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España, tercer país europeo con más costes ajenos en el recibo de la luz

El 60% del importe de la factura nada tiene que ver con el consumo de energía eléctrica

España, tercer país europeo con más costes ajenos en el recibo de la luz ABC

javier gonzález

El recibo de la luz es un auténtico «cajón de sastre» en nuestro país y, además de los correspondientes costes propios del sector, incluye otros conceptos de política energética, medioambiental, social, industrial y fiscal. En concreto, el 60% del importe de la factura eléctrica corresponde a costes directamente ajenos a la luz, como las primas a las energías renovables, los impuestos, el carbón nacional, el déficit de tarifa, las extrapeninsulares, etc.. El 40% restante son la generación, el transporte y la distribución eléctrica.

Ese elevado porcentaje hace que España sea el tercer país de la Unión Europea con mayores costes de políticas públicas, impuestos y cargas en el recibo de la electricidad, según un estudio de Eurelectric (asociación de la industria eléctrica en Europa).

Estos costes ajenos al suministro eléctrico han ido creciendo en la factura de la luz en los últimos años, fundamentalmente por decisiones más o menos acertadas de los sucesivos gobiernos. En 2004, suponían solo el 32% de la misma y el año pasado el 60%.

El recibo de la luz soporta dos impuestos, el especial sobre la electricidad, cuya recaudación se destina a las comunidades autónomas, y el IVA. El año pasado se recaudaron casi 8.000 millones de euros por estos dos impuestos indirectos. El IVA de la electricidad en España, del 21%, es tres puntos superior a la media de la Unión Europea, en la que el tipo de este impuesto es del 18%, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Las eléctricas se preguntan si «¿tiene sentido la aplicación de un IVA general del 21% a un servicio de interés económico general?».

Parafiscalidad

En cuanto a los otros costes ajenos al suministro eléctrico incluidos en el recibo son lo que la patronal eléctrica Unesa denomina «parafiscalidad», es decir, cuando los consumidores sustituyen al Estado en la financiación de diversas políticas de marcado carácter público. «Los recursos del Estado para llevar a cabo este tipo de políticas deben partir desde los presupuestos públicos y no desde la factura del consumidor», afirma en Cuadernos de la Energía el presidente de Unesa, Eduardo Montes.

Entre los costes ajenos figuran también el déficit de tarifa , las polémicas primas a las renovables, los costes de generación eléctrica en las islas y en las ciudades autónomas, el bono social y el pago por interrumpibilidad.

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