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ABC recorre la España real

Ruta por los «aeropuertos sin aviones»

«Aeropuerto sin aviones, como la sandía sin pepitas, es una novedad de los últimos años en España. El aeropuerto sin es una categoría propia de la España del batacazo económico. Seseña en aeródromos. El más famoso, el de Castellón, que se inauguró en marzo de 2011. No tenía ni licencia de apertura»

Ruta por los «aeropuertos sin aviones» ABC

ROSA BELMONTE

«Si lo construyes, ellos vendrán», decía una voz a Kevin Costner en «Campo de sueños». El granjero construyó un campo de béisbol en su maizal y aparecieron legendarios jugadores muertos con sus guantes, sus bolas y sus bates. En España parece que algunos iluminados autonómicos hubieran oído la misma voz en los últimos años. «Si lo construyes, los aviones vendrán». De momento, no han venido. El aeropuerto sin aviones, como la sandía sin pepitas, es una novedad de los últimos años en España. El aeropuerto sin es una categoría propia de la España del batacazo económico. Seseña en aeródromos. El más famoso, el de Castellón, que se inauguró en marzo de 2011. A dos meses de las elecciones autonómicas. No tenía licencia de apertura ni fecha para el inicio de vuelos. Pero allí que fueron Francisco Camps, presidente de la Generalitat, Carlos Fabra, de la Diputación de Castellón, y un cura para bendecirlo. Sólo faltaban Luis Escobar, Saza y Berlanga para rodar «Aeropuerto Nacional».

También llegaron unas 1.500 personas en autobuses. «Hoy empieza la transformación socioeconómica de Castellón», dijo Fabra. Y lo mejor: «Hay quien dice que estamos locos por inaugurar un aeropuerto sin aviones. No han entendido nada. Durante mes y medio cualquier ciudadano que lo desee podrá visitar esta terminal o caminar por las pistas de aterrizaje, algo que no podrían hacer si fueran a despegar o aterrizar aviones. Es un aeropuerto para las personas». Luego lo fue para los halcones, para una pista mal hecha, para carreras de coches y para una estatua de 300.000 euros en honor de Fabra que se oxidó a los 60 días. La Defensora del Pueblo en su informe de 2013 criticó la «planificación deficiente y una inexistente evaluación estratégica de planeamiento aeroportuario». Más de dos años después y con las certificaciones avanzadas, las previsiones son que opere en otoño. Lavalin, multinacional canadiense que gestiona el aeropuerto, espera atraer a 50.000 viajeros el primer año.

El último aeropuerto con apertura próxima es el de Corvera (Murcia). Se publicó que iba a abrir en diciembre pero sin que pudieran operar aviones. ¿Otro Castellón? ¿Otro sin sin? (sin necesidad y sin aviones). El consejero de Fomento de la Comunidad de Murcia, Manuel Campos, que lo había anunciado, salta inmediatamente: «¡Cómo voy a abrir un aeropuerto sin aviones! Estaría yo loco». Campos pone el ejemplo de un restaurante: «Si yo no digo que abro un restaurante no voy a tener reservas. Actualmente estamos tramitando el crédito participativo y el gestor aeroportuario está tramitando la certificación de aeropuerto, la de torre y la de los sistemas CNS, que son los sistemas de seguridad». El crédito participativo del que se espera el visto bueno de la Comisión Europea permitiría liberar a la Comunidad Autónoma del aval de 182 millones que dio en su día a la concesionaria para que lo construyera. En 2006, se adjudicó a un consorcio liderado por Sacyr.

¿Pero cuándo será un aeropuerto de verdad, con aviones? «Si pactamos un cierre programado con San Javier, los primeros vuelos podrían llegar en enero o febrero» . Curiosamente, en 2015 hay elecciones autonómicas. «El aeropuerto está terminado y no tiene nada que ver con las elecciones. Lo que habría sido temerario es no hacer lo que estamos haciendo con el aeropuerto terminado hace más de un año», concluye Campos, fiscal de carrera. Las previsiones son optimistas. De hecho, una de las condiciones de Bruselas para autorizar la ayuda es que Corvera no supere el millón de pasajeros en los dos primeros años. Que no se llegue al turista un millón, que cantarían Cristina y los Stop. Cuando una se acerca a Corvera lo único que ve es un secarral. Incluso maleza rodando, como en una película del Oeste, al lado de las garitas de seguridad que impiden acceder al recinto. El edificio, la torre y hasta los depósitos de combustible impresionan en ese desierto. Parece una edificación secreta del Gobierno en Arizona. El consejero, a principios de agosto, ni siquiera lo había visitado.

Otra modalidad aeroportuaria española es la de Ciudad Real. El aeropuerto está en concurso de acreedores y a la venta. Con la licencia prorrogada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y con el plazo de venta ampliado por el juzgado de lo Mercantil. El precio, 80 millones de euros. Pero el Central, como se llama, tiene mucha actividad. Se ha convertido en un plató. Acaba de rodarse una serie de Globomedia. Y ha sido el set de «Torrente 5» de Santiago Segura, y de «Los amantes pasajeros», de Pedro Almodóvar. Es más, el anuncio de Jean-Claude Van Damme en el que se abre de piernas entre dos camiones se rodó en la pista del aeropuerto de Ciudad Real. Un aeropuerto que parece dirigido por María Antonieta más que por Kevin Costner. Si no tienen aviones, qu e rueden películas. Las cabezas, ya en otro momento.

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