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El Popular tenía garantías para pedir más liquidez al BCE antes de ser resuelto

Poseía 40.000 millones en activos depositables a cambio de efectivo de emergencia, según los antiguos gestores

El presidente de la CNMC, José María Marín Quemada (i), conversa con el exdirector del Banco de España EFE

MONCHO VELOSO | MARÍA JESÚS PÉREZ

El relato oficial dice que la debacle final del Popular s e debe a una crisis de liquidez y no de solvencia . Tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Banco de España y el Ministerio de Economía insisten en que el banco era solvente hasta el día antes de su intervención, pero se quedó sin dinero para poder atender la fuga de depósitos. Ayer, sin embargo, el supervisor bancario nacional desveló que el martes 5 de junio, cuando la entidad comunica que no es viable, aún disponía de activos que podía haberle presentado a cambio de más efectivo, en contra de lo dicho hasta ahora por esas autoridades. Sus gestores decidieron no usarlas, precipitando así la liquidación ordenada del Popular.

«El Banco de España le concedió toda la liquidez que pudo hasta el máximo de las garantías presentadas», dijo el subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, en un curso organizado por la APIE en la UIMP y patrocinado por BBVA. «Si tenía más garantías pero no las presentó, no se le podía dar más liquidez» , añadió. «La entidad tenía algunos activos más que podrían haber sido utilizados como garantías si la entidad los hubiera movilizado a tiempo, antes de que ella misma se declarara inviable», confirmó en una aclaración a los medios tras indicar que solo sospechaba de que la entidad contaba con más colateral.

El organismo indicó que sospechaba que el Popular disponía de más colateral porque las garantías que presentó para solicitar liquidez de emergencia con la que cubrir la salida de ahorros eran pocas. De hecho, los expertos bancarios han puesto en duda desde el día de la intervención que un banco del tamaño del Popular se pueda quedar sin garantías y por tanto liquidez en cuestión de un día.

Los bancos en apuros por la huida de sus depositantes pueden solicitar al BCE liquidez de emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) que se les concede a través de los bancos centrales nacionales. A cambio de esa liquidez, el supervisor les exige que presenten activos -deuda pública y privada, titulizaciones y cédulas hipotecarias, entre otros- que el propio banco central pueda vender y hacer efectivo para recuperar su dinero en caso de que la entidad no devuelva esa liquidez.

Ante la salida de depósitos que sufría, el Popular decidió el lunes 5 de junio recurrir a esas líneas urgentes de liquidez pidiendo 3.500 millones de euros . Al día siguiente a las 15 horas las agotó, y el ya expresidente del banco Emilio Saracho comunicó al supervisor que se había quedado sin dinero y no había otra solución que la intervención. Entonces el BCE ordenó a la Junta Única de Resolución (JUR) y al FROB poner en marcha esa resolución, aplicando pérdidas a accionistas y bonistas y vendiendo la entidad al Santander por un euro.

Alonso informó ayer de que el Banco de España preguntó a los gestores del Popular si el banco tenía más colateral para concederle más liquidez . La respuesta de Saracho fue que «quizá esta noche» lo presentase. No fue así y el sexto banco del país fue resuelto.

¿Significa esto que Saracho decidió tirar la toalla y entregar el Popular? «No sé si tiró la toalla o no, pero no daba la impresión de que hubiera mucho tiempo», indicó el «número dos» del Banco de España, asegurando que «el volumen de esos activos muy probablemente no hubiera cambiado la situación más que de modo transitorio» , de forma que la resolución y las quitas a accionistas y bonistas no se hubiesen evitado. Otra posibilidad es que las autoridades no le diesen más tiempo.

Ahora bien, fuentes próximas a antiguos gestores del Popular aseguraron a este diario que la entidad contaba con unos 40.000 millones en activos presentables como colateral y que podrían servir para mantener en pie el grupo en torno a un año y medio. Aclarar si el fracaso del Popular se debe a una crisis de liquidez o de solvencia no es insignificante, sobre todo de cara a una eventual judicialización del caso.

Si el problema se focaliza en la repentina falta de efectivo para atender a los depositantes, como apuntan con insistencia las autoridades, las demandas de accionistas y bonistas podrían centrarse en cómo la gestión de Saracho provocó una desconfianza tal en el banco que metió al banco en una crisis de liquidez nefasta. De hecho, el ministro de Economía, Luis de Guindos, apuntó en el Congreso de los Diputados a que errores de comunicación de Saracho y las consecuentes bajadas de «rating» que sufrió el grupo desembocaron en esa fuga de ahorros.

Si en cambio el debate gira en torno a la situación de balance del Popular, que acumulaba más de 36.800 millones en activos improductivos poco provisionados, las querellas podrían centrarse en la gestión de Ángel Ron y en la supervisión por el Banco de España, el BCE y la Autoridad Bancaria Europea (EBA). Ayer el subgobernador rechazó hacer cualquier autocrítica: «No sé qué autocrítica quieren que hagamos. Las responsabilidades, si las hay, las determinarán los jueces », dijo.

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