La vía muerta del modelo kosovar
Referencia habitual del soberanismo catalán, la exprovincia serbia vive aislada del mundo
ENRIQUE SERBETO
El proceso soberanista iniciado en Cataluña tiene un espejo no demasiado lejano en el que mirarse: la proclamación unilateral de independencia de Kosovo , en pleno corazón de Europa, se produjo en 2008. Más de seis años después, pueden sacarse algunas conclusiones: entre ese gesto ... dramático y la realidad que persigue hay un camino muy largo, a veces interminable.
Kosovo, un caso al que han aludido reiteradamente algunos sectores del independentismo catalán , es el ejemplo más evidente de que ni siquiera contando con el apoyo de las principales potencias del mundo para hacerlo, la proclamación equivale a independencia. O equivale a una independencia limitada e infructuosa. O, como en otros casos, como Chipre del Norte, Osetia, Transnistria o Abjasia, a nada. Sin apoyos internacionales, cualquier pronunciamiento de este tipo está abocado al ridículo.
Seis años después de haber proclamado unilateralmente su independencia, Kosovo es todavía un estado a medias que no es miembro de la ONU ni de ninguna organización internacional relevante . Desde el punto de vista de poder decir que se han dotado de existencia internacional, lo más lejos que ha llegado Kosovo ha sido a celebrar recientemente un partido de fútbol amistoso contra la selección de Haití, pero aún no han sido admitidos en la FIFA o en la UEFA.
Perudicados por Cataluña
Muchos países ayudaron a los kosovares cuando eran víctimas de las ambiciones totalitarias y criminales del régimen que dirigía Milosevic desde Belgrado. Así se explica que gran parte de la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos, Alemania, Francia o el Reino Unido, animasen a los líderes locales a dar el paso de proclamar su independencia de Serbia.
En estos momentos, 106 de los 193 países existentes han reconocido a Kosovo, pero en la lista de los 38 que no lo reconocen están, además de España y otros cuatro miembros de la UE, China y Rusia, que se bastan y se sobran para bloquear el ingreso de Kosovo como miembro de las Naciones Unidas, el paso previo a cualquier aspiración de vida internacional .
En Kosovo creen incluso que los aspavientos del independentismo catalán están perjudicando sus aspiraciones a tener una vida normal, puesto que los temores a una generalización de movimientos independentistas son precisamente la razón por la que muchos gobiernos se niegan aún a reconocer a la antigua provincia serbia.
De hecho, una de las justificaciones por la que los principales países de la UE y Estados Unidos reconocieron a Kosovo fue porque consideraban que se trataba de un caso «sui generis», es decir, que no sentaría precedente como mecanismo secesionista, ni siquiera después de que el Tribunal Internacional de La Haya dictaminase que una proclamación unilateral de independencia no es en sí misma una violación del derecho internacional.
Abjasia, Osetia del sur, Transnistria también han proclamado su independencia de Georgia o de Moldavia, pero nadie lo ha reconocido. Igual le pasó a la República Turca de Chipre del Norte, que anunció en 1983 su condición de estado independiente, pero solo Turquía la considera como tal.
Posición privilegiada
Kosovo goza en este campo de una posición mucho más ventajosa, pero la hasta ahora única organización internacional que ha reconocido su independencia es el Fondo Monetario Internacional (FMI). Y eso gracias a la influencia de Estados Unidos y a que tiene personalidad jurídica para tomar decisiones que no comprometan a sus miembros, entre los que hay muchos que no lo han hecho.
Gracias a su ingreso en la organización (durante la gestión de Dominique Strauss- Khan) ahora puede recibir asistencia financiera externa, a pesar de no tener moneda propia. En Kosovo utilizan el euro, pero es meramente un instrumento de cambio. Sin ser miembros de la UE, no puede tener bancos que cuenten con el apoyo del BCE, así que el mercado del crédito está limitado a esas ayudas y a los ingresos de las remesas que envían los emigrantes.
La vía muerta del modelo kosovar
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete