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¿Qué habría pasado el 26-J si usáramos los sistemas electorales de otros países?

La ley D'Hondt castiga a los partidos minoritarios con la ley electoral vigente en nuestro país que algunos quieren modificar. Con otros sistemas electorales, las diferencias llegan a ser más llamativas

Eduardo de Rivas

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Cada vez que se cierran las urnas, en los discursos de los candidatos surgen críticas hacia la ley electoral vigente en España. La legislación actual, aprobada en 1985, consiste en la utilización del sistema D'Hondt , que establece el reparto de escaños de forma proporcional, pero premiando a los partidos más votados y castigando a los que cuentan con menos apoyos.

[ Conoce los resultados de las elecciones del 26-J ]

El resultado del 26-J es ya de sobra conocido, pero el panorama del Congreso de los Diputados habría sido completamente diferente en los próximos cuatro años si utilizáramos las leyes electorales de otros países. Incluso con las modificaciones que llevaban algunos de los candidatos a estos comicios en sus programas.

Circunscripción autonómica

Ciudadanos ha reclamado en alguna ocasión un cambio en el sistema electoral , aunque ligero. Con la ley actual, España se divide en 52 circunscripciones (que coinciden con las provincias y ciudades autónomas), pero el partido naranja reclama una división por comunidades . Encontraría el mismo problema de que seguiría machacando a los partidos minoritarios, pero no de una forma tan excesiva.

Con los resultados de las elecciones del domingo, el PP sería el partido más castigado , ya que perdería 12 escaños con respecto al sistema actual, mientras que C's ganaría 11. Los populares son los más beneficiados en esta ocasión por la ley D'Hondt y los naranjas los más castigados, mientras que PSOE y Unidos Podemos prácticamente no variarían sus números. Los socialistas pasarían de 85 a 83 y los morados ganarían cuatro asientos.

Circunscripción única

El reparto más igualitario (teóricamente) sería el que establezca que un voto valga lo mismo independientemente de dónde se haya depositado . Así, la papeleta de un hombre de Soria sería igual que la de una mujer de Valencia, algo que no ocurre con el sistema actual.

El problema del sistema proporcional es que puede provocar que en el Congreso haya una excesiva presencia de partidos minoritarios, algo que se intentó evitar cuando se diseñó la ley electoral actual. Por ejemplo, PACMA se haría con cuatro escaños , mientras que ahora no tiene representación.

Es el caso más llamativo, ya que sus 284.848 votantes no tienen hueco en el Parlamento y con el otro sistema sí lo tendrían. El siguiente más castigado hoy día es Ciudadanos, que con este reparto obtendría 47 asientos (15 más que los que consiguió el 26-J). El PP sería el que más perdería y se quedaría en 119 escaños, 18 menos que con el sistema D'Hondt .

«Sorpasso» con el sistema de Estados Unidos

¿Cuánto de diferente sería si utilizamos los sistemas electorales de otros países? En algunos casos, el panorama sería casi opuesto al actual. Es, por ejemplo, el caso de Estados Unidos , que utiliza un sistema de reparto por el cual el país se distribuye en estados (que podría equivaler a nuestras circunscripciones). En cada uno de ellos, el partido que haya ganado, aunque solo sea por un voto, se lleva todos los representantes que estuvieran en juego en ese territorio.

Así, con los comicios del 26-J, el PP sería el mejor parado ya que ha ganado en una gran parte del territorio nacional. Tendría una amplia mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, con un total de 263 escaños, por los 22 del PSOE y los 55 de Unidos Podemos , por lo que en este caso sí se cumpliría el « sorpasso » que tanto anhelaba el partido morado. Ciudadanos perdería toda su representación en el hemiciclo, mientras que ERC sería el único partido minoritario que entraría en la cámara , ya que fue el más votado en Gerona y Lérida.

Mayoría absoluta a la italiana del PP

Mariano Rajoy seguiría disponiendo de una mayoría absoluta en el Congreso si utilizáramos el sistema italiano para repartir los escaños. En el país transalpino, el partido que gana las elecciones dispone, al menos, del 55% de los escaños , por lo que la formación vencedora siempre podrá llevar a cabo su gobierno.

La ventaja de este sistema es que nunca se producirá un bloqueo político como el que ha detenido al país desde el 20-D, aunque el Congreso no sería una representación real de lo que ha votado el electorado. El resto de los asientos del Parlamento se establecen de forma proporcional , teniendo en cuenta que para entrar en ese reparto es obligatorio tener un mínimo del 4% de los votos.

Así, el PP quedaría con 193 escaños, el 55% de un Congreso en el que solo entrarían PSOE (63), Unidos Podemos (58) y Ciudadanos (36). Los partidos minoritarios quedarían fuera del hemiciclo , al no superar la barrera del 4%. De hecho, las divisiones de Podemos no superarían tampoco el muro y el partido de Iglesias obtendría un número mucho menor a 58. Sin embargo, en ese caso, sería previsible que la formación morada se presentara en todas las circunscripciones como un único partido con el que sí hubiera conseguido alcanzar los 58 escaños.

Gran coalición alemana

El germano es un sistema de difícil implantación en España , ya que para que tenga sentido haría falta un número mucho mayor de circunscripciones. Alemania se reparte en 299 zonas, por las 52 que se utilizan en España.

El procedimiento se establece en dos tipos. En primer lugar, el pueblo vota a un candidato de cada circunscripción y, en segundo, realiza una nueva votación para el partido. De esta manera, a la hora de realizar el recuento, el candidato más votado en el primer sistema va directamente al Congreso, mientras que el resto de representantes se reparten de forma proporcional a los votos.

El primer sistema es similar al que se utiliza en Estados Unidos, aunque en Alemania ganar la circunscripción solo otorga un representante y no todos los que están en juego. Para hacer el reparto del segundo sistema, proporcional a los votos obtenidos, se tienen en cuenta los diputados que ya han sido elegidos de la primera forma.

Por ejemplo, con los datos del 26-J, Ciudadanos no tendría ningún diputado elegido por el primer sistema, ya que no ganó en votos en ninguna circunscripción, pero le corresponderían el 13% de los asientos del Congreso, por lo que se haría con 51 asientos. El PP obtendría 42 de forma fija y el resto variarían en función al porcentaje de votos . La barrera electoral del 5% de votos o de tres escaños directos evita que haya una cámara muy fragmentada.

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