«Tengo capacidad para venderte la casa en menos de una hora»

¿Cómo se siente al haber recibido el premio a la empresaria del año?

Cuando te llega primero te sorprende, y después te preocupa. Eso significa que estás llegando a una edad determinada. Una vez pasada esa etapa por cierta preocupación de llegar a una edad determinada lo agradeces, es una reconocimiento a toda una carrera. En una profesión como la mía que no está calificada social e institucionalmente como tal, doblemente. Es un enorme reconocimiento tanto como para mí como para mi gestión.

Podría decirse que usted se ha hecho a sí misma

Yo no tengo carrera. No pude. Con 17 años dirigía equipos comerciales y con 23 dirigía mi propia empresa. Tengo 56 años, hace 35 que estoy en el sector inmobiliario y hace 32 que tengo Vivienda2. No da tiempo. Me he hecho a mí misma, que es lo que se dice de la gente que llevamos toda la vida trabajando.

¿Qué puede decirnos de Vivienda2?

Negocio y empresa son cosas distintas. Un negocio se monta con la mentalidad de ganar. El concepto emprendimiento, riesgo, futuro, aprender a perder para ganar, en nuestra cultura está muy poco instaurado. Vivienda2 nación con la premisa de o construimos proyecto empresarial o no nos interesaba mantener vivo este proyecto. El negocio se monta para ganar y la empresa se monta para dar de ganar a otros. Se puede sacar rentabilidad empresarial, se debe, solo bajo una premisa: aportando beneficio y utilidad a aquel que está haciendo uso de su especialización. Las empresas tienen capacidad para surcar generaciones y os negocios suelen ser proyectos temporales a la sombra de momentos de bonanza Vivienda2 nace siendo empresa. Estamos bajo la premisa de dar de ganar al consumidor.

¿Cómo ve a su competencia en un sector como el inmobiliario?

Mi competencia no lo es tal. Es un mercado amplio, libre, tiene capacidad para admitir un volumen altísimo de proyectos empresariales. No considero que tenga competencia porque mi proyecto es empresarial y no negocio y porque mi empresa siempre ha tendido a la especialización. Eso ha promovido que seamos la única empresa con dos certificados de calidad.

¿Qué es lo que les diferencia de sus competidores?

En Vivienda2 sabemos enfrentarnos a los problemas, a los fallos. Cuando se comete un fallo se paga y se admite. Es una de las ventajas respecto a los demás. También el concepto de tener una misión perfectamente definida. Eso te obliga a tener unos estándares de calidad, unos valores de transparencia.

Hay trabajo duro tras su figura, pero los consumidores no terminan de confiar en las inmobiliarias

Es cierto. Voy a entonar un «mea culpa». No somos profesión. El consumidor no conoce a lo que nos dedicamos. Aparentemente nos dedicamos a vender casas. Ese no es objetivo. Aunque Vivienda2 tiene como escaparete que es una inmobiliaria, lo que hacemos es vender servicio. Cuando te quitas una muela no vas al vecino que se ha hecho un cursillo a quitártela. No voy porque pongo en riesgo mi salud. Todo esto son beneficios del profesional.

El consumidor ve lo que le hemos enseñado, es que una casa la puede vender cualquiera. El mayor bien de una familia es la propiedad. Imagina que el mayor importe con el que se gestiona una familia lo pones en manos de cualquiera. Hay que tasar, gestionar... Lo tendrá que hacer un profesional.

¿Cómo ha sido sobrevivir a la crisis?

Como empresa, tenemos mayor capacidad para sacar más rendimiento a una casa. Y en tiempos de crisis más. Los momentos de crisis son los de oportunidad para los profesionales. Nuestros mayores crecimientos los hemos proyectado en momentos de crisis. Esta central por ejemplo ha abierto en pleno 2010. El mejor momento es cuando te dan la oportunidad de mostrar algo al público. Cuando tienes algún momento que demostrar algo al cliente, es este (el de crisis). En momentos álgidos lo pasamos mal. No estando en un mercado con cultura profesional, los consumidores tiene la idea de que para qué usar una inmobiliaria. En crisis no queda más remedio que acudir al profesional. Aun así, no te digo que no lo pasemos mal. Hemos tenido capacidad para aguantar los momentos malos. Pero cuando crees en un proyecto apuestas por él.

¿En qué momento se encuentra el sector inmobiliario?

Veo que parece que hemos llegado al valle, tocado ese fondo tan deseado. Las viviendas han dejado de bajar. Las viviendas inquietan al español. Parte de 2015 diciendo que se estabiliza y en 2016 que hay un repunte. Pero no en todas las provincias está pasando. Hay áreas muy sumergidas en crisis. Las grandes ciudades y la costa emergen.

En la ciudad donde Vivienda2 opera, Madrid, ya hay repunte como dice. ¿Cómo opera su empresa para no haber sufrido la crisis?

No hay milagros, sino una máquina pensada para hacer esto. Si me contratas a mí la venta, tengo capacidad para venderte la casa en menos de una hora. Muchas veces tenemos que advertir al propietario esto, decirle que esto no es un milagro. Es que tenemos un sistema de gestión preparado para dimensionar la capacidad del individuo que la trabaja. Aquí entra una casa a la venta y se cruza con 7.000 compradores.

Su empresa puede vanagloriarse de estar en un buen momento pero hubo tiempos no tan boyantes. ¿De quién fue la culpa de la crisis?

En crisis todo el mundo se echaba la culpa y la banca y sector inmobiliario pagaron el pato. ¿Qué hilo se mueve para que un país se hunda o de repente escampe y salga el sol? Las inmobiliarias influimos pero a la alta política no hemos llegado. No sé qué es lo que hace que ocurra esto.

¿Y qué decir de la responsabilidad que se presupone a quienes actúan en este sector?

Se debe ser responsable en el sector inmobiliario. Un profesional lo es porque tiene un compromiso altísimo. Si no, ¿qué tiene un profesional?

Por último, como presidente de la patronal de su sector y afectada directamente por el «intrusismo», ¿qué pediría al Gobierno?

Ya les pedimos profesionalización. Que cualquiera pueda entrar en el sector va en perjuicio del profesional y el consumidor. Pedimos que haya unos mínimos para acceder a esta profesión, un seguro de caución, de responsabilidad civil, un registro, formación... Una serie de mínimos que protejan al consumidor, que no lo trabaje cualquiera. Yo no soy cualquiera.