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«Antonaga», la sastrería que quiere ser el «Manolo Blahnik» del traje español

Fundada en 2012 por cinco sastres españoles en paro, esta pyme acaba de recibir un premio por su fuerte creación de empleo, pasando a emplear a 31 personas durante su todavía corta vida

En la imagen los cinco socios fundadores de «Antonaga Trajes»: Alberto Martínez, José Antonio Aparicio, Ángel Ruiz, José Antonio Brunet, y Jorge Ruiz ANTONAGA

CARLOS MANSO CHICOTE

La sabiduría popular sostiene que «el hábito no hace al monje», aunque en esta ocasión nos hallamos ante la excepción que confirma la regla: Jorge Ruiz, Alberto Martínez, José Antonio Aparicio, José Antonio Brunet y Ángel Ruiz vieron como la fábrica de textil en la que llevaban muchos años trabajando- sita en la localidad burgalesa de Briviesca- cerraba por la crisis económica en 2011. Lejos de amilanarse tomaron la decisión de iniciar su propia aventura empresarial: Tres años después, «Antonaga Trajes» , ya emplea a 31 personas y distribuye sus más de 5.500 trajes producidos anualmente por 250 puntos de venta en España y Portugal.

Todo este camino les ha merecido el reconocimiento como «Mejor Pyme de España 2015» , en la categoría de «creación de empleo», por parte de la Institución Ferial de Madrid (IFEMA) y el diario económico «Expansión».

«Sin los jefes, con sólo nosotros cinco, la fábrica podría haber funcionado perfectamente», bromean los fundadores de «Antonaga» quienes antes de que l a crisis les obligara a reciclarse se desempeñaban como sastres, jefes de producción, patronistas o comerciales en su empresa de toda la vida:« Sabíamos hacer sastrería, comprar las materias primas y venderlas al público», resumen.

Complicados inicios

En este sentido, recuerdan que su marca de sastrería artesanal de alta calidad se enfrentó desde su nacimiento a algunas dificultades: Por ejemplo, tuvieron que comprar la maquinaria embargada de su anterior empresa a Hacienda y al Fogasa: «Tardamos entre nueve y diez meses en lograrlo, ya que los administradores concursales no nos dieron ninguna facilidad », afirman los cinco emprendedores enfundados en impecables trajes. También se vieron obligados a cambiar de ubicación con apenas un mes de vida.

«Tuvimos el apoyo del pueblo , de familiares o de amigos, quienes después de su jornada laboral venían a ayudarnos», evocan los que algunos conocen como los últimos sastres de España. Todo ello con capital propio, sin subvenciones públicas, a excepción un pequeña ayuda de 10.000 euros otorgada por Adecco y la Junta de Castilla y León a través de su programa «Leadercal».

En este sentido, lamentan que al principio tuvieran que llamar a las puertas de las entidades financieras y «presentar avales para todo» . Ahora les llaman los bancos y logran alguna ventaja, «nos conocen», sin embargo, «al final es lo mismo: para coger un crédito personal hay que presentar un aval ». Además lamentan lo que ellos denominan como «competencia desleal» de las industrias textiles situadas en países en desarrollo y piden competir «con las mismas reglas».

El «Zegna» español

Conocidos como el «Ermenegildo Zegna español» , también tiene en común con Zara en que su todavía modesta sede se halla en una localidad de menos de 10.000 habitantes, Briviesca . En ella no sólo desarrollan todo el proceso de fabricación, sino que han hallado una mano de obra formada en el textil entre el centenar largo de sus antiguos compañeros de trabajo.

De cualquier, modo «Antonaga» ha crecido durante estos tres años hasta emplear a 31 personas incrementando su personal en un 28% sólo durante la primera mitad de este año. ¿Cuál es el secreto? «Nuestro segmento de mercado es el mismo que marcas como «Zegna» , proclama el responsable de ventas Jorge Ruiz. Es decir, el «Antonaga» es un traje que nace con vocación de personalización y calidad, con más del 70% de la materia proveniente de Italia .

La mayoría repite

Sus responsables destacan también que el 95% de los clientes repiten , incluso deslizan que algunos políticos echan mano de sus manos expertas para vestirse. A modo de anécdota, José Antonio Aparicio añade que le gustar repasar todas las mangas de los trajes a mano. Porque el proceso de fabricación de un «Antonaga» es manual en sus fases más relevantes.

«Hacemos trajes a medida y el cliente los puede personalizar si quiere», subraya Ruiz quien explica que en la actualidad esta marca textil tiene tres líneas de negocio: los denominados trajes de calle según demanda de los comercios con los que trabajan, los personalizados y los de ceremonias, para bodas u otros eventos. «Aquí estamos teniendo un fuerte crecimiento» y advierte que, en la actualidad, los chaqués ya no se fabrican en España.

Otra pata importante de esta marca de textil, añaden sus cinco socios fundadores, es la innovación aunque a su estilo: « El patrón no es fijo : Por ejemplo, en tres años hemos cambiado el modelo de americana cinco veces», destaca Aparicio quien añade que su «I+ D» es el que practican día a día.

Retos futuros

El futuro de esta marca de sastrería artesanal pasa por la internacionalización , aunque según Jorge Ruiz lo primero es «consolidar el mercado nacional dando a conocer nuestros trajes y donde pensamos que todavía hay mercado». Este responsable anuncia que el próximo año esperan empezar a vender a comercios alemanes e ingleses . En Portugal ya se puede adquirir un «Antonaga» en una decena de tiendas repartidas por todo este país.

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