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Finanzas

La deuda de los hogares se ha reducido en más de 200.000 millones en nueve años

Durante el último año se han descargado de créditos por valor de 8.500 millones de euros

El 75% de la deuda crediticia de las familias españolas es hipotecaria ARC
Roberto Pérez

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Mientras el sector público sigue engordando su endeudamiento, a pie de calle familias y empresas continúan con el saneamiento financiero que emprendieron en cuanto estalló la crisis . Fue un saneamiento forzado por las circunstancias. La recesión obligó a los hogares a apretarse el cinturón de forma drástica. Y, pese a que España suma ya varios años de crecimiento económico, las familias siguen reduciendo su deuda con los bancos. Desde 2008, los hogares han recortado su endeudamiento financiero en 204.000 millones de euros . De ellos, 8.437 millones durante el último año.

En 2008, cuando estalló la crisis, los hogares españoles llegaron a deber a las entidades financieras más de 900.000 millones de euros, de los que prácticamente 700.000 eran préstamos hipotecarios. En estos momentos la deuda global de las familias ronda los 704.000 millones de euros, de los que 526.000 son préstamos hioptecarios.

El endeudamiento de los hogares ha vuelto a los niveles que se daban en el año 2006. Es decir, se ha situado en niveles precrisis. Pero hay que tener en cuenta que por entonces, hace 12 años, el endeudamiento de las familias ya estaba en cifras muy elevadas respecto a lo que eran los niveles medios previos. En solo ocho años, de 1998 a 2006, la deuda financiera de las familias españolas casi se cuadruplicó: al acabar 1998 debían a bancos y cajas 205.000 millones de euros; al terminar 2006, esa cifra se había elevado hasta los 777.198 millones de euros.

Bolsillos a dieta

Tras estallar la crisis, el ajuste se impuso en las economías domésticas. En unos casos, a la fuerza, al sufrir en carne propia el zarpazo del paro; en otros, por el miedo, por la incertidumbre. Además, el grifo del crédito se cerró, la crisis inmobiliaria pasó a ser financiera, y eso hizo que el ajuste en la deuda de los hogares empezara a notarse nada más que asomó la recesión. En 2009, el endeudamiento financiero de las familias se recortó en 7.785 millones de euros. Al año siguiente se redujo en 5.132 millones. Pero el grueso se produjo entre 2011 y 2014. Las familias se apretaron el cinturón de tal forma que, en esos cuatro años, lograron descargarse de créditos por un importe total de 146.500 millones de euros.

En 2015 llegó la recuperación económica, pero las familias redujeron su endeudamiento financiero en 23.296 millones de euros. Al año siguiente, en 2016, se descargaron de otros 12.637 millones que arrastraban «al debe». Y, como se ha apuntado, en 2017 el endeudamiento de los hogares se redujo en casi 8.500 millones.

Media europea

Teniendo en cuenta que hay una relación directa entre crédito y consumo-inversión, y entre estos y el incremento de la demanda y la actividad económica, ¿es bueno este ininterrumpido recorte del crédito vivo de las familias? El profesor de Economía del IESE Antonio Argandoña no tiene duda: «Sí, es bueno que las familias reduzcan la deuda porque todavía está en niveles elevados y un alto endeudamiento dispara los problemas ante un revés que se produzca en la economía doméstica».

Este experto destaca que la deuda financiera de los hogares españoles, pese a haber descendido de forma drástica, todavía es muy superior a la media del entorno europeo . Es recomendable seguir esforzándose por recortar ese volumen de crédito vivo que siguen arrastrando los particulares, apunta este profesor. «Eso daría mayor seguridad, más solidez ante una eventual recesión que pudiera sufrir la economía», explica Argandoña, quien además subraya que tras ese fuerte descenso de la deuda de los hogares hay matices importantes: una cosa es la media, y otra la situación de cada familia. «Sigue habiendo grandes desigualdades entre unos hogares que están muy saneados y otros que siguen pasando apuros, en especial aquellos que se encontraron con dificultades tras hipotecarse en el momento álgido del ‘boom’ inmobiliario, en 2007, justo antes de que estallara la burbuja y se desencadenara la crisis».

Hipotecas y consumo

Esta caída de la deuda hipotecaria de las familias responde, según este experto, a la cascada de vencimientos de préstamos firmados antes de la crisis y a la todavía incipiente reactivación del mercado inmobiliario. Además, las hipotecas que se firman ahora son menores que antes de la crisis. Y las familias -indica Argandoña- se están inclinando más por los créditos al consumo que por atarse a hipotecas que les endeudan a largo plazo.

El economista Rafael Pampillón , del IE Business School, coincide en parte con esa explicación, pero él sí considera que se está produciendo un claro aumento en la compra de vivienda y que está siendo de nuevo una apuesta inversora para los particulares.

Poco a poco -indica- el ahorro de los hogares se va reduciendo y las familias van invirtiendo más en viviendas, cuyos precios están subiendo muy rápido. «La gente está optando por comprar casas, y a la par se está ralentizando el crecimiento del consumo» . Pampillón tiene claro que se ha entrado en una tendencia sostenida de caída del consumo doméstico -tras haber aumentado sustancialmente en los primeros años de la recuperación económica- y, ahora, el dinero neto que logran tener disponible los hogares «se va cada vez más a la inversión, a la compra de vivienda».

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