<% candidatov="Alfredo Pérez Rubalcaba" partidov="PSOE" %> Alfredo Pérez Rubalcaba: Candidato por el PSOE en las Elecciones Generales 2011 del 20N en ABC.es
Alfredo Pérez Rubalcaba

Alfredo Pérez Rubalcaba

Solares, Cantabria, 28 de julio de 1951

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Rubalcaba, elocuente y hábil comunicador, lleva más de tres décadas en la «res política»
Rubalcaba, elocuente y hábil comunicador, lleva más de tres décadas en la «res política» / Agencias

El «monje» que susurraba al presidente

Érika Montañés

El «monje del poder» que susurraba al presidente. ahora se presenta para serlo. Éste podría ser el resumen del contenido de la vida de un Alfredo Pérez Rubalcaba (Solares, Cantabria, 28 de julio de 1951), que se ha trazado en una biografía no autorizada, publicada por La Esfera de los Libros y elaborada por el periodista Julio Somoano a partir de decenas de declaraciones públicas y retazos de entrevistas a personas que conocen muy bien a este químico de profesión. Se dice del personaje que tiene tremendas dotes para la componenda y la ocultación. «La mitad de los españoles le adora, y la otra mitad le detesta -subraya Somoano-, y casi todos le temen». «Probablemente es el hombre que más secretos de Estado conoce y que domina las alcantarillas del Estado»; «es un veterano estratega, masajista de las negociaciones, torero de la dialéctica, es el ariete mediático del PSOE». Y «todos los capitanes socialistas lo han querido tener junto a ellos», son otras frases que sintetizan su arrolladora personalidad política.

Sus frases

Se le recordará por aquellas diez palabras que pronunció un 13 de marzo, jornada de reflexión en España: «Los ciudadanos se merecen un gobierno que no les mienta»

Tras el atentado etarra de la T-4, salió a decir «jamás van a alcanzar sus objetivos, ni matando, ni extorsionando, ni chantajeando, ni poniendo bombas» y tras el comunicado de cese definitivo de la banda, del 20 de octubre de 2011, se felicitó por «la gran victoria de la democracia»

Rubalcaba lleva 37 años en el partido y tres décadas en el poder, desde que pisara en 1982 las alfombras del Ministerio de Educación y Ciencia como director técnico en una de sus áreas. Hubo de esperar una década para convertirse en ministro de ese ramo que tanto le atraía, como doctor en Ciencias Químicas que era en la Universidad. De ahí su carrera se reeditaría en los Ministerios de Presidencia, Interior, Vicepresidencia y Portavocía de diferentes Gobiernos socialistas, los de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

El GAL y Felipe GonzálezDesde esas posiciones ha conocido los acontecimientos políticos más importantes de las últimas tres décadas. Sirva un botón de muestra: Rubalcaba fue el portavoz de los escándalos del GAL y de corrupción del «tardofelipismo»; contó, al parecer, con mejor y más pronta información del devenir de España entre los sangrantes 11 al 14 de marzo de 2004 que el propio presidente Aznar. Después de aquello, el nuevo presidente Zapatero le encarga personalmente la labor de diseñar una estrategia negociadora con todo el arco parlamentario, excepto con el «al PP ni agua» que acuña Rubalcaba y proyecta para toda la primera legislatura del leonés. También arregla el entuerto del Estatuto de Cataluña, logrando que fuese recortado en varios artículos y refrendado por el Congreso.

Más interesante resulta comprobar que, en plena negociación con la banda terrorista ETA que él conocía, Alfredo Pérez Rubalcaba mantiene un arma de doble filo «negociando con una mano y empleando la otra mano, la dura, al dirigir a las Fuerzas de Seguridad del Estado como ministro del Interior contra la banda», hasta desembocar en su «decisión personal» de excarcelar al sanguinario etarra Juan Ignacio de Juana Chaos. Además, durante su mandato en Interior (que comienza el 7 de abril de 2006), se produjo el controvertido "chivatazo" al entramado extorsionador de la banda, con centro neurálgico en el bar Faisán de Irún.

En Interior: «Avisad a Elosúa»
La «X» del Faisán es su principal jaqueca como ministro del Interior, que «ya no tiene como candidato». Según pronunció Felipe González, Rubalcaba es experto en superar obstáculos que él mismo se ha creado, como éste. Se trataría de una nueva gestión oscura de este «fontanero, funambulista» y experto en el juego del mus, que solo libra para ganar como buen estratega. Y no es un juego de palabras. El propio Rubalcaba se sabe un maestro del mus, del que da rienda suelta por ejemplo contra los aficionados de los bares de las playas de Niembro y Posada de Llanes, en Asturias, donde veranea desde hace dos décadas con su mujer, la vitoriana y eminente científica Pilar Goya, y con parte de su «clan de los químicos», como su amigo de la infancia Jaime Lissavetzky y su mujer, Pilar Tigeras.

Sus estudios en el colegio de Nuestra Señora del Pilar de Madrid le permitieron trazar lazos de amistad con Lissavetzky y de compadreo con su padrino político, Javier Solana. A nivel personal, en la biografía citada también se cuenta de que tiene una ideología diametralmente opuesta a la de su padre, un piloto del bando nacional (frente a su hijo, que sigue teniendo miedo a volar); también de que su suegra le apodaba «el Rúbal» y de su inconmensurable afición por el deporte, que saca a relucir hasta en los encuentros más importantes como forma de relajarse y trazar puentes con el interlocutor. De lo que más disfruta, como su contrincante Rajoy, es de la prensa deportiva y aspira en su escalada hacia el poder a llegar al último peldaño, ser presidente del Real Madrid. Sería como su retiro soñado.

¿Cómo es el Rubalcaba de puertas adentro?
Cartujo de la política, se alimenta sólo de ella, porque llega a trabajar hasta 16 horas, solo duerme cuatro al día y come muy poco, su dieta básica es solomillo y verduras o sándwiches, se puede tirar un día entero con un termo de café y refresco de cola Light, porque dice que si come mucho luego no puede trabajar, y no come pescado, porque padece el «mal de los vicepresidentes, el del anisakis. Por sus problemas cardiacos estuvo a punto de dejar la política una vez y la segunda, por razones familiares, después de que su mujer perdiese a dos hermanos. Es de carácter familiar. Cada mañana llega a su despacho y enciende su iPod con música clásica o pop para «escanear» primero las cabeceras de prensa más críticas.

De lo que nadie tiene duda es de que es un comunicador nato, el dirigente sexagenario aplica a su praxis política un principio de su carrera química: intenta ser «contundente como un fotón y sutil como las ondas». Es un hombre que convence, atrapa y seduce, que te gana en el terreno corto, hasta el punto de que la actriz Maribel Verdú llegó a confesar que le «ponía», precisamente por esas armas de seducción y esa fama de conspirador que tanta sorna le despierta al propio protagonista. Consciente de que el paso por Interior suavizó su imagen, en el PP dicen de él que «es el enterrador de los gobiernos socialistas, el último que se va de Moncloa, el que apaga la luz».

El futuro... ¿también en sus manos?
Los expertos opinan que si pierde el 20-N, luchará por ser secretario general del PSOE. Luego, puede aspirar en las siguientes generales de 2015 o dejar paso a Carme Chacón, de quien además reescribe el libro cómo se encargó él, su homólogo en el partido, José Blanco, y el que él denomina como «su sucesor» natural y hombre de Rubalcaba donde los haya, Patxi López, de echarla a un lado. Zapatero, que había dicho que nunca daría un «dedazo» y que siguió defendiendo las primarias como sistema de democracia interna, se desmontó de ese caballo en la última semana de mayo de 2011 y designó a Rubalcaba como su sucesor. Ahora se enfrenta al reto de soltar lastre y ver si los españoles confían en él a solas, sin la "marca Zapatero".