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Los precios de la telefonía suben por primera vez en ocho años

El resurgir de la televisión de pago, la generalización de los paquetes de servicios y la concentración del sector ponen fin a la guerra de tarifas

MONCHO VELOSO

Fin de las rebajas en las tarifas de telefonía. La liberalización del negocio, una regulación enfocada a fomentar la competencia y la encarnizada guerra de precios llevada a cabo por las propias compañías convirtieron las telecomunicaciones en una industria claramente deflacionaria. Por ejemplo, el precio medio por minuto de una llamada móvil ha caído solo desde 2007 casi un 66%. Sin embargo, y según el Índice de Precios al Consumo (IPC) del sector, en 2015 se produjo el primer incremento medio de los precios de las comunicaciones en ocho años. En este ejercicio esa tendencia se mantendrá: Movistar aplicará desde el próximo viernes un alza de tres euros en sus tarifas y Orange hará lo mismo desde el 1 de marzo.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de estos servicios avanzaron un 0,5% durante el pasado ejercicio, frente a la caída del 5,7% registrada un año antes y al desplome del 6,6% de 2013. Prácticamente desde comienzos de los años 2000, tras la privatización de Telefónica y la liberalización del sector, el único año en que se produjo un incremento fue en 2007, del 0,8%. Es más, mientras la inflación general era superior al 3% año tras año, el IPC de las comunicaciones caía más de un 1% (ver gráfico) en cada ejercicio.

Ese progresivo abaratamiento de las tarifas de telefonía e internet (ADSL y fibra óptica) se debe, en primer lugar, a la reducción de los precios mayoristas, es decir, a lo que cobran Movistar, Vodafone, Orange y Yoigo a los operadores sin red por usar las suyas. Esos precios vienen impuestos por la regulación. Y las autoridades, tanto las españolas como las europeas, se han afanado en la última década en fomentar la entrada de nuevos operadores en los distintos mercados nacionales para hacerlos más competitivos y conseguir que la factura del usuario se reduzca.

Compañías «low cost»

Ciertamente, España aparecía todos los años en todos los informes de la Comisión Europea como el país del Viejo Continente con las tarifas de telecomunicaciones más caras. En ese contexto surgen las compañías de telefonía e internet «low cost», como Masmóvil y Jazztel, que para captar clientes de los operadores tradicionales basaron su estrategia comercial en desatar una guerra de precios que obligó también a las grandes "telecos" a tumbar sus tarifas.

Esa tendencia, junto con la caída del consumo a raíz de la crisis económica, redujo los ingresos del sector nacional de las telecomunicaciones de los 42.848,94 millones de euros que facturó en el año 2007 a los 30.066,85 millones de euros registrados en 2014, últimos datos anuales publicados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Es decir, las «telecos» han perdido en ese periodo un tercio de su volumen de facturación. El ejercicio 2015 podría marcar un punto de inflexión: entre abril y junio la facturación creció un tímido 0,5%, lo que hace pensar que el año pueda cerrar ligeramente al alza.

Precios bajos e inversión

Las grandes multinacionales del sector consideran que esa espiral de precios a la baja ya no es compatible con la inversión que están haciendo en el despliegue de redes de nueva generación –4G y fibra–, y que suma más de 28.000 millones de euros desde entonces, y en la compra de los derechos de contenidos –el fútbol, por ejemplo– para la televisión de pago. «Estos años de caída de precios e ingresos coinciden con los despliegues de red más potentes de las últimas décadas», recuerdan desde un operador.

«Los precios de la telefonía tienen que subir», aseguró a principios del mes de marzo de 2015 el consejero delegado del grupo Vodafone, Vittorio Colao. Ese mismo mes, Telefónica anunció una subida generalizada de cinco euros en todos sus paquetes "Movistar Fusión", que incluyen todos los servicios (telefonía fija, móvil, internet y televisión de pago), a cambio de elevar la velocidad de conexión de la banda ancha fija (ADSL y fibra óptica). A los pocos días, Vodafone España encareció sus tarifas entre 1 y 9 euros a cambio de más datos de conexión 3G y 4G.

Nuevas alzas en 2016

Solamente un mes después, en abril, Movistar comenzó a cobrar a los clientes nuevos por el exceso de «megas» que consumen con su «smartphone» y que no tengan activada la opción de reducir la velocidad al agotar esos datos. Es la misma medida que habían adoptado Vodafone y Orange.

Esas alzas explican el primer incremento en ocho años del IPC de las comunicaciones. Además, a partir del próximo viernes, Telefónica facturará tres euros más a cada cliente de «Fusión» a cambio de más datos y velocidad.

Orange aplicará también una subida de tres euros desde el 1 de marzo en sus planes "Canguro" a cambio también de más volumen de tráfico en internet fijo y móvil y más minutos de llamadas . Está por ver, por otro lado, qué tarifas aplican los operadores a partir del verano por sus paquetes integrados, teniendo en cuenta los millones que han desembolsado por los derechos de retransmisión del fútbol, el gran reclamo de la televisión de pago, y que ahora deben rentabilizar.

De producirse una nueva subida de tarifas entonces, muy previsiblemente 2016 cierre también con un alza general de los precios de las comunicaciones, lo que sería el segundo consecutivo, algo que no sucedía en décadas.

Lo operadores han comprobado además que ahora mismo están pudiendo aplicar incrementos en las tarifas sin sufrir una fuga masiva de clientes. Uno de los motivos es que, también para poder hacer frente a las mencionadas inversiones en infraestructura y contenidos, se ha producido un proceso de concentración que ha reducido la competencia. Es decir, hay menos compañías de telefonía e internet.

Servicios de más calidad

Pero además, los clientes ya se fijan exclusivamente en el precio; ahora están dispuestos a pagar más por esos servicios de mayor calidad, como la televisión de pago. Por eso, al no contar con una oferta tan completa, la influencia de los operadores «low cost» en las tarifas de las grandes «telecos» es actualmente menor.

Por si fuese poco, la Comisión Europea ha dado un giro radical en su estrategia y, tras años volcada en la reducción de tarifas, está enfocando la regulación hacia el fomento de la inversión, lo que provocará un mantenimiento de los precios mayoristas y, por tanto, menores rebajas en la factura del consumidor.

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