¿Cuándo se hicieron «black» las tarjetas de los altos cargos de Caja Madrid?

Caja Madrid aprobó en 1988 distribuir entre sus consejeros una serie de tarjetas de crédito con el que cargasen a la entidad aquellos gastos ligados exclusivamente a su actividad como altos ejecutivos de la entidad. Sin embargo, 65 exdirectivos de la caja y Bankia están hoy sentados en el banquillo por cargar al banco más de 12 millones de euros en gastos personales con esas Visas. ¿Cuándo se pervirtió el uso de esas tarjetas de empresa?

«Las tarjetas eran absolutamente blancas, "white", porque estaban en las actas, perfectamente contabilizadas y fiscalizadas y emitidas por los circuitos definidos. Se empezaron a oscurecer en alguna fecha posterior a mi dimisión», testificó ayer en la Audiencia Nacional Jaime Terceiro , que presidió la entidad entre 1988 y 1996, en clara referencia al mandato de su sucesor, Miguel Blesa (1996-2010).

Terceiro detalló que las tarjetas autorizadas bajo su presidencia tenían un límite de 600 euros , pero que el gasto medio era de entre 250 y 300 euros, frente a los miles de euros cargados por los usuarios de las «black»; que esas Visas se emitían sin código PIN , y que por tanto era imposible usarla para retirar dinero en efectivo, como hicieron muchos de los acusados; que se llevaba un estricto control de los cargos que se hacían y se rechazaba aquellos que no se ajustaban al criterio fijado, como gastos en fines de semana. «Había una política de austeridad y seriedad que era la tradición de la casa», insistió.

Blesa, acusado junto a Rodrigo Rato y otros 63 exdirectivos de la entidad por apropiación indebida y administración desleal, ha defendido que ese acuerdo del consejo de 1988 le autorizaba a emitir esas tarjetas y fijar el límite de gasto, pero a diferencia de Terceiro ha asegurado que eran de libre disposición y por tanto sin necesidad de justificar sus cargos . Rato, presidente del grupo entre 2010 y 2012, dijo que esas Visas eran un instrumento para liquidar su remuneración . Ninguno de los dos, eso sí, supo explicar por qué no figuraban en ningunún contrato ni acta .

Mientras Terceiro señaló ayer que en sus nueve años de presidencia hasta en seis actas del consejo de hacía referencia a la naturaleza de su sistema de Visas de representación, desde 1996 no hay ni rastro de las tarjetas ni en actas, ni en contratos laborales ni en ningún otro tipo de documento y no figuran en la declaración del IRPF de ninguno de sus beneficiarios. La única coincidencia entre ambos sistema parece ser la cuenta de la entidad en que se cargaban esos gastos, que es la misma tanto en la época de Terceiro como en la de Blesa y en la de Rato. Al respecto el primero defendió ayer que eso no implica nada.