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«Hacen falta cambios estructurales en el país para poder competir»

Antón Valero, presidente de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique)

Antón Valero, presidente de a Federación Empresarial de la Industria Química Española Maya Balanya

Belén Rodrigo

El sector químico español atraviesa un buen momento. En el 2017 facturó 63.100 millones de euros, un 7% más respecto al año anterior, acumulando un aumento del 27% en la última década. Su producción subió un 4% y ya genera el 12,8% del Producto Industrial Bruto y el 5,6% del PIB nacional. Da trabajo de forma directa a 193.600 personas (el 41% son mujeres) con una retribución media por empleado superior a los 37.000 euros anuales. Antón Valero preside la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique) desde el 2014. No oculta su satisfacción por los resultados pero advierte que son necesarios cambios en la política industrial española para poder estar en la primera línea de una sector muy competitivo.

—Más facturación, más inversión, más producción y más empleo de calidad. ¿Se puede pedir más al sector?

—Estamos muy bien, con buenos resultados y pensamos ya en el futuro, que pasa por la inversión. Y esta solo vendrá si somos atractivos. Hay que hacer los cambios estructurales necesarios en el país para que nuestro sector, compuesto por empresas muy válidas con personas altamente formadas y de tecnología puntera, pueda estar compitiendo en las mismas condiciones que los mejores. Queremos competir con los mejores porque si no lo haces, desapareces .

—Hay muy buenas perspectivas de crecimiento de la industria a nivel mundial...

—Sí, ¿pero dónde? ¿Qué va a hacer que España esté en la cabeza o en la cola? La política industrial. La industria crecerá donde sea competitiva y crezca la población y el consumo . España es un país de servicios pero el 30% son servicios que se dan a la industria. Somos un país bastante industrial y deberíamos serlo más.

—¿Cuáles son las causas del importante aumento de la facturación?

—El mercado está boyante. Europa, desde que cayeron los precios del crudo y se normalizó la parte de la financiación de la economía, está teniendo un comportamiento positivo. Es el marco en el que la industria química se mueve y además de ser vendedora localmente es muy exportadora. Hemos hecho bien los deberes desde el primer día y podemos tener este crecimiento.

—¿Y qué pasos deben seguir ahora?

—Es fundamental atraer más y más inversión. Una vez superado el bache, es una industria que requiere grandes inversiones a largo plazo. El marco económico debe ser estable y que de con fianza . En España hubo un buen trabajo de base pero faltan elementos para la competitividad de nuestra industria como es el caso de la política energética.

—Habla de más inversión, pero también creció en el 2017

—La inversión ha aumentado un 6%, no podemos decir que vaya mal. Se han invertido 2.228 millones de euros. Pero sería importante dar un paso más dentro de la primera división y podremos hacerlo si todos vamos a una. Hay que trabajar por una buena política industrial para el país . Si somos serios con el crecimiento del PIB industrial hasta el 20%, en España crearíamos 1,5 millones de empleos bien pagados, indefinidos, que acabaria con la crisis de precariedad laboral que existe.

—¿España cuenta con suficiente personal cualificado para esta industria?

—En nuestro sector nos preocupamos de que no haya falta de personal. Nos acercamos a los institutos y universidades, colaboramos con ellos para que los estudios se den de manera que sean útiles para nosotros. Hay programas de formación dual que nada tienen que envidiar a los alemanes .

—La industria química apuesta por el modelo de economía circular.

—La industria química en su historia ha hecho lo que la sociedad le ha pedido: agua potable, medicamento, energía para todo el mundo, calefacción, transportar productos, automóviles ligeros...ahora se reclama un nuevo modelo de consumo y varias empresas trabajan de forma seria en potenciar la economía circular. Será un cambio radical. Debemos redescubrir o reinventar de nuevo lo hecho en 150 años en los próximos 25 años. La industria química se apunta a esto. Pero hace falta una hoja de ruta clara y pública para que todo el mundo sepa a dónde vamos.

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