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Fiasco dos años después de inflar sus cuentas

Las pérdidas en su división nuclear funden a Toshiba

Al borde de la ruina, la compañía japonesa venderá su rentable negocio de microchips para sobrevivir

Una imagen de la sede central en Tokio de Toshiba. Las acciones de la histórica compañía han perdido la mitad de su valor y las agencias de calificación han degradado su solvencia ABC
Pablo M. Díez

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Con unas pérdidas previstas de 390.000 millones de yenes (3.200 millones de euros) para este ejercicio fiscal, que en Japón termina en marzo, la multinacional electrónica Toshiba se halla al borde del abismo. Según los medios nipones, la culpa de este desastre financiero la tiene su división nuclear, que aporta un tercio de los ingresos del grupo. En 2015, su filial estadounidense, pero ahora parece que dichos activos valen mucho menos de lo calculado y hay problemas para abonar los pagos que faltan. Como consecuencia, Toshiba tendrá que anotar en su rama nuclear una reducción de activos de 712.500 millones de yenes (5.900 millones de euros).

Semejante fiasco ha provocado que sus acciones pierdan la mitad de su valor desde diciembre, cuando se empezaron a conocer los problemas de Toshiba. Además, l as agencias de calificación han degradado la solvencia de esta firma legendaria, que tendrá dificultades añadidas a la hora de pedir nuevos préstamos. Para hacer frente a las pérdidas, la compañía venderá parte de su negocio más rentable: la división de microchips para ordenadores y teléfonos móviles. Con un valor estimado de dos billones de yenes (16.800 millones de euros), se trata del segundo mayor fabricante mundial de chips tras Samsung. Una privilegiada posición que Toshiba perderá porque, como informa Bloomberg, la compañía pretende deshacerse de la mitad de sus acciones con el fin de recaudar un billón de yenes (8.400 millones de euros) y sufragar así sus pérdidas en el sector nuclear.

Potenciales compradores

Para conseguir un buen precio, Toshiba está dispuesta a negociar durante todo este año con sus posibles compradores y cerrar el trato antes del próximo ejercicio fiscal, en marzo de 2018. A su favor tiene que este mercado genera casi 30.000 millones de euros al año y por su división de microchips, que copa el 20% de las ventas, ya se ha interesado la firma surcoreana SK Hynix. Junto a ella, otros potenciales compradores serían Micron Technology y Western Digital Corporation, socio manufacturero de Toshiba.

Ante tales perspectivas, sus acciones se dispararon esta semana un 22,31%, recuperándose así de las caídas de los últimos meses. A esta subida también ha contribuido la venta a Canon de su financiera de equipamiento médico por 3.140 millones de yenes (26 millones de yenes). El año pasado, Canon ya compró sus fábricas de equipos médicos por casi 6.000 millones de euros.

La compañía prevé unas pérdidas de 3.200 millones de euros para este ejercicio fiscal

Además de vender su participación en la firma de electrodomésticos china Midea, que sigue manteniendo su nombre por prestigio, Toshiba renunciará a la construcción de nuevos reactores nucleares. Dicha industria se encuentra en entredicho desde el accidente en la central de Fukushima 1, provocado por el tsunami que arrasó la costa nororiental de Japón en 2011. De hecho, Toshiba está participando en el desmantelamiento de dicha planta atómica, donde se fundieron total o parcialmente tres de sus seis reactores nucleares. Debido a la contaminación por radiactividad que sufre la zona, dichos trabajos durarán todavía varias décadas y sus costes se han disparado hasta los 20 billones de yenes (168.000 millones de euros), lo que complicará más la situación de la empresa. Con diversos proyectos suspendidos temporalmente o cancelados en todo el mundo en beneficio de las energías renovables, Toshiba se está replanteando reducir sus negocios nucleares.

Tras el escándalo de maquillaje contable que sacudió a la compañía hace dos años, cuando se descubrió que había inflado sus beneficios en varios ejercicios fiscales, Toshiba vuelve al ojo del huracán y ve su futuro amenazado. Fundada en 1875, esta marca puntera en televisiones y ordenadores cambió hace tiempo el núcleo de sus negocios con electrodomésticos por otros sectores como el nuclear, que puede fundirla como a los reactores de Fukushima.

Dimisión del presidente

El presidente de Toshiba, Shinegori Shiga, ha dimitido por las pérdidas de su división nuclear. Shiga, que apoyó personalmente las desastrosas operaciones en Estados Unidos, fue nombrado el año pasado tras el escándalo de maquillaje contable que sacudió a la compañía, sancionada con una multa récord de 42 millones de euros por inflar sus beneficios.

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