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Grupo OHL, vender por necesidad, ¿perder por obligación?

La mano de Carlos Slim ya mece las cuentas de FCC. Definitivo y contundente. No le quedaba otra a la antaño constructora de la familia Koplowitz. Ahora parece que la situación se repite con otra constructora

Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL MAYA BALANYA
María Jesús Pérez

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La mano de Carlos Slim ya mece las cuentas de FCC. Definitivo y contundente. No le quedaba otra a la antaño constructora de la familia Koplowitz. Un magnate multimillonario, importantísimo inversor mexicano, con tentáculos por todo el mundo en varios sectores, pero con claro afán desde el minuto uno por controlar la constructora española. Por si decide en breve dar el salto a Europa, incluso a los países árabes, mientras consolida y potencia su apuesta clara por Latinoamérica (FCC Américas, participada al 50% por la propia FCC y Carso, brazo constructor del magnate al otro lado del Atlántico). Manos libres al 100%. Porque la empresa ya es suya. Fue su salvador en 2014 –cuando Slim se convirtió en el nuevo primer accionista de referencia de la constructora controlada por las Koplowitz desde hacía seis décadas–, tras un intento previo fallido con otro «caballero blanco» liderado por fondos del financiero estadounidense George Soros.

Ahora, tras cinco ejercicios consecutivos de saneamiento –por cierto, culminó la refinanciación del grueso de su deuda, unos 3.300 millones de euros del pasivo total de 3.850 millones que actualmente soporta, en junio pasado –, las cuatro divisiones de FCC (construcción, ciclo integral del agua, medioambiente y cemento) tienen en parrilla de salida sus planes estratégicos individuales bajo mandato de Slim para articular la etapa de crecimiento que el principal accionista quiere darle al grupo.

Así, precisamente con el precedente de FCC_delante de sus narices, lo mismo otro de los reyes del ladrillo español tiene que ceder su cetro. Una corona que puede adaptarse en la cabeza de otro rey. Porque tiene toda la pinta de que Juan Miguel Villar Mir y su hijo Juan Villar Mir están cansados de luchar para reflotar la constructora de la familia, para lo que han desinvertido y han vendido participaciones, como las de Abertis y Colonial.

De hecho, hartos de no lograr reflotar la constructora pese a acometer desinversiones de más de 1.400 millones en los últimos dos años para hacer frente a sus obligaciones financieras, los Villar Mir ya han deslizado a los inversores su secreto a voces: que venderán su 51,12% de OHL . El consejo daba el visto bueno y permitía al heredero del liderazgo del imperio de los Villar Mir –Juan, a secas– hacer entrega de cierta documentación financiera del grupo (al gigante asiático China State Construction Engineering, CSCE) que estudia ahora hacerse con una participación significativa o no de la constructora, que necesita como agua de mayo liquidez para frente a esas obligaciones «deudoras» con la banca. La constructora vale a precios actuales del mercado algo más de mil millones de euros.

Una situación que parece calcada a la de las Koplowitz, cuya deuda personal era esa misma cifra repetida una y otra vez, unos mil millones. Y la misma dificultad para cumplir con los planes de desinversión –la valoración de activos tal cual están no los quiere nadie– para cubrirla no convence a la banca acreedora. Para más inri, OHL tiene vencimientos de casi 500 millones de euros a corto plazo y las entidades ya han preguntado a los dueños cómo piensan hacer frente a ellos.

Por ello siguen buscando inversores. O su «Slim» particular. ¿Procedente de China? Buf. Tampoco cuajó el otro contactó procedente del gigante asiático, el fondo HNA, con el que se contactó hace ahora un año. Pero las conversaciones no llegaron a buen puerto, «como tampoco llegarán con CSCE. Los inversores chinos si compran quieren mandar. Y la experiencia es un grado. En España, las incursiones asiáticas no cuajan», me cuentan.

¿La solución? Incidir en la venta de activos. La opción del crecimiento futuro «local». Quedarse como una sociedad patrimonial. Pero, ¿a quién vender? Recuerden, los nuevos señores del ladrillo son los fondos buitres –¡miren como Florentino Pérez busca financiación negociando con ellos para contraopar la oferta de Atlantia sobre Abertis, e incluso quizás también desprenderse de activos como Cellnex o Hispasat–. Eso sí, la próxima burbuja en el horizonte del sector se la comen ellos.

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