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Una solución quirúrgica cuando los analgésicos y la rehabilitación fallan

La cirugía de la hernia mejoraría la marcha tras las dos operaciones de cadera a las que se ha sometido el Rey

Una solución quirúrgica cuando los analgésicos y la rehabilitación fallan EFE

N. RAMÍREZ DE CASTRO

Más del 90 por ciento de las personas que tienen una hernia discal se recupera con analgésicos y ejercicios para fortalecer la espalda. Pero cuando no hay mejoría, el dolor es insoportable y la hernia altera la fuerza y sensibilidad de las piernas, la opción es la cirugía. Aliviar el dolor y mejorar la marcha del Rey podría ser la razón de que se viera obligado a pasar una vez más por el quirófano. Así se completaría el tratamiento que emprendió el traumatólogo Ángel Villamor. Tras resolver sus problemas de cadera, rodilla y tendón de Aquiles solo quedaría corregir la hernia discal que Don Juan Carlos arrastra desde hace años.

Las vértebras de la columna están separadas por discos. Estos discos son los que proporcionan amortiguación a la columna vertebral, los que favorecen el movimiento entre las vértebras. Cuando se salen de su lugar, aparece la hernia. En las personas de la edad del Rey, se produce casi siempre por desgaste. Si la hernia comprime una terminación nerviosa, el dolor de la zona lumbar se irradia al nervio ciático y a las piernas. Probablemente sea la causa de que Su Majestad aún no haya conseguido la movilidad y la seguridad necesaria para abandonar sus muletas.

Cirugía al microscopio

Hoy las soluciones quirúrgicas son menos agresivas que las que se ofrecían hace años. Los neurocirujanos y traumatólogos que operan las hernias son más conservadores. Optan por mantener la mayoría de los discos y actúan sobre la compresión del nervio. Se opera al microscopio con técnicas de microcirugía. Otras veces es necesario colocar dispositivos entre vértebra y vértebra para mantener la descompresión del canal lumbar. Esto es necesario cuando las molestias se producen porque se ha estrechado el canal lumbar, donde se encuentra la parte final de la médula espinal y las raíces sacras.

Pese a los avances, la cirugía no es infalible y a veces el dolor se mantiene porque los pacientes tienen las articulaciones desgastadas. De ahí, que el Rey y su equipo médico estén sopesando la decisión de volver a pasar por el quirófano. Si se realiza será la sexta intervención quirúrgica a la que se someta el Monarca en los últimos treinta y tres meses, tras la operación de pulmón que se le practicó en mayo de 2010. En aquella ocasión se le extirpó un nódulo benigno del lóbulo superior del pulmón derecho.

Después, en junio de 2011, le fue practicada una artroplastia en la rodilla derecha por una lesión que el Rey arrastraba desde hacía veinte años; en el siguiente mes de septiembre, los médicos le reconstruyeron el talón de Aquiles del pie izquierdo y le reforzaron el tejido con auto-injerto y plasma rico en factores de crecimiento.

Dos caderas en siete meses

En abril de 2012 fue sometido a una operación en su cadera derecha, que se fracturó en un accidente y en la que, además, presentaba artrosis; siete meses después, en noviembre, fue intervenido también de su cadera izquierda.

Esta última fue una intervención anunciada desde el día en que Don Juan Carlos, en abril de 2012 y como consecuencia de una caída, se fracturara el fémur derecho en tres fragmentos. Ese accidente le llevó al quirófano para la reconstrucción del hueso y los facultativos ya advirtieron entonces el alto grado de artrosis que presentaba la cadera izquierda. En ese mismo momento, le indicaron que debía ir pensando en operarse también esa articulación.

Don Juan Carlos entró en el quirófano el 23 de noviembre del año pasado (esa fue la última operación) después de varios meses de intenso trabajo y una agenda maratoniana que culminó justo una semana antes con la Cumbre Iberoamericana celebrada en Cádiz. El Rey aguantó hasta que concluyera ese encuentro para operarse.

Durante la Cumbre, a la que acudió con muleta, no pudo ocultar las molestias que le causaba su lesión. Incluso bromeó con los mandatarios de los países iberoamericanos: «Tengo algunas dificultades de mecánica que me van a obligar a interrumpir mi agenda oficial para pasar por el taller». Mes y medio después de la operación, Don Juan Carlos retomó su actividad oficial fuera del Palacio de La Zarzuela con motivo de la celebración de la tradicional Pascua Militar.

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