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Entrevista

«España devolverá este año a la UE más de 5.000 millones del rescate bancario»

La secretaria general del Tesoro y Política Financiera, Emma Navarro, cree que las agencias ven normalizada la crisis catalana y prevé más subidas del «rating» en primavera

La secretaria general del Tesoro y Política Financiera, Emma Navarro JAIME GARCÍA
Moncho Veloso

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Emma Navarro (Alicante, 1973) dirige con discreción desde su despacho en el paseo del Prado de Madrid la política financiera española. Una materia que está dejando noticias más que positivas al país: el Tesoro ha cerrado una emisión sindicada de bonos con una demanda histórica de 43.000 millones de euros, la prima de riesgo está en su nivel más bajo desde que gobierna el PP y Fitch acaba de elevar el «rating» de España a notable («A»), calificación que el país no tenía desde el rescate bancario en 2012.

—¿Es esperable que las demás agencias hagan lo mismo ahora?

—Esa subida muestra un reconocimiento de las mejoras de la economía española en los últimos años y es síntoma de la confianza de los inversores internacionales en el futuro de la economía del país y en cierta parte en la normalización de la situación de Cataluña. Confío en que el resto de agencias, que revisarán el «rating» esta primavera, también puedan subir la nota.

—¿Sin la crisis política catalana hubiesen subido antes esa nota?

—El pasado octubre teníamos ya a dos agencias que situaban el «rating» de España con perspectiva positiva, así que evidentemente los acontecimientos impidieron esa subida.

—¿Aún preocupa a los inversores?

—Ciertamente el tema catalán está ahí. Pero el impacto en mercado que ha tenido ha sido muy limitado. Hubo un aumento de menos de 20 puntos en la prima de riesgo en octubre, pero luego se ha ido normalizando y eso es lo que ve el mercado, y esa preocupación o incertidumbre ha disminuido.

—¿Ahora se producirá una oleada de subidas de «rating» a empresas?

—Aunque no supone una traslación automática, el «rating» del soberano tiene influencia en los demás. Gracias a esta subida esperamos una gradual ampliación de la base inversora y una reducción de los costes de financiación, que aunque están ya en mínimos históricos, si mejoran aún más se trasladarán al conjunto de la economía, incluido las empresas y las familias.

—¿Y a qué nivel podría bajar este año la prima de riesgo?

—No sólo depende de la reducción de nuestros costes de financiación, sino también de los intereses que pagan otros países. Lo que es positivo es que está ya por debajo de 80 puntos y hay analistas que creen que esa tendencia bajista se va a mantener. El diferencial está mejorando no solo respecto a Alemania, sino también a economías como Francia e Italia. Lo que percibo de mis contactos con los inversores es que España ya no es considerada una economía periférica, sino que nos aproximan a los países del núcleo de la Eurozona, somos lo que llaman un «semi-core». Eso es una noticia muy positiva. Los costes de la deuda en circulación bajaron en 2017 al mínimo histórico del 2,55% y en enero terminarán en torno al 2,51%. Es una señal positiva que se volverá a traducir en una reducción de la carga financiera, como se ha producido en los últimos años.

—Aunque aún no hay Presupuestos, ¿cuánto estima que va a destinar este año el Estado al pago de los intereses de la deuda pública?

—Nuestras estimaciones de tipos son muy prudentes y calculamos que la carga financiera se puede situar en el mismo entorno que en 2017, cerca del 2,5% del PIB. Será una cifra similar en unos supuestos muy conservadores y en un momento en que el mercado habla ya de una normalización de la política monetaria cada vez más próxima.

—¿Está preparado el Tesoro para esa transición hacia una política monetaria más restrictiva? Puede afectar mucho al coste de financiación de un país tan endeudado como España.

—Uno de los objetivos, además de reducir los costes y ampliar la base inversora, es alargar la vida media de la cartera de deuda, que es lo que estamos intentando hacer y es un elemento de protección adicional ante el escenario de tipos más altos. La vida media terminó 2017 en 7,13 años y estimamos que cerraremos enero en 7,3. Ese aumento de la vida media y la reducción de costes de la deuda permitirá mantener una tendencia adecuada en términos de carga financiera. Los estímulos monetarios se han dirigido a cumplir un objetivo, y parece coherente que una vez cumplido este propósito y el crecimiento de la economía sea sólido se vayan retirando. El BCE es independiente, pero confío en que esa retirada de estímulos se haga de manera ordenada y gradual y por tanto no debe ser motivo de preocupación para el Tesoro.

—Pero el nivel de deuda es muy alto...

—Sí, hay que continuar reduciéndolo, y por eso una política fiscal prudente es importante. Pero también la economía española tiene unas condiciones favorables para que se produzca esa reducción de la deuda.

—De hecho, si España sale del Procedimiento de Déficit Excesivo, Bruselas va a empezar a mirar más la deuda y a exigir que se recorte cada año dos puntos. ¿Es esto factible?

—Vamos por buen camino para salir de ese procedimiento, y una vez que se sale de él se entra en el brazo preventivo por el que la Comisión Europea mira la deuda. Pero también la vigila ahora, y lo que mira es el esfuerzo estructural teniendo en cuenta las condiciones del ciclo. Entre las prioridades de España está cumplir con el marco de reglas europeas. No creo que vayamos a tener problemas. La deuda viene reduciéndose desde 2014. En otros países europeos la reducción es más tardía o no se ha producido. Eso no ocurre en España: se cumplirá el objetivo del 98,1% en 2017 y el del 96,8% para 2018.

—¿Cuánto dinero del rescate bancario se devolverá en 2018 a Europa?

—El año pasado sea amortizaron 3.000 millones, con lo que llevamos devueltos cerca de 10.000, el 23% del total. Este año seguimos hablando con el MEDE para cerrar la cifra definitiva. Sigue habiendo voluntad para adelantar las amortizaciones, algo que es positivo, dada la situación de la economía española y las favorables condiciones en las que nos podemos financiar, lo que nos permite obtener ahorros por estas operaciones. La cifra será superior a la de 2017 y seguramente mayor a 5.000 millones. En el primer semestre veremos preamortizaciones importantes.

—El Tesoro va a endeudarse en 15.000 millones para pagar pensiones. ¿Esto va a ser algo estructural?

—Lo importante es que las pensiones están garantizadas por el Estado y el conjunto de los recursos públicos. Acaban de salir los datos de la EPA, que han sido muy positivos, y en 2017 aumentó el número de cotizantes en 600.000 personas y eso es lo que hay que asegurar que continúe: que siga habiendo crecimiento y empleo. Esa será la mejor garantía para las pensiones.

—Pero el endeudamiento es más un parche que una solución

—Esto se está abordando en el marco de la reforma de las pensiones. Lo importante es que hay varias formas de financiarlas. Están la Seguridad Social y el Estado. Lo importante es que están garantizadas por el conjunto de ingresos del Estado y por el Tesoro.

—Si no hay Presupuestos, ¿habrá un decreto para facilitar ese crédito?

—Sí. Ahora mismo los Presupuestos están prorrogados, por lo que el préstamo que se dio el año pasado se prorrogaría también. Pero entiendo que de no haber Presupuestos se adoptaría un real decreto ley. Nosotros lo que tenemos es una previsión, de lo que podría necesitar la Seguridad Social, a la hora de trazar nuestra estrategia de financiación para todo el año. Lo positivo es que la emisión neta del Tesoro sigue reduciéndose: estamos financiando a la Seguridad Social y al mismo tiempo reduciendo la emisión bruta y neta.

—¿Los 15.000 millones son un máximo?

—Será lo que determine el instrumento jurídico correspondiente, pero es una previsión muy prudente, y no creo que haya desviaciones.

—¿Con esos 15.000 millones se va a necesitar retirar algo de la hucha?

—Eso corresponde a la Seguridad Social. Nosotros hemos hecho una estimación de sus necesidades y tenido en cuenta que tiene otras fuentes de financiación. Que se use algo o no lo tendrá que decidir el Ministerio de Empleo.

—Su nombre figura en las quinielas de candidatos a la vicepesidencia del Banco Central Europeo (BCE). ¿Aspira a ello?

—Esto no es un tema de nombres, lo importante es que España recupere un puesto en el comité ejecutivo del BCE. Un puesto que en este caso es muy relevante y en un momento clave. España va a presentar un candidato o candidata y confío en que dada la buena evolución de la economía española, el cargo sea para España. España es un país con una vocación europeísta y tiene personas muy preparadas.

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