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La mafia del furtivismo, ese saqueo «romántico» que pone en jaque la industria tradicional gallega

El mercado negro del percebe, conocido como «el rey del mar», moviliza a un sector de la población que opera de manera ilegal vendiendo el cotizado crustáceo a precios inferiores. En Navidad, su época favorita, hacen caja aprovechando el elevado importe de un marisco que puede llegar a alcanzar los 200 euros el kilo en las lonjas

Percebeiros en Muxía JAIME GARCÍA

LUCÍA M. CABANELAS

Los percebeiros no se enfrentan a la bravura del mar porque saben que esa batalla la tienen perdida. Sí combaten en cambio a las mafias que sin licencias ensombrecen una tarea difícil pero hermosa que ya forma parte de la tradición marisquera gallega. Hombres y mujeres, avituallados con trajes de neopreno, cuerdas y rasquetas, arriesgan sus vidas para hacerse con el percebe , el «rey del mar». Su temeraria labor se convierte a diario en una hazaña que despierta curiosidad dentro y fuera de su tierra.

«Dentro del gremio de furtivos, los percebeiros son la élite con mucha diferencia y nunca encontramos mujeres»

Lino Sexto

subdirector Guardacostas de Galicia

Con una mano en la roca sortean las embestidas del mar y con la otra sondean el litoral en busca del marisco que da nombre a su profesión, un codiciado crustáceo que en épocas altas llega a venderse a 200 euros el kilo . Pero cuando baja la marea también llega el momento de quienes rapiñan estos preciados bienes: los furtivos. Aprovechan la clandestinidad de la noche para faenar con mayor discreción y luego venden el marisco a precios inferiores. Perjudican a los honrados jornaleros que actúan bajo el amparo de la ley y agotan «el oro gallego». El mismo que la Xunta califica como «el mejor percebe del mundo, que deja a años luz al de Marruecos o Portugal, porque los de la Comunidad son diferentes. Nacen en aguas muy frías y muy batidas y eso hace única la Marca Galicia». Un valioso recurso que, en ocasiones, no vuelve a aparecer.

Personas constantes e insolventes, y en muchos casos vinculados a mafias y al narcotráfico. Así describe Lino Sexto a los furtivos. El subdirector de Guardacostas de Galicia también admite que quienes sustraen percebes de forma ilegal son diferentes al resto de «saqueadores de marisco»: « Dentro del gremio de furtivos, los percebeiros son la élite con mucha diferencia . Son muy profesionales, sacan mucho dinero y tienen más y mejores medios que los demás». Si es habitual ver a mujeres tomar el pulso al mar antes de adentrarse por el cotizado percebe, entre los furtivos de este marisco brillan por su ausencia: «No hay paridad, el 100% son hombres. Nunca encontramos a mujeres, profesionales sí, pero no furtivas del percebe». No obstante las mujeres también participan en la actividad ilegal. Aunque no bajen a las rocas suelen acometer los trabajos de vigilancia y transporte, aseguran.

Jaime García

Sexto explica que rapiñan el crustáceo de fondo —el que no se regenera: «Así perderemos el recurso», advierte— e incluso se ponen en contacto con las células submarinas «en una red perfectamente organizada» gracias a medios de comunicación de la NASA. Para el guardacostas y sus agentes resulta prácticamente imposible atajar el problema: los furtivos siempre se adelantan a la ley . «Emplean unos dispositivos de control que les permiten saber cuándo salen nuestras embarcaciones y cuando llegamos, ya se han ido con todo el marisco». Pero ese tipo de furtivo, a diferencia del reincidente que saquea los recursos marinos por necesidad y falta de opciones, «no es el típico yonki o marginal. Son gente joven, con buena forma física. Son la jet set del gremio, tienen experiencia en buceo y no les importa actuar debajo de la superficie del agua, ni que sea pleamar, aunque los furtivos tradicionalmente rapiñen con la bajamar. También operan de noche, cuando nadie cuenta con que se esté realizando este tipo de actividad. Actúan en plan mafioso ».  «Nos controlan más ellos a nosotros que nosotros a ellos» , admite.

Señuelos para distraer a la Policía

Desde la Xunta se gestionan operativos por tierra o a pie de playa, para «pillarlos in fraganti» cuando vuelven de saquear el recurso. «Es su momento más delicado, cuando más difícil tienen escapar con la carga». Sin embargo, la mafia de los furtivos de este crustáceo —son muchos menos los que delinquen en una actividad tan peligrosa y también más especializados, por lo que «se adueñan de todo el sector— envía «coches lanzadera», vehículos con pequeñas cantidades que emplean para distraer, como un señuelo, y así sortear las barreras policiales con las cantidades realmente importantes. «Están muy coordinados y son muy efectivos, nos complican mucho» , confiesa el responsable de Guardacostas de Galicia.

Para ayudar a los hombres de Sexto en esta «guerra sin tregua», cofradías gallegas contratan un servicio de vigilancia propio, que financian ellos mismos con subvenciones de la Xunta. La Agrupación del Percebe de Baiona (Pontevedra) —que cuenta con 120 percebeiros asociados— dispone de seis guardias que se despliegan durante los 365 días del año por los 40 kilómetros de costa que le pertenecen a su cofradía para impedir que se realicen actividades delictivas. Su misión, según su presidenta Susana González, consiste en «evitar que bajen a las piedras» , tanto los furtivos internos —los del propio sector, que sí cuentan con licencias pero aprovechan ciertos resquicios para conseguir más cantidad de percebe, en zonas prohibidas o días no autorizados— como los externos, los ilegales.

El mercado negro de percebes aumentará en Navidad, cuando los furtivos pueden llegar a ganar 10.000 en un día

Los furtivos aprovechan los resquicios de la venta estacional para sacar partido de su actividad. Según los datos facilitados por la Consellería do Mar, hasta el 22 de octubre de 2015 se han decomisado 563 kilos de percebes obtenidos de manera ilícita . Además, el organismo dependiente de la Xunta de Galicia cifra en 448 las inspecciones realizadas para evitar este mal endémico y en 87 las infracciones expedidas para combatir las reincidencias. Pero los decomisos aumentarán con la llegada de la época favorita de los furtivos: la Navidad . Una época que disparará el mercado negro del percebe por su amplia demanda y los elevados precios a los que se vende este crustáceo en las lonjas: «Se pueden llegar a sacar 10.000 euros en un día; diciembre es la temporada alta de este producto», subraya Sexto.

«Los furtivos, tradicionalmente, se ven con un halo romántico, como el contrabando de tabaco: gente que lucha contra los impuestos»

Lino Sexto

Lo mismo sucederá con el mercado negro, al que muchos recurren para burlar la «lujosa» subida de precios del «rey del mar». La venta de percebes, que ha reportado en su mejor época un millón de euros a las arcas gallegas, también se resiente con la crisis . «El percebe legal tiene peor precio, básicamente porque el que se comercializa ilícitamente es mucho más barato », asegura Sexto en referencia a los furtivos, que aprovechan los malos momentos económicos para ganar adeptos. Desde que la recesión comenzara a notarse en 2010, la recaudación en las lonjas ha disminuido progresivamente, llegando a mínimos en 2013. Ahora, a medida que los hogares españoles vuelven a sentir cierta estabilidad en sus bolsillos, la industria marisquera se recupera . 2014 ya reflejó una leve subida respecto a años anteriores y con más de cinco millones y medio de euros cosechados hasta octubre según los datos facilitados por Pesca de Galicia, a falta de la temporada alta en la venta del percebe, todo apunta a que el sector consolidará la salida de la crisis este 2015. Lo hace en paralelo con la curva del PIB por demanda, que refleja a su vez cómo los españoles han recobrado la confianza. De hecho, y a falta de un trimestre por contabilizar este último año, las cifras permiten ser optimistas: por el momento 799.395 millones de euros, a lo que habría que añadir los aproximadamente 270 millones que, de media, gastan los españoles en tres meses, según el INE.

Pero no es oro todo lo que reluce, y cuanta más cantidad esté a la venta, menores serán sus precios en el mercado. Así lo cuenta Susana González, que asegura que con la campaña de Navidad ya comenzada, la cosa no pinta demasiado bien. «Los precios están siendo más bajos que en 2014. Hay mucho percebe y eso nos hace un daño tremendo . Estamos un poco disgustados», confiesa. Aunque espera que los precios mejoren a partir de la semana que viene, en la subasta del lunes el máximo alcanzado fue 140 euros el kilo y en el remate del miércoles, 110, lo que no augura un buen año, ni siquiera para los furtivos, que también se ven afectados por la abundancia.

Para el responsable de Guardacostas de Galicia, «si queremos seguir manteniendo esta tradición del marisqueo, tan popular y emblemática en la Comunidad, hay que erradicar el furtivismo». Pero no es tarea fácil, y aunque ha aumentado la colaboración profesional en los últimos años, son muchas las veces que estos artífices del mercado negro cuentan con el silencio cómplice de otros oriundos. « Los furtivos, tradicionalmente, se ven con un halo romántico, como el contrabando de tabaco : gente que lucha contra los impuestos. Además, uno de los principales problemas para evitar este peligroso arraigo en el acervo popular es que no su actividad no se considera como un robo o un hurto, porque el percebe no tiene dueño», admite. Susana González muestra su conformidad: «La sociedad es más permisiva con los ladrones del mar que con los del banco, porque sienten el percebe como un bien común, que carece de dueño».

A pesar de la camaradería de vecinos que se benefician, gracias a los furtivos, de un producto igual pero a un precio inferior que en el mercado y que los eleva en la pirámide social, «son unos delincuentes. No trabajan para nadie más que para sí mismos pero no tienen un oficio determinado. Sí acostumbran, en cambio, a saltarse las normas con actividades ilícitas. Les va bien la vida así y se nota: tienen lujosos equipos de buceo y a menudo se pasean con Porsche Cayenne », sostiene Sexto.

Al contrario que el furtivismo de otros mariscos, que sí entrañan riesgos, el percebe no necesita un proceso de depuración. Pero eso no hace esta actividad lícita, ni moral, por eso el jefe de Guardacostas asegura que aunque existen «puntos de escape» como ciertas lonjas o restaurantes «de alto nivel» que optan por el mercado negro, resulta «inconcebible» y culpa a lo asentada que está en la sociedad esta actividad: «Nadie compra chuletas a un hombre que las vende por la calle, por ejemplo. Pero sí percebes» .

JAIME GARCÍA

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