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Lecciones magistrales de vida y actitud

Un libro de KPMG recoge la filosofía de emprendedores que construyeron grandes compañías desde cero

John Scott, presidente de KPMG ABC

DANIEL CABALLERO

«Lecciones de vida y actitud». Así resume el presidente de KPMG España, John Scott, el contenido de «Los que dejan huella II. 20 historias de éxito empresarial», un libro publicado por la consultora que recoge las vivencias en primer persona de una veintena de esos emprendedores que consiguieron hacer grande su negocio consiguiendo cuadrar esa compleja alineación que suman voluntad, esfuerzo, perspicacia e intuición. El testimonio de este grupo de empresarios sirve para poner en valor su trayectoria, pero también de guía a aquellos que todavía dudan si lanzarse a la aventura o no con su propio negocio. Proceden de lugares muy diversos de la geografía española y de actividades completamente distintas pero su objetivo en el tiempo es idéntico: perperpetuarse y lograr ser los mejores en su campo.

Esta idea es la que intenta transmitir Tomás Fuertes, dueño del Grupo Fuertes, al cual pertenece El Pozo. En el acto de presentación del libro, el empresario animaba «a no ser perezosos» en el mundo actual, mientras recordaba que en unos tiempos de «tanta competitividad, con la globalización que hay, se debe tratar de ser el mejor del mundo». A pesar de ello, la ambición no es suficiente para triunfar en el ámbito empresarial. «En la vida hacen falta tres cosas: querer, saber y tener medios. Hay gente con ideas geniales pero sin medios. La empresa es trabajo, ciencia y dinero. Los bancos te pueden ayudar un poco pero si no hay dinero no se puede generar una empresa», afirma.

Fuertes destaca convencido que todos deben «pagar a la humanidad» para agradecer el haber nacido. En su caso, asegura con orgullo haber realizado ya esa contribución. «Yo he aportado en la parte social, tecnológica y económica. En la parte social y económica, tenemos unos 6.500 trabajadores directos y 30.000 indirectos. En la parte tecnológica, soy un apasionado. La máquina que produce mejor y a menor coste, si está en Australia, vamos allí a por ella».

Ejemplo de esa ilusión por seguir innovando es el Grupo Alibérico, dedicado al sector del aluminio. Su dirigente, Clemente González, no teme a los cambios tecnológicos sino más bien lo contrario. «Nos gusta adaptarnos a los nuevos modelos productivos. Es un reto para nosotros. El cambio que viene y la industria 4.0 es algo que nos apasiona». Los cambios son constantes y ese hambre por seguir progresando es lo que engrasa la maquinaria de cualquier empresa. «Los cambios van a una velocidad vertiginosa y si no estás al día te quedas descolgado y desapareces», explica González.

José García-Carrión, propietario de la empresa de vinos y zumos que lleva su apellido, encarna los valores que debería tener una empresa, como «el largo plazo» y la apuesta por «la tecnología», aunque alerta del riesgo que corren las empresas familiares si no logran adaptarse a las nuevas exigencias. «Están en crisis. Si no se sale del ámbito de la empresa familiar no se puede afrontar el futuro. La empresa que se ancle en el modelo familiar solamente no va a saber combatir la globalización».

El libro, presentado por el presidente de KPMG, John Scott, busca evidenciar que emprender siempre es posible. Ángel Ron, presidente deBanco Popular, recordó el apoyo que da su entidad a las pymes pero, al igual que el resto de asistentes al acto de presentación del libro, hizo un llamamiento a ampliar el tamaño de las empresas para hacer de España un país más productivo. La conclusión, unánime entre los asistentes: hay que abandonar la cultura de la pequeña empresa. Como hicieron esos emprendedores que soñaron y construyeron a lo grande.

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