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El cheque bancario sufre una lenta agonía hacia su extinción

Mientras que en 2008 se registraron alrededor de 91 millones y medio de operaciones con este medio de pago, en 2016 apenas superaron los 46 millones, según Iberpay

Los cheques cada vez pierden más protagonismo FLICKR

ABC

El cheque, otrora el rey de los medios de pago, parece estar viviendo una lenta agonía. Su uso ha sido relegado en gran parte a la práctica empresarial y encontrar hoy en día a un particular extendiendo un talón resulta muy poco habitual . Según un estudio publicado a mediados de 2015 por el Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School, el 38,8% de los españoles habían utilizado alguna vez el cheque o talón, muy por detrás de las tarjetas de débito (90,8%), de las transferencias (85,8%), de las tarjetas de crédito (76,6%) o, incluso, de PayPal (52,2%).

Los cheques están perdiendo protagonismo de forma galopante. Mientras que en 2008 se registraron alrededor de 91 millones y medio de operaciones con este medio de pago, en 2016 apenas superaron los 46 millones, según los datos publicados por Iberpay. Los importes de las operaciones también han caído: si en 2008 se movieron 543.109 millones de euros a golpe de talonario, al cierre del pasado año la cifra se redujo hasta los 246.821.

A grandes rasgos, un cheque bancario o personal no es más que un documento que se utiliza como medio de pago, y que compromete al librador a abonar cierta cantidad de dinero al beneficiario. La persona que cobra el cheque debe hacerlo a través de un banco.

La tipología de cheques es variada. Los bancarios, es decir, aquellos que son emitidos por una entidad a petición del pagador son de los más conocidos por las garantías que ofrecen, ya que a diferencia de un cheque personal es el banco el que lo abona de sus cuentas.

Diferencias de hasta 50 euros

Según un estudio elaborado por el comparador de cuentas sin comisiones HelpMyCash.com , en función de la entidad en la que se ordene la emisión del cheque bancario la tarifa será mayor o menor, con diferencias de hasta 50 euros. Así, mientras que los clientes de ING Direct no pagan nada por los cuatro primeros que emitan cada año, los clientes de Self Bank deben abonar una comisión del 0,3 % sobre el nominal del cheque con un mínimo de 50 euros. En este último caso, emitir un cheque bancario de 100 euros costaría 50 euros ya que el resultado de aplicar un 0,3% es inferior al mínimo especificado por la entidad en su libro de tarifas.

Bankinter cobra un 0,125% con un mínimo sorprendentemente bajo en comparación con el resto de los bancos, solamente 1,5 euros, según detallan desde su servicio de Atención al Cliente.

Resulta curiosa la variedad de precios que aplican las entidades. Openbank cobra un 0,2 % (mínimo de 12 euros). Evo banco, Kutxabank, Liberbank e Ibercaja aplican un 0,3% sobre el nominal del cheque con un mínimo de tres euros en el caso de EVO, cinco en el de Kutxabank y seis en los dos restantes.

Banco Popular y Oficinadirecta cobran un 0,4% con un mínimo de 5 euros, Activobank y Sabadell un 0,4% con un mínimo de 6,01 euros y CaixaBank también un 0,4%, pero con un mínimo de 10 euros. En BBVA la tarifa es del 0,5% (mínimo de 10 euros), en el Santander es del 0,75% y el mínimo se dispara hasta los 40 euros. Bankia y BMN aplican los tantos por cientos más elevados, un 1%, pero con un mínimo ajustado, de 12 euros en ambos casos.

En Unicaja el precio es del 0,5% y el mínimo, de 30 euros. Sin embargo, los clientes acogidos a la tarifa plana, cuyo coste es de 36 euros anuales, tienen la posibilidad emitir hasta un máximo de tres cheques al mes gratis.

Según señalan desde HelpMyCash.com, las comisiones son las que o bien aparecen en el libro de tarifas o bien comunican los bancos por su servicio de atención telefónica, por lo que podrían ser inferiores para ciertos clientes, por ejemplo, aquellos que tuviesen contratada una cuenta con características particulares o que hubiesen negociado un precio distinto con su sucursal.

La alternativa barata

La ventaja de los cheques bancarios es que se emiten a cargo de una entidad, por lo que es esta la que garantiza el cobro al beneficiario. Pero también puede recurrirse a la chequera de toda la vida, al talonario. En estos casos, no existe ninguna garantía más allá de la personal. El emisor puede ir extendiendo cheques de su talonario cada vez que lo necesite, pero si cuando el beneficiario intente cobrarlo no hay saldo en su cuenta, el cheque no se podrá abonar.

La solicitud de un talonario suele ser considerablemente más barata que la emisión de un cheque bancario, sobre todo porque la chequera tiene un número elevado de talones. De hecho, algunas entidades como Openbank, ING Direct o BBVA permiten solicitarlo gratis, entre otras.

La mayoría de las cuentas sin comisiones permiten ingresar cheques nacionales en euros gratis. Es uno de los reclamos habituales que utiliza la banca para promocionar sus cuentas gratuitas, aunque, en vista de que el uso de este medio de pago se reduce año tras año, no suele ser su principal argumento de captación de nuevos clientes.

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