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El PP envió a Cataluña 1.435 interventores para cubrir por primera vez el 95% del censo

Cospedal reforzó la estructura catalana con miembros de su equipo en Madrid, trasladando un responsable a cada provincia

El PP envió a Cataluña 1.435 interventores para cubrir por primera vez el 95% del censo afp

paloma cervilla

El Partido Popular envió a Cataluña la noche electoral hasta 1.435 interventores y apoderados que, por primera vez, cubrieron el 95 por ciento del censo electoral. Este es uno de los ejemplos de lo que fue una campaña en la que la dirección nacional se implicó a fondo y en la que no dejó nada al azar, consciente de la importancia que tenía para el Gobierno y para el partido.

El desenlace final de las elecciones en Cataluña, con un Artur Mas que ha fracasado en sus objetivos independentista y un Partido Popular que ha crecido en votos, ha sido el resultado del diseño de una campaña que se ha cuidado hasta el mínimo detalle. Los populares eran conscientes de que no solo «se la jugaba el partido, sino también el Estado» y, por ello, bajo la dirección de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y en coordinación con los populares catalanes, planificaron una campaña cuyo objetivo principal era «la coordinación del mensaje y el discurso» p ara que no hubiera ningún tipo de distorsión y encaminada a «dejar en evidencia a CiU», según señala a ABC el vicesecretario de Organización y Electoral, Carlos Floriano. Un desliz hubiera sido letal y la unidad, un signo de cohesión.

La línea argumental del mensaje que debían seguir los dirigentes la marcó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el discurso del día 27 de octubre en la clausura de la Intermunicipal del PP, que se celebró en Barcelona. No fue una intervención al azar, sino que estaba planificada para marcar el camino y para «desenmascarar la estrategia de Mas y situar al PP frente al nacionalismo secesionista de CiU, haciendo un llamamiento, con naturalidad, a los catalanes y españoles».

La primera consecuencia de este discurso fue la elección del lema de campaña. En ese momento se barajaban cuatro ofertas, y se optó por «Cataluña sí, España», que se unía al eslogan de la primera parte de la campaña que era «Juntos sumamos».

Junto al discurso, el otro pilar de la campaña era la estructura. Para reforzar el equipo de Cataluña, la dirección nacional decidió enviar a un responsable a cada una de las provincias, bajo la coordinación de Ramón Moreno y Juan Carlos Vera . Éste último se encargó también de la Barcelona, Diego Lora de Tarragona, Chema Rivas de Gerona, y Álvaro Moraga de Lérida. Este equipo llegado de Madrid trabajó junto con los responsables catalanes: Jordi Cornet y Dolors Monserrat .

El tercer pilar han sido los actos y la presencia de los líderes nacionales. La premisa era «galleguizar» la campaña , en el sentido de que Sánchez Camacho no tuviera que ir siempre acompañada de un dirigente nacional, sino que éstos tuvieran agenda propia, «no importaba tanto la presencia mediática, como que estuvieran allí». En total han sido 35 las visitas realizadas por dirigentes nacionales, a las que hay que sumar las cuatro de Mariano Rajoy y las cinco de María Dolores de Cospedal.

Finalmente, el respaldo de la dirección nacional se ha reflejado en los 1.435 interventores y apoderados de fuera de Cataluña, 94 diputados y senadores, que han cubierto por primera vez el 95 por ciento del censo electoral.

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