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Primarias en el PSOE

El «no» de Díaz lanza al radical Madina y al moderado Sánchez a luchar en el PSOE

La presidenta andaluza no apoya públicamente a ninguno y negociará con el ganador

El «no» de Díaz lanza al radical Madina y al moderado Sánchez a luchar en el PSOE EFE

gabriel sanz

Susana Díaz anunció ayer que no competirá por la Secretaría General del PSOE y ya ha conseguido dos efectos: uno de ellos, orgánico, impulsar la candidatura del hasta ahora tercero en liza, el diputado madrileño Pedro Sánchez, convirtiendo la elección de los 200.000 afiliados el 13 de julio en un duelo entre él y Eduardo Madina; y otro efecto, probablemente no buscado por ella, la radicalización, por ahora verbal, del discurso. Madina y Sánchez son conscientes de que las bases socialistas son republicanas , que están más a la izquierda que el votante, y ambos han comenzado a rivalizar en un asunto delicado como es la Jefatura del Estado. Si Sánchez pidió el lunes eliminar la «inviolabilidad» del Rey en la Constitución -ayer obvió el asunto-, Madina recordó que es republicano y quiere que, «en el futuro», el PSOE debata el asunto.

Fuentes próximas a la presidenta andaluza aseguran a ABC que no apostará públicamente por ninguno y negociará con el vencedor la próxima Ejecutiva Federal, en la que ella no estará. Pero la secuencia de acontecimientos del fin de semana revela su enfado larvado con Alfredo Pérez Rubalcaba y Madina, y, por lo menos, su no beligerancia contra Sánchez.

Porque, así como habló con el diputado madrileño por teléfono la pasada semana para comprobar su determinación a seguir en la pelea, con Madina no lo hizo -su relación es mala desde hace años-. Y el sábado, una vez tomada la decisión definitiva de dar el paso atrás, Susana Díaz tampoco descolgó el teléfono para llamar a Rubalcaba; algo que sí hizo con varios de los nueve barones que apoyaban su salto a Ferraz -el valenciano Ximo Puig y el madrileño Tomás Gómez, entre otros-, además con José Blanco. De hechom, el exministro fue el muñidor de esa operación de apoyo de los barones, con José Antonio Griñán, Manuel Chaves y José Luis Rodríguez Zapatero, entre otros.

Además, la presidenta andaluza se permitió ayer, en su entrevista con la SER, anunciar la candidatura de Pedro Sánchez , lo cual provocó que el diputado se viera catapultado a un duelo con Madina que, seguramente, iba a protagonizar de todos modos. «Tengo muchas ganas de competir por la Secretaría General del PSOE», fue todo lo que le logró sacar la nube de periodistas que le esperaba a las puertas del Grupo Socialista. Los dos contendientes están en una estrategia de no desvelar las intenciones antes que el otro. Lo que parece ya claro es que será mañana, jueves. Sánchez, en Madrid, y Madina también en la capital... O en Bilbao.

«No han jugado limpio»

Susana Díaz cree que Rubalcaba «no ha jugado limpio» como árbitro del congreso extraordinario del 26 y 27 de junio, porque ha forzado una votación de los militantes para elegir secretario general no prevista en los estatutos. Y lo ha hecho, además, por exigencia de uno de los contendientes: Madina. Si incluso en el supuesto de que hubiera habido un congreso solo de delegados para ella ya era difícil compatibilizar Junta de Andalucía y Ferraz, someterse a la incertidumbre previa de las urnas convirtió el reto en poco menos que imposible.

El «aparato» del PSOE-A y numerosos sectores sociales y económicos andaluces lo veían una temeridad. Y barones tan importantes como el extremeño Guillermo Fernández Vara; el asturiano Javier Fernández; el catalán Pere Navarro; e incluso el castellano-manchego, Emiliano García Page, dieron muestras desde el primer momento de no estar muy por la labor de de la operación «desembarco». Todos se lanzaron a apoyar la consulta a los militantes más como freno a la andaluza que por convicción de que sea un buen sistema de elección. Ambos factores y la determinación de Eduardo Madina de no ceder en su exigencia de «un militante un voto», la hizo comprender que no habría «aclamación».

Pero con la renuncia de Susana Díaz, el resultado de la votación entre los militantes, que luego ratificará el congreso los días 26 y 27, es, ahora más que nunca, una incógnita. El socialismo andaluz suma más de 45.000 votos, aproximadamente el 27% del total (180.000 del PSOE y 20.000 del PSC). Y eso es mucho decir si se ponen a disposición de uno de los dos candidatos llevados por el malestar al «boicot» del nombramiento de la presidenta de la Junta. «Pero no hay que olvidar que no es lo mismo pedir el voto para tí que pedirselo a la militancia para un tercero», aseguraba anoche a ABC un barón afín a Madina.

No obstante, esa es la gran esperanza de Pedro Sánchez y el temor del vasco; por eso, ambos -igual que el único candidato anunciado hasta la fecha, José Antonio Pérez Tapias, de la minoritaria Izquierda Socialista- se van a lanzar desde este viernes a buscar los 10.000 avales necesarios para ser proclamados dentro de dos semanas, el viernes 27 de junio, candidato oficial a la votación del 13 de julio. Y quien se proclame vencedor en avales, habrá ganado la primera «batalla» en esta guerra.

Si hubiera concurrido Susana Díaz a la competición habría arrasado (como hizo hace un año en el congreso del PSOE-A, acaparando más de 22.000 avales de los 45.000, e impidiendo competir a sus rivales, Luis Planas y el alcalde de Jun). Pérez Tapia no tendría ninguna posibilidad y, probablemente, ni siquiera Pedro Sánchez hubiera alcanzado los 10.000 avales . Pero la retirada de la andaluza y, sobre todo, hacia quien dirija su todopoderosa federación sus preferencias, deja un resultado completamente abierto en esa primera «batalla».

Eduardo Madina dispondrá de muchos avales en Extremadura, Asturias, Cataluña, País Vasco, Alicante, Baleares y Galicia. Pedro Sánchez, por su parte, tendría una minoría en Extremadura, y mayores bloques en Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla-la Mancha, pero será el bloque andaluz el que le pueda dar la victoria en este escenario tan incierto. Un escenario que hace posible, incluso, que el minoritario Pérez Tapias logre avales.

La incógnita Patxi López

Por si fuera poco el embrollo precongresual del PSOE, una comida de la presidenta andaluza con el exlendakari Patxi López este martes en Sevilla disparó las especulaciones a media tarde. Fuentes próximas a la presidenta andaluza señalan que «estaba fijada hace unas semanas» y que es «pura especulación» vincular esa cita con un supuesto lanzamiento de la candidatura de López a la Secretaría General del PSOE. El líder de los socialistas vascos ha dado a entender que no va a optar a liderar el partido sino que se ve «para ayudar» a quien voten los militantes el 13 de julio, pero en el actual escenario nadie descarta nada.

Y Susana Díaz quiere controlar la ejecutiva que salga del congreso extraordinario de julio porque su federación es la «columna vertebral», dice.

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