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«La economía no avanza con órdagos como los que lanza la izquierda»

El jefe de la Oficina económica de Rajoy reconoce que «aún no estamos en los niveles de bienestar de 2007, pero sí en proceso de recuperarlos»

«La economía no avanza con órdagos como los que lanza la izquierda» ignacio gil

yolanda gómez / moncho veloso

Mariano Rajoy prometió durante el último Debate del estado de la Nación que España creará tres millones de empleos nuevos en los próximos seis años. Si alguien sabe qué cálculos maneja el presidente del Gobierno para llegar a esa cifra es Álvaro Nadal (Madrid, 1970), director de la Oficina Económica de La Moncloa y fiel escudero económico del jefe del Ejecutivo.

-¿No es una previsión demasiado optimista?

-No. Supone una velocidad de crucero de medio millón de empleos por año. El año pasado, con un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 1,4%, se crearon 440.000 empleos, y este año serán 600.000. Así que a poco que se crezca algo más se podrá lograr esa cifra. Por eso es tan importante que la reforma laboral siga cuajando.

-¿Hay que seguir profundizando en esa reforma laboral?

-En un país con más de cinco millones de parados es imposible decir que no tienes que seguir haciendo más cosas en el ámbito laboral. Pero si la pregunta es que si hay que hacer cambios radicales en la reforma de 2012, la respuesta es no.

-La oposición en bloque ha acusado a Rajoy en ese Debate del estado de la Nación de dibujar un país idílico. ¿Ha llegado o no la recuperación económica al ciudadano?

-En el Debate nos decían que la actividad está ligeramente por debajo de la que había al principio de la legislatura y el paro ligeramente por encima del nivel inicial. El problema en economía nunca es el punto en que te encuentras, sino la tendencia. La gran dificultad de esta legislatura ha sido cambiar la tendencia descendente por una ascendente. Esto es lo realmente importante. Este año será mejor que el pasado y el próximo mejor que el actual. Eso es lo que realmente importa.

-Pero esa mejoría ¿se está notando ya en la calle?

-La macroeconomía no es algo que llueve del cielo. Cuando el Instituto Nacional de Estadística (INE) dice que hay más crecimiento es que hay más actividad económica que la que se destruye, y cuando se crea empleo es porque hay más gente que ha encontrado trabajo que la que lo ha perdido. Las magnitudes macroeconómicas son la suma de todas y cada una de las pequeñas historias microeconómicas. Están mejorando la venta de automóviles, las hipotecas, el consumo minorista, los viajes de los españoles... La economía vuelve a moverse y empieza a mejorar. No estamos en los niveles de bienestar de 2007, pero estamos en proceso de recuperarlos. Eso sí, con una diferencia: en aquel año ese bienestar se había alcanzado a base de endeudamiento; ahora lo estamos consiguiendo a base de producir, vender y exportar.

-El líder del PSOE, Pedro Sánchez, dice que esa mejora se debe a la cotización del euro y el petróleo y al BCE, y no a las políticas del Gobierno.

-El BCE aún no está comprando deuda, y la cotización del petróleo y el tipo de cambio de la divisa empezaron a corregirse el pasado otoño. Sin embargo, el cambio de ciclo se empezó a producir en el segundo semestre de 2013. En los años previos a la crisis en España subían muchos los precios y nos hacíamos menos competitivos y encima nos endeudábamos. Fue una bomba de relojería, porque cuando tuvimos que devolver esa deuda no teníamos bienes y servicios competitivos para poder pagarla. Ahora estamos haciendo lo contrario: nos estamos desendeudando, pero sobre todo nos hemos vuelto mucho más competitivos. Antes los españoles compraban más productos alemanes y los alemanes menos productos españoles; ahora es al revés. Y antes, para corregir eso, devaluábamos la moneda, empobreciendo al conjunto del país. Ahora hemos hecho las grandes reformas estructurales que han afectado a los principales costes de las empresas: la financiación, la energía, la flexibilidad interna...

-¿No se está ganando competitividad a base de salarios bajos y trabajo precario?

-No, no es verdad. Nuestros salarios, en comparación con los europeos, no se están deteriorando respecto a lo que habían sido nuestras tendencias históricas. Por ejemplo, en plena burbuja, lo típico en España era que los precios subiesen un 3,5% y los salarios un 4%, lo que se traduce en una ganancia de poder adquisitivo de medio punto. En Alemania los precios subían un 0,5% y los salarios un punto. La ganancia de poder adquisitivo era la misma, pero en el camino los españoles perdían tres puntos de competitividad.

-¿Hemos recuperado toda esa competitividad?

-En precios no, queda mucho esfuerzo, y por eso tenemos cinco millones de parados. En costes laborales unitarios sí, pero un porcentaje muy elevado de esa ganancia de productividad se ha conseguido vía despidos, centrados sobre todo en la segunda legislatura del anterior Gobierno.

-¿Ha llegado el momento de subir los salarios?

-Hay que tener claro que la inflación es negativa, así que todos los meses, mientras el IPC sea negativo, todos los trabajadores ganan poder adquisitivo con el mismo salario. Tenemos una oportunidad histórica de fijar una banda salarial que permita simultáneamente ganar competitividad y ganar poder adquisitivo.

-¿Y cuál es esa banda?

-Eso lo deciden los agentes sociales. Pero no hay que olvidar que las negociaciones se conciben siempre entre empresas y trabajadores, pero también están los desempleados.

-Estamos en año electoral. ¿Hay dinero para una rebaja adicional de impuestos?

-La recaudación aumentó el año pasado en torno a un 3%. Tal y como ha comenzado este año no son descartables sorpresas positivas en esa línea, y es en ese momento cuando se puede hacer ese tipo de planteamientos. Primero hay que cosechar, y luego repartir. Repartir exante no es muy prudente.

-Los votantes del Partido Popular todavía no les han perdonado que hayan subido los impuestos.

-A nadie le gusta reducir los gastos y aumentar los ingresos por la vía impositiva. Pero heredamos un déficit del 9,4%, que llegó hasta el 11% y ese agujero era imposible de financiar sin ajustar gastos e ingresos. Ahora tenemos la mitad de déficit que teníamos al principio de la legislatura.

-¿Se cumplió en 2014 el objetivo de déficit público?

-Hasta ahora el Gobierno siempre ha cumplido.

-Los objetivos, porque los compromisos electorales...

-Eso no es cierto. En el ámbito tributario lo único que prometimos fue el IVA de caja, y está en marcha. Hay un mantra que se repite entre la oposición y es que el PP prometió bajar los impuestos. Nos dimos cuenta de la gravedad de la situación cuando llegamos al Gobierno, pero ya antes sospechábamos que no estaba muy bien, y por eso jamás aventuramos en el programa electoral una bajada de impuestos.

-¿Qué le parecen las propuestas económicas de Ciudadanos? ¿Le preocupa al PP y al Gobierno el avance de este partido?

-En esas propuestas hay mucho aire. Por ejemplo, proponen subir el IVA en la mayor parte de los tipos reducidos; es una discusión que el Gobierno tuvo hace tiempo con las autoridades europeas. Es una propuesta que parece hecha para Finlandia o para Reino Unido. Pero un 20% de la exportación española es turismo, así que si se sube el IVA se pone un impuesto a la exportación. Es un programa que es muy de diseño, de instituciones internacionales, de gente que no lee los informes sobre la economía española en español, muy anglosajón, muy nórdico, pero no para la realidad de nuestro país.

-La reforma de la Administración, ¿sigue siendo una asignatura pendiente?

-Está en marcha, pero se ve poco. Parece que o despides a los funcionarios masivamente o cierras una administración completa o no estás haciendo la reforma. Y sí estamos haciendo cosas, los ahorros suman ya 20.000 millones de euros. Pero frente a las propuestas revolucionarias de otros, las nuestras son siempre evolutivas. En política, sobre todo en política económica, no se puede prometer que de un día para otro tu vida va a cambiar de manera radical. Sí se puede prometer que, con un trabajo continuado en el tiempo, en un plazo razonable, se verán mejoras apreciables, y en un periodo dilatado de tiempo se verán cambios de modernización del país inimaginables. Por eso me sorprende que determinadas promesas cuajen en un país que en su propia historia ve que con tesón y con esfuerzo se pueden conseguir grandes logros económicos. La economía no avanza con órdagos, sino con un trabajo constante.

-¿Se refiere a las propuestas de Podemos?

-Me refiero casi a las de toda la izquierda.

-¿Qué pasaría si una fuerza política como esa ganara las próximas elecciones?

-Tendrían que elegir entre el euro y sus reglas o hacer la política que defienden.

-¿Y son incompatibles?

-Totalmente. Europa se ha basado en políticas moderadas y en el Estado de Derecho como contraposición al extremismo y al unilateralismo. No se puede prometer que yo voy a ser unilateral y que los demás cumplan las reglas.

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