Elecciones 20N

20N Elecciones generales 2011

Elecciones 20N

Catástrofe en el PSOE: Rubalcaba no consigue ni los 125 escaños de Almunia

Compartir

El PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba (Solares, Cantabria, 28 de julio de 1951) cosecha, con más del 98% del sufragio escrutado, la mayor derrota electoral de su historia. Consigue sentar a 11O parlamentarios, a una eternidad de la mayoría asbsoluta conquistada por Felipe González en 1982, un Ejecutivo al que entró Rubalcaba y luego sería dos veces ministro en Ejecutivos posteriores. La hecatombe del PSOE es antológica, muy lejos del propósito fijado antes de iniciarse la campaña, de equiparar al menos el techo de los 125 escaños obtenidos por Joaquín Almunia en el año 2000.

Menos de tres de cada diez españoles (unos 4,6 millones de personas, frente a los más de 11.100.000 que confiaron en Zapatero hace cuatro años) han seguido respaldando al partido que ha conducido al país en plena crisis económica.

Rubalcaba estuvo presente la noche del 12 de marzo de 2000 en el despacho de Ferraz, cuartel general de los socialistas en Madrid, donde Joaquín Almunia informó de que había escrito la carta de su dimisión e iba a comunicársela a los españoles. Almunia (Bilbao, 1948, tres años mayor que el cántabro), era secretario general del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno, pero se desplomó en el ring frente a José María Aznar, que se convirtió ese día en el jefe del Ejecutivo más votado en democracia. “El PSOE se hunde hasta los 125 escaños, el PP cosecha con 183 diputados la primera mayoría absoluta del centro-derecha en democracia”. Ése es el titular de ABC al día siguiente, al que acompaña la información “Almunia presenta su dimisión irrevocable”.

Catástrofe en el PSOE: Rubalcaba no consigue ni los 125 escaños de Almunia
efe

Quizás al estar presente en aquel despacho y haber intentado, según fuentes conocedoras de las huestes socialistas, persuadir al secretario general de que no se fuese y no hiciese pública su renuncia esa noche, la “liebre cántabra” (como la llamó José Bono) dejó claro en una entrevista en Twitter que “no piensa irse la noche del 20 de noviembre”. No quiso dar pistas en sus mítines ni actos políticos acerca de su relevo, aunque sí hizo alusiones tácitas a la “fortaleza del PSOE”, al que comparó con un roble, “que no se mueve pase lo que pase, porque tiene raíces fuertes”.

Se desconoce qué pasará en ese árbol a partir de la reunión de la Ejecutiva convocada para el lunes por José Luis Rodríguez Zapatero, ni ante las voces agitadas por la convulsión de la derrota electoral que inciden en que hay que abrir el melón sucesorio, con Patxi López o Carme Chacón como los mejor situados en la carrera, y reconstituir el PSOE.

Rubalcaba se ha esforzado durante toda la campaña en no distraer el foco hacia este tema de la sucesión, que ha silenciado en todo momento. El reto que se autoimpuso fue el de hacer trizas las encuestas que le auguraban peores resultados que los de Almunia en el año 2000 y a este fin ha aplicado su máxima de “más trabajo”,por la que le conocen todos sus colaboradores y asesores.

Trabajo y lealtad al partido

También es rasgo de Rubalcaba su lealtad al partido, sobre la que nadie podrá reprocharle que no se puso a trabajar con una intensa campaña, de hasta cinco mítines al día, al servicio de las siglas del Obrero Español, a excepción hecha de que para correr este maratón dejó a un lado, en la cuneta, a la ministra catalana Carme Chacón. Llegar a la meta era un desafío casi inútil, aunque él se alentaba con los “tracking” internos de Ferraz que aventuraban que había recortado cinco puntos de distancia en la primera semana de campaña respecto al PP de Mariano Rajoy.

De los 16,9 puntos de brecha con que salpimentaba la carrera electoral el CIS, el PSOE creyó que los resultados finales no estarían por encima de los 8-8,9 puntos. La debacle se ha confirmado esta noche, cuando IU ha capitalizado el “voto útil” que pedía para sí el candidato socialista y el PSOE se ha visto aplastado por la crisis económica, los nefastos indicadores de paro, desempleo juvenil, crecimiento nulo de la economía, la prima de riesgo por las nubes y una amenaza latente tras haber entrado en zona de riesgo de rescate externo.

Rubalcaba no ha conseguido, pese a los esfuerzos, despegarse del lastre de haber sido una de las columnas vitales de ese Gobierno que ha caminado desorientado por una amarga IX legislatura. Ni él en persona, ni su equipo de campaña, han logrado evitar despeñarse en el precipicio de las urnas este 20 de noviembre.

Derrota colosal

Un repaso por las portadas históricas de ABC tras los diferentes comicios generales da idea de la magnitud de esta derrota socialista, que, por cierto, se daba por hecha antes, incluso, de que José Luis Rodríguez Zapatero anticipase que se iba (2 de abril) y que convocase elecciones (29 de julio):

-El 29 de octubre de 1982,ABC titulaba con los “casi diez millones de españoles” que habían confiado en el PSOE y explicaba la holgada victoria socialista, entre los que situaba (curiosamente) como desafíos para el presidente Felipe González, que concurría por tercera vez a unas generales, la remontada de la crisis económica, amén de la construcción del Estado de las Autonomías.

-En 1986, con el dibujo del hemiciclo impreso en la portada del rotativo, el PSOE sufría un “sensible retroceso” desde los 202 anteriores hasta los 184 escaños por 104 que obtenía Alianza Popular.

-En 1989, el PSOE ganaba sus terceras elecciones generales consecutivas a pesar de que padecía “un duro correctivo electoral” y ganaba “in extremis” la mayoría absoluta, con los 176 escaños válidos para ello.

-En 1993, ante la sorpresa de más de uno, el PSOE vivía otra victoria, pero debía compartir primera plana del periódico con otra “hazaña” casi tan recordada: el tenista Sergi Bruguera, campeón en Roland Garros. El gabinete del sevillano retrocedía 15 escaños respecto a 1989 y Aznar ponía fin al “rodillo socialista”, se escribió en esta ocasión.

-Tres años después, acorralados por los casos de corrupción, el PSOE desciende los mismos escaños que escala el PP y Aznar deberá pactar para ser el cuarto presidente de la democracia (151 escaños, el PP; por 141 del PSOE).

-Ya se sabe lo que ocurrió con Almunia en el año 2000 y la crisis abierta en las filas socialistas que terminó llevando la hecatombe electoral al XXXV Congreso Federal del PSOE, del que un inesperado Zapatero saldría convertido en el aspirante socialista a La Moncloa. Y lo consiguió, no menos sorpresivamente y tras el mazazo del 11-M, en 2004. “El PP se derrumba de 183 a 148 escaños, y el PSOE sube de 125 a 164”, rotuló ABC.

-Cuatro años después, el 9 de marzo de 2008, el PSOE vuelve a ganar pero es el PP el que más escaños crece, seis. Pasa de 148 a 154 y el PSOE de Zapatero también sube cinco, de 164 a 169. La dimisión esta vez fue de Gaspar Llamazares como coordinador federal de IU, que se despeñó de cinco a dos escaños. Rajoy obtuvo el 40% de los votos.

Alfredo Pérez Rubalcaba es peleón (el lema con el que ha concurrido a las elecciones es "Pelea por lo que quieres") y tenía las tablas suficientes para correr esta vez, con más de 60 años a sus espaldas, los dos kilómetros más difíciles de sus 37 años de militancia en el PSOE: los que separan en línea recta la sede de la calle Ferraz y el Palacio de La Moncloa. Pero llevaba demasiado barro en las botas y pesaban demasiado. No ha podido ser.

  • Compartir

publicidad
Consulta toda la programación de TV programacion de TV La Guía TV

Comentarios:
Últimos vídeos

El FBI libera a 105 menores víctimas de explotación...

Copyright © ABC Periódico Electrónico S.L.U.