Gallardón también se quemó con otras medidas como la ley de tasas judiciales o por su enfrentamiento con los jueces por la reforma del Poder Judicial. Tras dejar el Gobierno, Gallardón ingresó en el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid con un sueldo de 8.500 euros al mes. En sus primeras manifestaciones públicas tras su marcha de la política, Gallardón dijo que le daban «asco» los motivos que tumbaron su ley del aborto.

  6. Ana Mato

    Ana Mato
    Ana Mato - Efe

    Tres crisis de Gobierno en un año. Las tres crisis de un Ejecutivo que hasta 2014 se había destacado por su estabilidad. Primero fue Miguel Arias Cañete, que se marchó a Bruselas. Después, Alberto Ruiz-Gallardón, desacreditado con la ley del aborto. Y, la última, Ana Mato. No fueron los recortes en Sanidad, ni la gestión del ébola. El «caso Gürtel», que acechaba a la exministra de Sanidad desde hace tres años, forzó su cese. Considerada por el juez Ruz «partícipe a título lucrativo» de la trama delictiva, Mato ha conocido todos los recovecos del PP en diversos puestos de su cúpula. Ha sido una estrecha colaboradora tanto de José María Aznar como del propio Rajoy, una «pata negra» del partido. Pero como ministra ha sido uno de los blancos preferidos por la oposición, que pidieron su cabeza por la gestión de diversos asuntos sanitarios, entre ellos el caso de ébola detectado en España. El «caso Gürtel» ha terminado por sacarla del Ejecutivo.

  7. Alfredo Pérez Rubalcaba

    Alfredo Pérez Rubalcaba
    Alfredo Pérez Rubalcaba - afp

    Después de 21 años como diputado, de ser vicepresidente con José Luis Rodríguez y ministro, antes, con Felipe González, Alfredo Pérez Rubalcaba termina 2014 en la universidad. Incapaz de reflotar un PSOE hundido desde el estallido de la crisis, los resultados de las elecciones europeas terminaron por aniquilar a quien le disputara a Mariano Rajoy la presidencia del Gobierno en el año 2011. La de Rubalcaba fue una marcha a plazos. Anunció en junio que en septiembre dejaría su escaño para volver a dar clases de Química en la Universidad Complutense. Y un mes antes, en mayo, después de las europeas, Rubalcaba hizo pública su decisión de abandonar el poder orgánico al frente de su partido y convocar un congreso extraordinario en julio. El exsecretario general del PSOE ha formado parte de todas las legislaturas desde 1993. Ha sido ministro de Educación y Ciencia (entre 1992 y 1993), ministro de la Presidencia (de 1993 a 1996), portavoz del Grupo Parlamentario Socialista (de marzo de 2004 a abril de 2006), vicepresidente primero del Gobierno y portavoz (en 2011) y ministro del Interior (entre 2006 y 2011).

  8. Pedro Sánchez

    Pedro Sánchez
    Pedro Sánchez - AFP

    No se cansa de repetir que, si gana las elecciones generales, será el primer presidente del Gobierno que habrá estado en paro. Pedro Sánchez, un diputado desconocido hasta la renuncia de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE, tiene la misión de reflotar a un partido que ha ido de fracaso en fracaso en las últimas elecciones. Superó a Eduardo Madina en un proceso de primarias inédito en las filas socialistas. Para ello contó con el apoyo de Susana Díaz, presidenta de Andalucía y líder de la federación con más poder en el PSOE. Desde que asumiera la secretaría general en julio, Sánchez ha combinado una decidida apuesta contra la corrupción con medidas muy criticadas. «Ocurrencias» como la supresión del Ministerio de Defensa, funerales de Estado para las víctimas de la violencia de género o su llamada a «Sálvame» para pronunciarse en contra del maltrato animal. Sánchez tampoco ha sido claro a la hora de pronunciarse sobre asuntos tan importantes como la reforma de la Constitución, que sigue sin concretar, o la posición del PSOE ante el desafío secesionista de Cataluña, asunto en el que hace juegos de equilibrios con el PSC. Susana Díaz, su gran valedora, no quiere que el PSOE favorezca ningún trato de favor a Cataluña. La presidenta andaluza no desvela si presentará su candidatura a la presidencia del Gobierno. Sánchez lo hizo a la vuelta del verano.

  9. Alfonso Guerra

    Alfonso Guerra
    Alfonso Guerra - Jaime García

    Diputado por Sevilla desde las elecciones constituyentes, «todopoderoso» vicepresidente de Felipe González, Alfonso Guerra seguía allí. Sin presentar una sola iniciativa parlamentaria en esta legislatura, sin protagonizar ninguna intervención parlamentaria. «Llevo cincuenta años cotizando —dijo el día que anunció su marcha—. Ya está bien». Podría haberse ido antes. De hecho, según explicó, Guerra no pretendía presentarse en las listas del PSOE en las elecciones de 2011 y ya le comunicó a Rubalcaba su intención de dejar la política hace un año. Pero su marcha se produce un año marcado por el fin de muchos de los mitos de la Transición: la abdicación del Rey, la muerte de Adolfo Suárez... Guerra era el último superviviente.

  10. Pablo Iglesias

    Pablo Iglesias
    Pablo Iglesias - Isabel Permuy

    Con solo cinco meses, Podemos irrumpió en las elecciones europeas como el cuarto partido más votado. Cinco eurodiputados que, a los diez de meses de vida de la formación, se antojan pocos. Según las encuestas, el partido de Pablo Iglesias tendría casi tantos votos como el PSOE en unas elecciones generales. Y cada vez está más cerca del PP. Todo esto ha sido posible gracias a popularidad obtenida por Pablo Iglesias en las tertulias. En ellas —primero él y, después, una legión de politólogos de la Universidad Complutense de Madrid— ha cargado contra la « casta», los culpables de la crisis. En ellas vendió soluciones «mágicas», según los críticos, que luego fueron en su programa electoral: una renta básica universal, una «auditoría ciudadana» para no pagar la deuda ilegítima, un referéndum para salir de la OTAN o la expropiación de viviendas. Asegurado el voto de la izquierda más extrema, la que vota IU, Podemos se ha puesto camino de la centralidad. Lo que empezó el año como una movimiento asambleario se ha convertido en un partido como los de la «casta». La organización horizontal tiene ahora un liderazgo claro: el de Iglesias y su círculo de confianza. La admiración por Venezuela ya se queda en Suecia. Y el programa las europeas es historia, pues Podemos trabajará trabajará en otro, partiendo de cero, más ajustado a la realidad. «En política nunca hay que comprometerse a algo que no se pueda cumplir inmediatamente», dice el Pablo Iglesias de fines de año.

  11. Jordi Pujol

    Jordi Pujol
    Jordi Pujol - Inés Baucells

    El patriarca del nacionalismo catalán confesó el 25 de julio que, unos días antes, había regularizado unos fondos relacionados con la herencia de su padre que había tenido en el extranjero durante tres décadas. Pujol pidió «perdón» a los catalanes, pero eso no impidió que aquel día comenzara el fin del mito del catalanismo. La tormenta política generada provocó que, cuatro días después, se viera obligado a dimitir como presidente honorífico de CDC y CiU y a renunció a su sueldo vitalicio. También devolvió al Ayuntamiento de Barcelona la Medalla de Oro de la Ciudad, que le fue otorgada en 1992. El Ministerio del Interior hizo público que la cantidad estimada de la fortuna de los Pujol podría rondar los 1.800 millones de euros. A finales de septiembre acudió al Parlamento catalán para responder por la herencia de su padre. En su comparecencia, Pujol defendió su legado en la Generalitat y su honradez. La Audiencia de Barcelona tiene abierta una investigación sobre la fortuna oculta de Pujol al entender que de su carta de confesión se desprenden «indicios de haberse cometido, cuanto menos, un delito contra la Hacienda Pública». Y Jordi Pujol, su esposa y tres de sus hijos, Marta, Mireia y Pere, están citados a declarar como imputados por ser «sospechoso» que sus fondos provengan de una herencia de más de 30 años sin documentar. Así ha muerto el mito del «pujolismo».

  12. Artur Mas

    Artur Mas, presidente de la Generalitat
    Artur Mas, presidente de la Generalitat - Efe

    El proceso indepedentista impulsado desde la Generalitat de Cataluña por Artur Mas llegó en noviembre, con la celebración de una consulta suspendida en dos ocasiones por el Tribunal Constitucional, al objetivo fijado para este año. Desde el adelanto electoral de 2012, Mas ha ido enrocándose cada vez más en su postura, improvisando estrategias a medida que la ley tumbaba sus promesas. 2014 comenzó con el visto bueno del Parlamento catalán a pedir poderes al Congreso para convocar el referéndum. La Cámara Baja lo rechazó por amplia mayoría en febrero, pero por el camino se quedaron tres diputados del PSC que rompieron la disciplina de voto en Cataluña. Así que en marzo CiU, ERC, Iniciativa y CUP (88 diputados de 135) decidieron fijar la celebración el referéndum para el 9 de noviembre con una doble pregunta: «¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?» y, en caso afirmativo, «¿quiere que sea un Estado independiente?». El Congreso, en un debate que duró todo el día y al que no se presentó Artur Mas, sino tres representantes de CiU, ERC e ICV, volvió a rechazar la propuesta con 299 «noes», 47 «síes» y una abstención. La respuesta de la Generalitat fue aprobar en el Parlamento la ley de Consultas, un intento de darle amparo legal a la consulta. Eso fue en julio, mientras Rajoy afirmaba que la consulta ni se podía ni se iba a celebrar. Mas elevó (más) el tono y pidió para 11 de septiembre una gran movilización por la independencia. Más de un millón de personas salieron a la calle en la Diada. Tres semanas después, el 27 septiembre, Mas firmó el decreto de convocatoria del 9-N. El Gobierno lo impugnó de inmediato ante el TC, que suspendió el referéndum. Eso obigó de nuevo a Mas a proponer una vía alternativa, que consistió en una jornada de «participación ciudadana», con «locales abiertos, urnas y papeletas», pero sin decreto de convocatoria. El Gobierno estimó que esta vía también era inconstitucional y lo recurrió. De nuevo, el TC lo suspendió. De nada sirvió, pues más de dos millones de catalanes votaron en un simulacro de consulta al frente del cual se puso la Generalitat, con Mas y su vicepresidenta como caras visibles. Por este motivo la Fiscalía presentó una querella contra Mas y dos consejeras por varios delitos. Con este escenario, Mas presentó una nueva hoja de ruta con el objetivo de crear un Estado propio en 18 meses. Su estrategia pasa por concurrir con una lista única a unas elecciones plebiscitarias y, a partir de ahí, crear estructuras de Estado para unos futuras elecciones constituyentes.

  13. Carme Forcadell

    Carme Forcadell
    Carme Forcadell - efe

    Detrás del desafío independentista del presidente de la Generalitat, Artur Mas, se encuentra Carme Forcadell, presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Concejal en Sabadell entre 2003 y 2007 por ERC, la «lideresa» del soberanismo catalán ha continuado marcando este año la agenda de Mas. Su eclosión como líder popular se produjo en 2012, con la celebración de la multitudinaria diada el 11 de septiembre. Este año, la ANC ha estado detrás de la «V» catalana, otra manifestación por la independencia en el centro de Barcelona. Forcadell se encarga de que Mas no frene su deriva separatista. Así, rechazó que el presidente catalán renunciara a celebrar la consulta del 9-N como lo tenían previsto antes de la doble suspensión del Tribunal Constitucional. Finalmente accedió al simulacro de consulta de Mas, pero exigió un adelanto electoral y una lista de «país». El plan de la ANC pasa por celebrar elecciones antes del 15 de febrero de 2015, una «candidatura de país» con un gobierno de «perfil técnico» para el día a día y una declaración de soberanía en tres meses. Forcadell también contempla una Constitución catalana y la creación de estructuras para un «país catalán» para la proclamación de la independencia en un plazo de entre 6 y 18 meses.

  14. Rosa Díez y Albert Rivera

    Albert Rivera y Rosa Díez
    Albert Rivera y Rosa Díez - Ángel de Antonio

    El culto a sí misma de Rosa Díez y los recelos de Albert Rivera abortaron la alianza de la que pudo ser la alternativa liberal al bipartidismo. La líder de UPyD accedió a sentarse a hablar con el presidente de Ciudadanos, que reclamaba una alianza desde hace meses. Pero lo hizo forzada por Francisco Sosa Wagner, su cabeza de lista en las elecciones europeas. Este publicó un artículo de opinión, a mediados de agosto, donde apostaba por un pacto electoral con Ciudadanos de cara a las citas electorales de 2015. En esa tribuna, además, criticó el «autoritarismo» y las maneras «sectarias» de Díez. Eso dio lugar a un enfrentamiento abierto en los medios de comunicación que se intentó zanjar con la convocatoria de un Consejo Político extraordinario para decidir la pertinencia de un pacto con Albert Rivera. UPyD estableció una amplia lista de requisitos para posibles entendimientos electorales y Sosa Wagner quedó desacreditado. Rosa Díez optó por destituirle como portavoz del partido en Bruselas y, poco después, sin ningún tipo de relación entre el eurodiputado y Madrid, Sosa Wagner cayó. La interlocución con Ciudadanos siguió abierta unas semanas más, pero ambos grupos no fueron capaces de limar sus diferencias. UPyD concurrirá en solitario los próximos comicios, estancado en las encuestas por el tsunami Podemos y el atractivo, también en Madrid, de Rivera. El líder de Ciudadanos criticó que UPyD «solo buscaba el desacuerdo».

  15. Cayo Lara

    Cayo Lara
    Cayo Lara - efe

    Después de seis años al frente de IU, Cayo Lara ha decidido no encabezar las listas de la coalición en las próximas elecciones generales. Lo hace para transmitir un mensaje de renovación, pero detrás de esta decisión está el avance de Podemos, que ha arrinconado a IU en las encuestas. Lejos queda la remontada electoral de 2011. La popularidad de Pablo Iglesias obliga a IU a mover ficha, y Alberto Garzón, de 29 años, es el señalado. Garzón, amigo del secretario general de Podemos, dice que sería irresponsable no confluir en los próximos comicios. Pero también aboga por que IU mantenga sus siglas y su programa. Lara vigilará estre proceso como coordinador federal, cargo que no abandonará antes de 2016.

  16. Cándido Méndez

    Cándido Mëndez
    Cándido Mëndez - AFP

    El líder de UGT tiene «más pasado y presente que futuro», y por eso se dispone a abandonar la dirección del sindicato. No saldrá por ninguno de los escándalos de corrupción que afectan a UGT, sino porque quiere «refundar» la organización y llevar a cabo un proceso de fusión de federaciones. Cándido Méndez no optará a la reelección como secretario general en el próximo Congreso Confederal del sindicato, que se adelantará al año 2016. También se llevará a cabo una reestructuración de las Uniones Territoriales. Méndez, con 62 años, dirige UGT desde 1994, cuando sustituyó a Nicolás Redondo, tras recibir el apoyo del sindicato frente al otro candidato, Manuel Fernández «Lito».

  17. Magdalena Álvarez

    Magdalena Álvarez
    Magdalena Álvarez - Jaime García

    En julio de 2013 la exministra socialista Magdalena Álvarez fue señalada por la juez Mercedes Alaya por el caso de los ERE irregulares en la Comunidad andaluza. Comenzó entonces la cuenta atrás que terminaría, este 2014, con la renuncia a la vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Entre medias, una resolución judicial que imputaba a la exconsejera andaluza haber sido, «en connivencia con otros, una de las promotoras del procedimiento ilegal de ayudas sociolaborales» que el Gobierno andaluz mantuvo entre 2000 y 2011. Ella siempre defendió su inocencia. Pero en marzo de 2014 la magistrada le impuso una fianza civil de 29.568.129 euros. Eso provocó que el BEI se planteara si la permanencia de Álvarez en su órgano de dirección era oportuno. El Gobierno español instó al organismo a decidir si debía mantenerse en el cargo en esas circunstancias. Así que, en junio, Álvarez anunció su renuncia al cargo. Dijo que el caso de los ERE no tenía nada que ver en su decisión, y acusó al PP de maniobrar en su contra. Fue después de esa dimisión, en octubre, cuando la Audiencia Provincial de Sevilla anuló la fianza impuesta por Alaya. Álvarez, mientras se resuelve su situación judicial, ha pedido la reincorporación a su puesto de trabajo como inspectora de Hacienda. No ganará tanto como en el BEI. Su nómina ascendía a 22.963 euros al mes, a lo que sumaba las dietas por alojamiento que equivalían al 15% de su sueldo y 991 euros al mes como gastos de representación.

  18. Adolfo Suárez

    La capilla ardiente de Suárez se instaló en el Congreso
    La capilla ardiente de Suárez se instaló en el Congreso - abc

    La muerte de Adolfo Suárez reconcilió a España con su mejor memoria de la Transición. Fue su hijo, Adolfo Suárez Illana, quien anticipó un «final inminente». Dos días después, el 23 de marzo, Suárez fallecía. Habían sido once años desde que le detectaran un alzhéimer que apartó al expresidente del Gobierno de la vida pública. La última fotografía en la que se ve a Suárez con vida aparece junto al Rey Don Juan Carlos: ambos caminan por un jardín y el Monarca apoya su brazo derecho en la espalda del expresidente. De Suárez, el Rey dijo que «fue un hombre de Estado, un hombre que puso por delante de los intereses personales y de partido el interés del conjunto de la nación española». Rajoy destacó la «grandeza histórica» de Suárez, y Rubalcaba, todavía al frente del PSOE, que «supo unir a quienes desde posiciones políticas distintas compartían con él un compromiso por la libertad». Todas las personalidades del Estado, desde los presidentes autonómicos a los exjefes del Gobierno español, acudieron a un funeral de Estado que contó con una nutrida representación internacional. Este homenaje tuvo lugar ocho días después del fallecimiento de Suárez y seis tras su entierro en la Catedral de Ávila, junto a su mujer, Amparo Illana. Tras su muerte, el Congreso acogió la capilla ardiente, por la que pasaron más de 30.000 ciudadanos para darle el último adiós.

  19. Griñán y Chaves

    José Antonio Griñán y Manuel Chaves
    José Antonio Griñán y Manuel Chaves - Efe

    El caso de los ERE irregulares de la Junta de Andalucía ha terminado llevando a sus dos últimos expresidentes, los socialistas José Antonio Griñán y Manuel Chaves, al Supremo. El alto tribunal asumió a mediados de noviembre su competencia para investigar a los dos exdirigentes. La juez Alaya los acusa de haber contribuido a idear, implementar y mantener activa, pero oculta, «una auténtica subversión del ordenamiento jurídico». El sistema fraudulento comenzó en el año 2000 y se alargó durante un periodo aproximado de doce años. Este método permitía disponer de importantes cantidades de dinero ascendentes a 855 millones de euros para hacer efectivos aquellos pagos «sin sujetarse al procedimiento y controles propios de las subvenciones, a pesar de que esa era la naturaleza jurídica de las referidas ayudas». El Supremo, de momento, se limitará a verificar si en la exposición de la juez instructora se derivan hechos delictivos. A partir de ahí, decidirá si juzga o no a Chaves y Griñán. Se trata de un problema de primer orden para el PSOE. Su secretario general, Pedro Sánchez, defiende la inocencia de los dos expresidentes socialistas mientras dice en su partido no cabe la corrupción. Susana Díaz, que fue mano derecha de Griñán, avisa de que no le temblará la mano a la hora de expulsar a los corruptos de su partido.

  20. Francisco Granados

    Francisco Granados fue detenido por un caso de corrupción
    Francisco Granados fue detenido por un caso de corrupción - Efe

    La detención de Francisco Granados, ex número dos de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid, fue el último escándalo de un mes de octubre fatal para la confianza de las instituciones públicas. La resaca de las tarjetas opacas de Caja Madrid, la torpeza de los primeros días en la gestión de la crisis del ébola, la imputación del ex secretario general del PP Ángel Acebes… y la trama Púnica. Más de treinta personas fueron detenidas en distintos puntos de España por integrar una red de cobro de comisiones a cambio de contratos públicos. Al frente de ella estaba Francisco Granados, otrora mano derecha de Aguirre, y el empresario David Marjaliza. Los ayuntamientos abrían procedimientos de contratación pública concertados con empresas de la órbita de la cerebros de la trama, quienes influían a lo largo de todo el expediente de contratación, desde su preparación y redacción hasta la valoración de las ofertas y la adjudicación. Los alcaldes arrestados falseaban informes técnicos para reflejar actuaciones que en realidad no se habían realizado o adjudicaban trabajos sin contrato previo. Los contratos, en algunos casos, alcanzaron los 100 millones de euros. Granados cobraba todo tipo de sobornos: casas, coches, viajes e incluso cacerías de lujo. Estas monterías, que tenían un coste de 9.000 euros por cazador, las pagaban constructores con intereses inmobiliarios en la Comunidad de Madrid. Cacerías en las que, según desveló ABC, se llevaban a cabo «bodas de sangre», timbas de póquer e incluso se ofrecía el servicio de prostitutas. El clima de indignación generalizada en la opinión pública obligó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a pedir disculpas en el Senado por los casos de corrupción dentro de su partido. Las encuestas posteriores a este mes de octubre dieron a Podemos como primera fuerza política en intención de voto.