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El presidente del Bundesbank critica al BCE por generar una «paz engañosa»

Jens Weidmann rechaza las propuestas de la Comisión Europea

El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann REUTERS
Rosalía Sánchez

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La era Draghi ya está amortizada y el muy bien situado para sucederle al frente del BCE, el actual presidente del Bundesbank alemán, Jens Weidmann , se permite criticar la continuada en el tiempo política monetaria del italiano como generadora de una «calma engañosa» y se eleva ya sobre la disputa en la ruta de salida de los estímulos monetarios para fijar el foco en el asunto más importante que tienen entre manos los europeos. En un artículo que firma hoy en el diario alemán Frankfurter Allgemeiene Zeitung, el presidente del Bundesbank alemán anota que el debate sobre las próximas reformas europeas «ha cobrado impulso», pero advierte que « las propuestas de la Comisión Europea no ayudan ». Apunta que “un vistazo al otro lado del Atlántico muestra cómo una unión monetaria puede lograr capacidad de resistencia”, en un texto que lleva por título «Amortiguar mejor las crisis del euro».

«La integración económica de Europa ha contribuido sin duda a nuestra prosperidad», escribe, «sin embargo ahora se discute si deberíamos profundizar en esa integración y, de ser así, cómo deberíamos hacerlo». Señala que la crisis financiera ha expuesto sin piedad las debilidades de la unión monetaria: «desarrollos equivocados en los Estados miembros que los hicieron económicamente vulnerables y fallas en el diseño de la construcción institucional». Repasa los esfuerzos sureños y las reformas estructurales llevadas a cabo, «sin embargo sería una falacia creer que la zona euro está ahora preparada para todos los casos». «También en el futuro la zona euro puede estar expuesta a pruebas de estrés debido a crisis regionales o sectoriales. La buena situación económica actual no debería cegarnos en eso», augura, recordando que la política ultra laxa del BCE contribuye a una «calma engañosa».

Como puntos cruciales de la reforma europea, señala el fortalecimiento del principio de la responsabilidad nacional, tal y como aparece en el Tratado de Maastricht, y el fortalecimiento de la integración fiscal. «Un vistazo al otro lado del Atlántico nos muestra cómo una unión mentaría puede ser estable sin abandonar el principio de la responsabilidad individual. En los Estados Unidos, las conmociones económicas que afectan a los estados individuales se mitigan mejor que los desarrollos comparables en la zona euro . Curiosamente, las formas fiscales de distribución de riesgos intergubernamentales a través de impuestos o el gasto público desempeñan solamente un papel subordinado».

Weidamnn se declara partidario de formas individuales de distribución de riesgo, utilizando también el ejemplo de Canadá, y afirma que «un requisito esencial para el seguro de depósito europeo sería poner fin al tratamiento preferencial de los bonos del Estado en la regulación bancaria». «Los préstamos a los Estados no deben tratarse de manera diferente a los préstamos a empresas o particulares», reivindica, en lo que se perfila como su programa de gobierno para el BCE y propuesta del Bundesbank para la inminente reforma europea. Dice también que la armonización de las normas de insolvencia y acceso efectivo a las garantías de crédito «son ingredientes esenciales para el seguro de depósito común».

Weidmann selaña también como ejemplo que en EE.UU. existe un impuesto separado para el nivel comunitario que también está controlado por el nivel federal, por lo que muchos estados tienen el fondo denominado «Rain day», donde depositan excedentes para tiempos de vacas flacas, mientras que en Europa las administraciones piden prestado para soportar una recesión. Según su visión de Europa, «solamente se puede esperar una política fiscal responsable si los propios países tienen que pagar sus deudas, por lo que las reglas de estabilidad y crecimiento deben ir adheridas al principio de responsabilidad fiscal. Y para eso las normas presupuestarias deben ser más simples y transparentes, algo que la propuesta de la Comisión Europea aleja de la realidad».

Weidmann critica también la propuesta de un ministro de Finanzas europeo, porque no aportaría más disciplina presupuestaria, y cree que sería mejor transferir el control presupuestario a una autoridad independiente, para separar el análisis imparcial de la concesión política.

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