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Sánchez agradece el apoyo del PSOE y de UGT de Asturias y no cerrará Hunosa

Las minas de carbón que no sean rentables sin ayudas públicas deben cesar su actividad el 31 de diciembre

S. E.

La Unión Europea fijó el 31 de diciembre de este año como fecha límite para que las minas de carbón reciban ayudas públicas a la producción, lo que conllevará el cierre de prácticamente todas las minas de nuestro país. Solo podrán mantener su actividad aquellas que no necesiten ayudas para continuar con su producción y que devuelvan las subvenciones recibidas desde 2010.

El Gobierno «ecologista» de Pedro Sánchez –como él mismo le ha definido– ya ha dejado claro que su objetivo es cerrar lo antes posible las minas de carbón. A cambio, ha presentado a los sindicatos diversas medidas sociales y un vago plan de reactivación de las zonas afectadas.

Sin embargo, para la empresa pública Hunosa que preside Gregorio Rabanal ha previsto una solución menos traumática, que pasa por la continuidad de una de las tres explotaciones que tiene activas. Así lo confirmó el propio Pedro Sánchez en un mitin en Oviedo el pasado día 9 de este mes, cuando aseguró una transición energética «justa y dialogada con los actores y agentes económicos», con Hunosa «a la vanguardia».

Se trataría de mantener un pozo en actividad y el carbón extraído (escaso y de mala calidad) utilizarlo para la producción eléctrica en la pequeña central que tiene la empresa en Mieres.

Con esta decisión, Pedro Sánchez agradece el apoyo recibido en las primarias del PSOE de la dirigente asturiana Adriana Lastra y del sindicato minero SOMA UGT, organización muy influyente en el seno del socialismo asturiano que lo apoyó en los momentos más difíciles del ahora presidente del Gobierno. Cabe recordar que Lastra fue uno de los apoyos más fuertes de Pedro Sánchez a la hora de concurrir a las primarias de 2017 y que, tras ser designado secretario general del partido, fue nombrada vicesecretaria general y, después, portavoz del grupo socialista en el Congreso.

La estrategia del Gobierno solo se entiende como pago por los servicios prestados al PSOE y a SOMA UGT de Asturias, ya que tendrá un elevado coste económico. Hunosa, con una plantilla de 1.148 trabajadores, tendrá que devolver las ayudas recibidas desde 2011, que superan los 200 millones de euros, a las que habría que sumar los al menos 28 millones previstos para este año en los Presupuestos del Estado y que asume la SEPI. A las pérdidas de explotación habría que añadir las elevadas cantidades destinadas a pagar las prejubilaciones, que en 2017 alcanzaron casi los 170 millones de euros. Los compromisos adquiridos superan los mil millones.

El año pasado, Hunosa registró unas pérdidas de 14 millones de euros, un 70% inferiores a las del ejercicio anterior. La cifra de negocios, excluyendo las ayudas a la producción (0,3 millones de euros), se situó en 33,5 millones de euros, de los que un 92% provienen de la venta de energía eléctrica y un 4% de la venta de carbón térmico. La producción de carbón alcanzó las 358.000 toneladas.

Fuentes del sector han subrayado a ABC que «lo insólito es que este Gobierno dé por cerrada toda la minería privada mientras pretende mantener abierto el auténtico sumidero que es Hunosa. La respuesta está en los apoyos conseguidos del SOMA que tiene su núcleo duro en la empresa y es dominante en la federación socialista asturiana e influyente en el entorno político inmediato de Sánchez, como son Adriana Lastra y Luis Carcedo (también asturiana y nueva ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social tras la dimisión de Montón).

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