La agricultura gala arranca a Hollande mil millones de euros en ayudas

Los agricultores franceses no pudieron o no quisieron paralizar París. A cambio, han conseguido 1.000 millones de euros de créditos, subvenciones y ayudas, directas e indirectas, fiscales. Tras un verano moderadamente «caliente» , con asaltos a hipermercados, corte de carreteras y destrucción de mercancías de camiones (no solo españoles), los sindicatos agrícolas anunciaron ayer la «toma» y/o «bloqueo» de París. Desde la tarde-noche del miércoles, más de 1.700 tractores y unos 5.000 agricultores de toda Francia, en autobús, comenzaron la larga marcha que culminó en las afueras de París, a primeras horas de la mañana del jueves.

El Ministerio del Interior había tomado medidas de excepción, para evitar atascos y provocaciones. Con una prudencia de grandes gestores de movimientos de protesta de masas , los líderes sindicales pidieron a sus «tropas» que «aparcasen» en las afueras de París, entre el Bosque de Vincennes y la Plaza de la Nación, mientras varias delegaciones comenzaban la «negociación» en el Ministerio de Agricultura, el gabinete del jefe de Gobierno y la Asamblea Nacional.

Mucho antes que las «divisiones acorazadas» de la Francia agrícola profunda lanzasen el «asalto final» contra la capital varios líderes sindicales hicieron correr el «rumor» : «El Gobierno ha cedido. Manuel Valls lo anunciará a su manera a primera hora de la tarde». Con una celeridad considerable , el primer ministro, se ejecutó en público declarando: «Francia no abandonará a sus agricultores.

El Gobierno «escucha y responde a la angustia, la humillación y la cólera de nuestros agricultores ». Traducida a un lenguaje menos «lírico», la declaración de Valls quiere decir lo siguiente: el Gobierno de François Hollande cede a la presión de los sindicatos agrícolas y concederá créditos, subvenciones y ayudas directas e indirectas, fiscales, por un montante de unos 350 millones de euros anuales , durante tres años. 1.000 millones de euros para firmar una suerte de «paz armada» con la Francia agrícola profunda.

Cuando los líderes sindicales dieron la noticia a millares de agricultores reunidos entre la Plaza de la Nación y Vincennes, fueron recibidos con algunos abucheos y gritos no siempre sofocados de «¡Vendidos!» . «¡Traidores!» .

Los sindicatos no han conseguido todo lo que pedían. Pero los 1.000 millones de créditos y ayudas debieran enterrar provisionalmente una crisis que tiene muchos flecos estructurales de falta de competitividad. Varios especialistas estiman que la agricultura francesa necesitaría más de 3.000 millones de inversiones directas para paliar su pérdida de combatividad con respecto a la agricultura alemana.