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«El sector de los servicios funerarios tiende a la concentración, y nosotros estamos atentos»

Daniel Palacios, director Comercial y de Marketing de Albia, explica las claves sobre la evolución de la industria de los servicios funerarios

El Grupo Albia apuesta por la personalización de los servicios JAIME GARCÍA
Fernando Pérez

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Con mas de 25 años de experiencia en el sector de los servicios funerarios, Grupo Albia gestiona 126 tanatorios, 280 centros funerarios, 36 crematorios y una veintena de cementerios. Una referencia indiscutible en una industria que trata de evolucionar al ritmo de los nuevos tiempos.

—¿Cómo ha cambiado el sector en este cuarto de siglo?

—El sector funerario está avanzando a una indudable profesionalización para adaptarse cada vez más a la evolución de la sociedad. Existe una tendencia a la concentración en grandes grupos funerarios frente a la atomización existente en los años anteriores.

Nosotros hemos incorporado al servicio elementos que complementen la prestación funeraria, trasladando el foco de atención hacia las familias en vez de la visión tradicional centrada más en la gestión de la despedida del fallecido. Todos nuestros elementos de valor añadido (financiación, asesoramiento jurídico, personalización, modernización de las instalaciones…) van encaminados a cubrir las nuevas demandas de la sociedad y a prestar una labor social que enlaza con nuestra identidad corporativa: «A tu lado. Para tu tranquilidad».

«El sector precisa una ley nacional que permita trabajar en igualdad de condiciones»

—La industria funeraria agrupa a más de 1.400 empresas en nuestro país ¿Cree que hay un escenario para operaciones de concentración? ¿Está atento su grupo a estas posibilidades?

—Por supuesto. El sector está tendiendo a la concentración y a modelos de gestión más profesionales y eficientes. Nos estamos encontrando escenarios donde podemos aportar un gran valor con operadores locales, grandes sinergias en procesos y recursos que refuerzan la posición de nuestro negocio. En definitiva, estamos atentos a posibilidades de colaboración a nivel nacional e internacional.

—El sector se liberalizó en 1996, pero el escenario legal dibuja distintos reglamentos en cada Comunidad Autónoma. ¿Cree necesaria una normativa que evite esta digresión?

—Tras la presentación por la Iglesia Católica del documento «Instrucción Ad resurgendum cum Christo», la patronal de nuestro sector, Panasef, ha vuelto a recordar que está solicitando desde hace tiempo una Ley Nacional de Servicios Funerarios que regule el destino final de las cenizas, entre otros aspectos. Porque el sector precisa una ley nacional que permita trabajar en igualdad de condiciones, actualizada y adaptada a las nuevas tendencias del mercado y de la sociedad. El papel de la empresa funeraria es ofrecer un servicio personalizado, y disponer de un amplio catálogo de soluciones para responder a las solicitudes de la familia.

«El tipo impositivo que grava estos servicios en España está entre los más altos de Europa»

—A pesar de ser un servicio básico, la actividad está sujeta a un IVA del 21. ¿Cree que la bajada que reclama la industria llegará en esta legislatura?

—El tipo impositivo que grava estos servicios se encuentra entre los más elevados de Europa, tratándose de un servicio de primera necesidad. La subida realizada hace 5 años del 10 al 21% no sólo ha hecho daño al sector, sino que ha encarecido los servicios directamente a las familias. Sería de desear que se estudiara su bajada sin más dilaciones, pero es difícil concretar si se va a realizar en esta legislatura. 

—A pesar de que se ha avanzado en la profesionalización del sector, parece que las opciones de formación específica son aún escasas. ¿Es este uno de los grandes desafíos de la industria?

—Es fundamental contar con una formación continua, adaptada a las nuevas costumbres y maneras de realizar los servicios para lograr ser más eficientes y flexibles. Debemos estar atentos a las nuevas necesidades de las familias, nuevos productos que se están empezando a implementar -especialmente relacionados con la cremación y la tecnología- sin dejar de avanzar en las tareas complejas que requiere un profesional de este sector: psicología, protocolo, conocimientos sanitarios o labores administrativas entre otros.

—¿Cómo afronta Albia el reto de la atención directa a las familias?

—Creemos firmemente en la personalización en los servicios, en escuchar las necesidades de cada familia y ser capaces de adaptarnos a sus gustos. Queremos ofrecerles un amplio abanico de posibilidades y ayudarles a gestionar de la mejor manera posible una situación tan sensible: desde mejorar la comodidad de nuestras instalaciones a incorporar servicios de asesoramiento o facilidades de financiación.

—¿Cuáles son las previsiones para este año? ¿Quieren crecer en algún área geográfica o de negocio concreta?

—Somos optimistas . Todo parece indicar que seremos capaces de mejorar nuestras cifras de facturación por cuarto año consecutivo y consolidar las principales magnitudes financieras. Además, estamos inmersos en un proceso de transformación digital fundamental para liderar el sector. Valoramos en nuestro plan estratégico el crecimiento orgánico e inorgánico, buscando alianzas y un mejor posicionamiento en zonas claves de España.

Ayuda a la normalización

Daniel Palacios asegura que uno de los principales desafíos del sector y de Albia «es buscar la normalización y dar relevancia al compromiso social que supone la realización de nuestro trabajo. Con la exposición de fotografía “Las mil caras del luto”, que organizamos con Efe, hemos querido poner en valor la cultura mortuoria como arte y tradición, y su inmensa riqueza y diversidad a lo largo y ancho del mundo», explica. Además, este año han estrenado el documental «Hoy tengo la edad de mi padre», pieza que ahonda en el análisis del sentimiento de pérdida, «en busca de las claves para entender e interpretar el duelo en la etapa infantil y adolescente. Se trata de dotar de herramientas a los padres y a los menores para que la comunicación en un momento tan delicado ayude a superar este trance de la mejor manera posible. La sociedad no está acostumbrada a recibir estos impactos de una empresa funeraria. Pero, al fin y al cabo, somos una empresa de servicios con una importante labor en nuestra sociedad.  

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