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El Constitucional prohíbe grabar conversaciones entre detenidos en comisaría

La sentencia declara que ha sido vulnerado el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones de un detenido

El Constitucional prohíbe grabar conversaciones entre detenidos en comisaría óscar del Pozo

EP

La Sala Segunda del Tribunal Constitucional (TC) rechaza que puedan grabarse las conversaciones que los detenidos mantienen en los calabozos porque este tipo de intervenciones no están previstas ni por la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) ni tampoco en la Ley General Penitenciaria.

Así se establece en una sentencia del tribunal de garantías en la que se estima el recurso de amparo de un condenado por delito de asesinato, Fernando A.A., quien tras su detención fue objeto de grabaciones en dependencias policiales. La resolución declara la nulidad de esas escuchas como prueba de cargo.

La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Fernando Valdés Dal-Ré, declara que ha sido vulnerado el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones.

Esta decisión no invalida la condena del recurrente, que la sentencia que dictó contra él Audiencia Provincial de Zaragoza en julio de 2010, confirmada posteriormente por el Supremo, que se basaba también en otros otros elementos de prueba ajenos a las escuchas ahora invalidadas.

La intervención secreta, sin amparo

La sentencia del TC explica que, según reiterada jurisprudencia del Tribunal, la injerencia en el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones -artículo 18.3 de la Constitución- «deberá hallarse fundamentada en la ley, la cual habrá de expresar todos y cada uno de los presupuestos y condiciones de la intervención, lo que requiere en este caso una ley de singular precisión?».

En este caso, la intervención de las comunicaciones se practicó al amparo del artículo 579.2 de la LECrim, así como de diversos preceptos de la Ley General Penitenciaria y del Reglamento Penitenciario.

Respecto a la primera de las citadas normas, el Constitucional advierte de que «abierta e inequívocamente no regula una intervención secreta de las comunicaciones directas en dependencias policiales entre detenidos».

El citado artículo de la LECrim «se refiere de manera incontrovertible a intervenciones telefónicas, no a escuchas de otra naturaleza, ni particularmente a las que se desarrollan en calabozos policiales y entre personas sujetas a los poderes coercitivos del Estado por su detención, como las que aquí resultan controvertidas; ámbito que por su particularidad debe venir reforzado con las más plenas garantías y con la debida autonomía y singularidad normativa», señala el TC.

Por lo tanto, «la doctrina elaborada por el Tribunal Constitucional y por la Sala Segunda del Tribunal Supremo sobre la insuficiencia de la regulación legal en materia de comunicaciones telefónicas)y la posibilidad de suplir los defectos de la Ley, no puede ser trasladada a un escenario de injerencia en el secreto de las comunicaciones en el que no exista previsión legal alguna».

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