Rota agasaja al destructor «Cook»
El buque de EE.UU., que sirve como lanzadera de drones, cooperará con países amigos de Oriente Próximo
El número de misiles SM-3 que porta el destructor estadounidense «Donald Cook» es confidencial; la sargento primero Diana Junco, especialista de operaciones de la US Navy, zanja nuestra curiosidad con un vago «suficientes para defender la zona asignada, a otros buques militares, aviones o submarinos». Nos hallamos en el Centro de Información de Combate, en las entrañas del primer buque antimisiles anclado, desde ayer, en la base gaditana de Rota para comenzar el despliegue naval del «escudo antimisiles» de la OTAN. En junio arribará otro destructor estadounidense de la clase Arleigh Burke; en 2015, otros dos.
«Columna vertebral contra la amenaza de la proliferación de misiles balísticos» — en palabras del embajador estadounidense, James Costos, durante la ceremonia de bienvenida— , el «Donald Cook» desempeñará sus misiones por todo el Mediterráneo con la implicación de seguridad que acarrea para el inestable escenario del norte de África y Oriente Próximo.
El objetivo es que durante sus misiones blinden los cielos del sur europeo contra el lanzamiento de misiles de corto y mediano alcance enemigos, procedentes de posibles estados hostiles o grupos terroristas. «El despliegue de los cuatro destructores en el Mediterráneo desde la base de Rota equivale al de 16 buques que tuvieran que zarpar en rotaciones desde EE.UU.», explicó Ray Mabus, secretario de la Armada estadounidense. Pero ahí no quedará el cometido del «Cook» y los otros tres destructores (»Carney», «Ross» y «Porter»). Este buque de guerra de 154 metros de eslora y una tripulación de 338 marinos, está diseñado para destruir aeronaves, submarinos y barcos de superficie enemigos con el fin de prohibir ataques contra las fuerzas aliadas. Por ejemplo, su equipamiento de guerra antisubmarina es capaz de localizar a barcos o submarinos a más de 160 kilómetros.
En 2015, con el «escudo antimisiles» desplegado, los destructores se constituirán en permanentes plataformas militares en el Mediterráneo. Siempre habrá un buque navegando o dos. Y todo ello con la tecnología punta del sistema de combate Aegis. Otra de las capacidades anunciadas ayer por el almirante de la Sexta Flota, Bruce Clingan, es la posibilidad de el «Cook» actúe como plataforma avanzada para reportaje de helicópteros o el uso de aviones no tripulados (drones), pudiendo ser lanzados así desde las aguas internacionales (12 millas desde la costa) cercanas a puntos tan sensibles como Libia, Siria o... ¿Israel?.
Israel. He aquí una de las claves del despliegue, no publicitado en exceso por EE.UU. y la OTAN. «Los buques también desarrollarán misiones de cooperación en seguridad con nuestros aliados y amigos en África y Oriente Próximo», recalcó el secretario de la Navy. En dos o tres semanas el «Cook» comenzará su primera misión. En Rota está su base.
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