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La Bolsa de Londres se retira de la fusión con Fráncfort

Termina un proyecto valorado en más de 30.000 millones de euros y en el que se han invertido casi dos años de negociaciones

Imagen de la Bolsa de Fráncfort EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

Para Deutsche Börse no ha sido precisamente una sorpresa. LSEG explicó el domingo a fuentes de Frankfurt que no está dispuesta a cumplir con la condición impuesta por la Comisión europea, la venta de su 60% de MTS, una plataforma electrónica de compraventa de bonos en Italia, porque «pondría en peligro las importantes relaciones con los reguladores italianos y el negocio en ese país». Añadieron que, aunque la cumplieran, contaban con que Bruselas negase la autorización.

Terminaba así un proyecto valorado en más de 30.000 millones de euros, en el que se habían invertido casi dos años de negociaciones pero que era un cadáver andante desde el referéndum británico sobre el Brexit. Las dos firmas pactaron su integración a principios de 2016, anunciando que el nuevo grupo tendría la sede en Londres y su principal ejecutivo sería Carsten Kengeter, consejero delegado de la Bolsa alemana . Pero el voto por el Brexit en junio del año pasado sembró serias dudas en ambas partes sobre la conveniencia de seguir con la operación. Además, si la City de Londres pierde el acceso al mercado financiero europeo, el nuevo grupo podría tener menos facilidades para combinar sus negocios, por lo que Deutsche Börse comenzó a exigir que la sede fuera definitivamente trasladada a Frankfurt , una presión que no fue bien recibida en la City y que puso en jaque al gobierno británico.

A principios de febrero, Thomas Schaefer, ministro de Finanzas del estado de Hesse, en el que tiene su sede Deutsche Börse, pidió oficialmente trasladar las oficinas centrales a Alemania tras la salida de Reino Unido de la UE . Sus palabras tuvieron eco en el Parlamento británico, que celebró un debate sobre el futuro de la LSE en el que se escucharon agrios discursos poniendo en duda la fusión.

Otro motivo de discordia ha sido la investigación abierta por la fiscalía alemana para evaluar si hubo conversaciones secretas de fusión entre el London Stock Exchange y Carsten Kengeter cuando este compró acciones de su empresa en diciembre de 2015. Kengeter compró acciones valoradas en 4,5 millones de euros el 14 de diciembre de 2015 , usando una opción incluida en su contrato, dos meses antes de que las conversaciones sobre la fusión se anunciaran públicamente. Los fiscales sospechan que Kengeter conocía la posibilidad de una fusión cuando compró las acciones y, si se demuestra, sería un delito de información privilegiada según la ley alemana. El presidente de la bolsa alemana , Joachim Faber, ha respaldado a Kengeter alegando que las sospechas de la fiscalía “carecían de base”.

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