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país vasco

Urkullu pega un «tijeretazo» de 1.200 millones mientras mantiene sus embajadas

El PNV, en minoría, busca el apoyo del PSE a unos presupuestos menguantes. El PP denuncia que sí tengan dinero también para ayudas a ikastolas francesas y cuatro canales de ETB

Urkullu pega un «tijeretazo» de 1.200 millones mientras mantiene sus embajadas efe

itziar reyero

El Gobierno vasco de Iñigo Urkullu fijó este martes el techo de gasto presupuestario para 2013 en 9.200 millones de euros, es decir, 1.200 millones menos de los que dispuso Patxi López al inicio de su último ejercicio. En este escenario de asfixia económica también de las arcas públicas vascas, Urkullu busca socios para su primer gran reto de la legislatura, sacar adelante sus primeros presupuestos en un Parlamento donde necesita pactar dada su minoría (27 de 75 escaños).

Pero no lo tiene nada fácil. Tanto EH Bildu como el PSE, los dos únicos que le garantizan mayoría numérica, se muestran inflexibles a la hora de afirmar que tumbarán unas cuentas que incluyan recortes en Sanidad, Educación y ayudas sociales. Una máxima, la de no traspasar las «líneas rojas» comprometida por el PNV desde la campaña electoral, pero que sus propios consejeros ya han asumido, e incluso exteriorizado, que no podrán cumplir.

Tras una primera vuelta de reuniones con los líderes de la oposición, Urkullu sigue solo. El consejero de Hacienda inicia este miércoles otra ronda con los partidos, que esperan del Ejecutivo que ponga por fin sobre la mesa cifras concretas de un anteproyecto que tiene previsto aprobar el día 12 de marzo, para su posterior traslado a la Cámara. De momento, el Gobierno vasco ha avanzado su objetivo de reducir en un 20 por ciento el gasto total en la estructura de su Ejecutivo, que ha reducido en dos sus departamentos y ha recortado el número de altos cargos empleados por López.

Disposición del PP, con condiciones

Aunque hasta el momento es el PP de Antonio Basagoiti el que se ha mostrado más dispuesto a «arrimar el hombro» para validar unas cuentas restrictivas en un contexto de enorme dificultad como el actual, lo cierto es que la suma de ambas fuerzas parlamentarias no alcanza la mayoría necesaria. Además, el PP no ofrecerá su mano a Urkullu si su gobierno, con la otra mano, exhibe su plan soberanista de «nuevo estatus jurídico-político» para el País Vasco.

A ello se suma la crítica por el reparto del dinero en caja. Los populares han denunciado que el Ejecutivo del PNV opte por desatender inversiones en infraestructuras sanitarias, según lo adelantado, mientras mantiene cuantiosas partidas para la acción exterior («embajadas»), ayudas a las ikastolas del sur de Francia y una mega estructura de EiTB, la radiotelevisión pública vasca. Las políticas para la representación en el «extranjero», que incluye una oficina vasca en Madrid, suponen 3,7 millones del erario público vasco. Las ikastolas francesas han recibido 1,2 millones repartidos en los últimos tres años.

Sabin Etxea confía en ganarse al PSE

Pero en el cuartel general de Sabin Etxea se muestran altamente confiados en que el PSE terminará apoyándoles las cuentas, por «responsabilidad», dicen, pero también para «seguir contando» en un complicado tablero vasco en el que tras la salida del Gobierno de Patxi López los socialistas apenas gozan hoy de representación institucional. «Por muy caro que nos lo pongan, siempre terminan pactando», asegura un alto dirigente del PNV consultado por ABC, que pronostica que el PSE no tumbará las cuentas de Urkullu en el Parlamento.

Los socialistas, en cambio, insisten en que no darán ningún «cheque en blanco» al PNV y no descartan en este momento presentar una enmienda a la totalidad a las cuentas que Urkullu llevará en los próximos días al Parlamento. Sin embargo, numerosas voces dentro de la familia socialista se inclinan por retomar los viejos pactos de coalición entre ambos partidos, escenario rotundamente descartado hoy por hoy desde ambas direcciones políticas.

La brecha con EHBildu es todavía mayor. En los últimos días, el partido que ahora preside Andoni Ortuzar ha priorizado, frente a la coalición, el acuerdo con los socialistas para nombrar a la nueva dirección de EiTB, ahora en el aire por el plantón a última hora de quien iba ser el próximo director general, Mikel Agirre. El motivo: el «tijeretazo» de cerca de 17 millones de euros que deberá asumir el ente público, que cuenta con más de mil trabajadores y 132 millones de presupuesto en 2012.

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