Las anécdotas del funeral de Estado: Cuando Suárez volvió a reconciliarlos a todos
El nieto del primer presidente de la democracia ha leído en la liturgia ante las miradas y confidencias sonrientes (y otrora sorprendentes) de Zapatero y Aznar
Una vez más y pese al tiempo inclemente, los ciudadanos de Madrid se han volcado con el que sin duda ha entrado por la puerta grande del coso de los presidentes del Gobierno de España más estimados : Adolfo Suárez. Varias horas confesaban algunos de ... los presentes que habían tenido que aguardar en los alrededores de la Catedral de Santa María la Real de la Almudena para asistir, de forma presencial o indirecta, al funeral de Estado en su memoria que ha tenido lugar desde las 19.00 horas en la capital . Esta fórmula la inauguró precisamente Leopoldo Calvo-Sotelo, quien persiguiese a Suárez en la Presidencia del Gobierno tras su dimisión en enero de 1981. A la muerte de Calvo-Sotelo, su funeral en mayo de 2008 abrió la puerta a que los exmandatarios sean honrados y homenajeados con una ceremonia de este tipo .
De riguroso luto y vestidos de negro se ha advertido a los mil asistentes al interior del templo madrileño, de los que 300 eran autoridades: personalidades y máximos representantes de una treintena de países, entre quienes ha destacado el dictador de Guinea Ecuatorial Teodoro Obiang. [ En imágenes, nutrida representación institucional en el funeral de Estado por Adolfo Suárez ]
Como anécdotas de la jornada de funeral, queda el protagonista de la primera lectura de la liturgia, que ha sido el nieto del expresidente del Gobierno e hijo de Adolfo Suárez Illana, un niño también llamado Adolfo. Los más pequeños han sido, precisamente, objeto del cariño y muestras de afecto de Don Juan Carlos, que se encontraba situado frente al altar y que ha consolado a los familiares, encabezados por el propio hijo mayor del presidente de la democracia fallecido el pasado domingo 23 de marzo, a las 15.03 horas.
Don Juan Carlos ha accedido a pie al interior de la catedral, apoyado en su bastónA las pompas fúnebres no han faltado ni los Reyes, ni los Príncipes ni un más cabizbajo que otras veces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ha asistido en pocos días también al sepelio por la muerte de uno de sus hermanos, Luis Rajoy Brey. Este funeral de Estado ha dejado una bella imagen de reconciliación para la posteridad, como también lo lograse en vida Adolfo Suárez González. En el banco reservado para las autoridades, José María Aznar se encontraba sentado entre Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, predecesor y posterior presidente de La Moncloa respectivamente. Mariano Rajoy ha llegado un poco más tarde y ha saludado también con mayor efusividad que en tiempos de contencioso político a Zapatero. Las charlas y confidencias cómplices que se han vislumbrado entre antiguos contrincantes políticos, como Zapatero y Aznar, han llamado la atención de los presentes y también de los espectadores, que han seguido el funeral en directo a través de RTVE.
Los líderes del PNV, en el funeral
Curiosa ha sido también la imagen de líderes del PNV, en un funeral de Estado, como lo fuera en la capilla ardiente escuchar al presidente de la Generalitat, Artur Mas, reivindicar el sentido de Estado del abulense en un momento en que él plantea una consulta secesionista para desgajar una parte de la Constitución que defendió en vida Adolfo Suárez, de cuerpo presente cuando el dirigente catalán pronunciaba estas palabras en el Senado. [ En imágenes, los Reyes y los Príncipes de Asturias acompañan a la familia de Adolfo Suárez ]El lendakari, Iñigo Urkullu, y el presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar, han encabezado la delegación de nacionalistas vascos que no han querido perderse la oportunidad de venerar a Suárez. También han integrado la representación jeltazle en el acto el portavoz del Grupo Vasco en el Congreso, Aitor Esteban, el diputado Emilio Olabarria y la senadora Rut Martínez.
Sin señal en el saludo preceptivo del Rey y Obiang
Como rige el protocolo también, los Reyes, apostados en el atrio antes de la misa, han ido saludando uno a uno a todos los mandatarios llegados al país. Los focos y la curiosidad se congregaban en torno al saludo del Monarca con el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, que al igual que el resto se llevó a cabo en la catedral madrileña siguiendo el preceptivo orden alfabético de los países extranjeros.
Estos saludos no pudieron seguirse en directo por la señal institucional de la ceremonia. El Rey accedió al interior de La Almudena, situada a escasos metros del Palacio Real, caminando, y siguió la misa de pie, con su solitario apoyo de un bastón en su mano derecha, lo que confirma su próspera recuperación de la que daba cuenta hoy su médico, el doctor Miguel Cabanela.
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