Crecen las barreras en el libre mercado europeo

Las empresas nacionales están ganando cada vez más cuota de mercado en el exterior: ya son más de 50.000 las compañías que exportan regularmente fuera de nuestras fronteras. El libre comercio existente en la Unión Europea, cuyos países miembros son los principales receptores de los bienes y servicios españoles, es uno de los culpables de esta mejora, ya que el 66,3% del total exportado tiene como destino un Estado de la UE . Pero esta inclusión en los mercados de los distintos países europeos no siempre es un camino de rosas. El proyecto «Línea Abierta» , elaborado por la Secretaría de Estado de Comercio, el Instituto de Comercio Exterior (ICEX) y la Confederación Española de Organización Empresarial (CEOE), revela que una de cada seis empresas españolas encuentra trabas a la hora de realizar comercio en el contexto intercomunitario. Este dato supone una subida del 34% en comparación con el informe anterior, de 2015.

De las 900 compañías entrevistadas, un total de 153 manifiestan sufrir un total de 430 trabas , divididas en 71 obstáculos comerciales (aquellas medidas obligatorias en los Estados miembros de destino que suponen un incumplimiento de la normativa del Mercado europeo), 212 problemas (barreras de los países receptores que, aun estando dentro de la ley europea, suponen un inconveniente para la competitividad de las empresas exportadoras) y 147 dificultades (problemas de menor calado).

Desglosando por sectores, el de las semimanufacturas , que engloba metales, papel y químicos entre otros, es el que más trabas encuentra a la hora de introducir la mercancía en los Estados miembros, regitrando el 36% de los obstáculos y el 34% de los problemas, porcentajes superiores a su peso en las exportaciones españolas, del 24,2%, aunque estos datos no fueron óbice para que el déficit comercial se redujera en algo más de 1.000 millones. Las trabas en la reglamentación técnica, como la falta de armonización de los productos o el no reconocimiento de homologaciones y certificados, suponen más del 70% de los obstáculos y son la principal causante de que las semimanufacturas lideren este ranking. Otros sectores que las acusan son el de los bienes de equipo, bienes de consumo duradero y las manufacturas de consumo. Por otro lado, el segundo sector que más obstáculos encuentra, el de la alimentación, debe su posición a los inconvenientes en el envase y embalaje , todo provocado por la falta de concordancia en el etiquetado de determinados productos.

En cuanto a los problemas, destacan los relacionados con las operaciones comerciales y los contratos, teniendo una gran acentuación los retrasos de los pagos. La morosidad es un gran inconveniente para las empresas, ya que les resta competitividad y reduce la liquidez disponible , lo que complica su gestión financiera. El informe incide en las ventajas económicas que obtienen los deudores por los intereses bajos que se imponen en caso de retraso. Además, el miedo de la empresa a perder a su cliente por reclamar estos intereses juega a favor de los morosos, que acaban alargando la ejecución del pago.

La situación que vive el Reino Unido con el Brexit no alarma a los encargados de elaborar el estudio. El país británico es el tercero que más trabas pone a las empresas españolas dentro del mercado comunitario, aglutinando el 7% de los obstáculos. Su próxima desconexión de la Unión podría prever un incremento de los contratiempos a la hora de exportar productos, pero según José Luis Káiser , director general de comercio internacional e inversiones de la Secretaría de Estado de Comercio, esto no será así. «El Reino Unido está preparando una regulación marco en la que a doptaría como normativa interna toda la normativa que existe en la UE . Tienen el incentivo de agilizar los trámites de aduanas lo máximo posible. La idea es que tengan en el día uno después del Brexit adoptada como nacional toda la legislación comunitaria», expresa.

En cuanto al resto de Estados miembros, Francia lidera la estadística de obstáculos con un 45,1% del total. Este dato no sorprende, ya que el país galo es el primer cliente de las empresas españolas –la lógica indica que surjan mayores diferencias con los países que más relaciones comerciales se tiene–, recibiendo el 35,4% de las exportaciones realizadas en la UE. Alemania, Italia y Suecia completan este «top 5», que aglutina más del 80%. La aparición de Suecia llama la atención porque el país nórdico en el ranking de receptores aparece en el puesto 22, siendo el único, junto con Francia, donde el porcentaje de obstáculos encontrados es notablemente superior a la cuota de expedición .