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Elecciones 2016

El pacto con IU y la posibilidad real de gobernar tumban a Podemos

La abstención de sus votantes moderados y la movilización del elector de derechas, que acudió a las urnas por miedo a un Iglesias presidente, claves en el pinchazo de Unidos Podemos

Enrique Delgado Sanz

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Iglesias cayó en la trampa que prometió no pisar nunca y esa fue su condena. Las encuestas, las mismas a las que pregonaba que no había que hacer caso en otros comicios, le aseguraron el sorpasso a Unidos Podemos y fueron esas buenas expectativas las que fraguaron la decepción posterior al conocer los resultados.

«En estas elecciones se ha votado en contra de un hipotético Gobierno, el de Iglesias», explica Rubén Tamboleo, miembro del Colegio Nacional de Doctores y Licenciados de Ciencias Políticas y Sociología. El experto señala que, como consecuencia de este hecho, los ciudadanos afines al PP decidieron acudir a las urnas para no permitir que Unidos Podemos llegara al poder —o se quedara cerca—, como pronosticaban los sondeos: «Hemos visto una movilización muy clara del votante de la derecha por la posibilidad de que Pablo Iglesias fuera presidente».

Parece ser que, finalmente, el discurso que se ha impuesto es el del PP, que polarizó la campaña y supo convencer a la sociedad de que el 26-J era un momento de elección entre dos posturas antagónicas : Rajoy o Iglesias, la derecha moderada o la izquierda radical. «La estrategia del PP ha sido exitosa y la gente ha tenido que elegir », confirma Jesús Gutiérrez Villalta, politólogo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid.

«El votante se asusta por dos motivos: o porque el rival te ha descrito de una manera que asusta o porque tú le das motivos para asustarse », concreta Gutiérrez Villalta, quien también critica la postura de Podemos en el proceso de negociación posterior al 20-D al no facilitar la formación de un Gobierno alternativo al del PP.

No ha funcionado

«Ha sido muy erróneo seguir la estrategia de no llegar a acuerdos», subraya Gutiérrez Villalta, quien considera que Podemos forzó la convocatoria de nuevas elecciones «para ganar a su rival —que sería el PSOE—, en lugar de para ganarlas». Al final no ha pasado ni una cosa ni la otra y el bloqueo continúa, aunque la partida se ha decantado hacia el PP .

Además, el 26-J se vivió otro fenómeno político que explica Tamboleo y que también benefició a Rajoy. «Tuvimos un ejemplo perfecto del ' efecto underdog ' o 'perrito machacado', que viene a decir que el votante se acerca al candidato que peor va», esclarece Tamboleo, quien añade que, antes y durante las elecciones, «el PP estaba muy mal por diferentes cuestiones, el contrario podía machacarle pero el votante, sabiendo que el contrario era Pablo Iglesias, ha ido a respaldar a su partido».

Dicha tesis podría hacerse extensiva incluso al PSOE, una formación que las encuestas daban por amortizada y que, contra todo pronóstico, logró sujetar su voto y mantenerse en el segundo lugar, además de amarrar la hegemonía en la izquierda en un momento en el que hasta se cuestionaba la figura de Pedro Sánchez , su secretario general.

«La campaña de resistencia del PSOE le ha funcionado muy bien», respalda Tamboleo, quien insiste en que, pese a la cierta desmovilización o fuga de voto que ha sufrido el PSOE, «ha calado el mensaje de Sánchez de que no ha habido un Gobierno progresista en España porque Pablo Iglesias no quiso».

¿Y el Brexit?

La división de opiniones sobre si el referéndum en Reino Unido perjudicó o no a Unidos Podemos es palpable. Algunos candidatos de la formación, como Manuel Monereo, estiman que sí tuvo su influencia en los resultados, igual que Sandra Rudy, portavoz de la consultora política Redondo y Asociados, donde consideran que « la política exterior no da votos , pero sí te los quita». Y este sería un caso.

«El jueves nos levantamos con el Brexit y eso fue una noticia muy mala para Unidos Podemos», estima la portavoz, quien añade que, aunque dicha formación —muy crítica con la Unión Europea aunque Iglesias nunca haya dicho que es antieuropeísta— sufrió «la activación del voto institucional y del miedo». Por ello, según confiesa, «desde el jueves se comenzó a apreciar un repunte del PSOE, no muy grande, pero sí suficiente para evitar el sorpasso».

Tamboleo y Gutiérrez Villalta, sin embargo, no ven el «cisne negro» del Brexit por ningún lado y ahondan en que el miedo de los electores fue más culpa de Iglesias que de los designios de los votantes británicos. Ambos coinciden también en que ahora Unidos Podemos debe mirar hacia adelante y justo en ese horizonte, Tamboleo pronostica otra batalla que tiene como fondo la decisión de Iglesias de unir los caminos de Podemos e IU: «La cara de Errejón al conocer los resultados era, clarísimamente, de ' os lo dije, juntarnos con los comunistas nos restaba el centro político que teníamos antes'». Continuará.

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