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formación & empleo

¿Quién se sienta en el Club del emprendimiento corporativo?

Directivos de las principales empresas del Ibex comparten sus mejores prácticas en un ambiente confidencial, de la mano de Deusto Business School

¿Quién se sienta en el Club del emprendimiento corporativo?

lucía dorronsoro

Los emprendedores se han convertido en la actualidad en el principal agente de cambio e innovación de la economía . La caída de gigantes tecnológicos como Nokia o Kodak así lo confirman. Por ello, las grandes empresas se han ido incorporando en todo el mundo a la forma de trabajar de este variopinto colectivo, a traves del fomento del emprendimiento corporativo, el intraemprendimiento o las «spin-off» (creación de nuevas empresas en el seno de otras empresas u organizaciones). Una triple línea de actuación que permite que las nuevas ideas surjan o permanezcan dentro de las empresas .

Deusto Business School puso en marcha en julio de 2013 un foro estable de discusión en el que directivos y consejeros de empresas del Ibex 35, consultores de las «Big Four» y socios de los principales despachos de abogados comparten desde entonces, en un clima de absoluta confidencialidad, sus mejores prá cticas en innovación abierta.

Los invitados que acuden a estas jornadas de trabajo desvelan las luces y sombras de alguna experiencia de éxito que, extraída de las enseñanzas de un emprendedor, hoy esté dando buenos resultados en el seno de alguna de nuestras principales compañías. «Estoy hablando de empresas como BBVA, Repsol, Ferrovial, Indra, Telefónica, Enagas, Gas Natural, La Caixa o Banco Sabadell» , enumera Iñaki Ortega, director de programas en Deusto Business School y responsable de este selecto club.

El Club del emprendimiento corporativo se creó como respuesta a la inquietud de los ejecutivos de grandes compañías que comenzaban a mostrarse interesados en saber «qué se estaba moviendo en el disruptivo terreno de los emprendedores y, sobre todo, cómo podían aplicar este tipo de prácticas a sus propias organizaciones».

De ocultar a compartir

«Hasta hace solo unos años las empresas que apostaban por la I+D necesitaban muchos recursos, y para rentabilizar esa inversión pensaban que debían mantener un enorme secreto alrededor de sus logros, nadie compartía sus conocimientos por miedo a perder los beneficios asociados , esa era la estrategia dominante. Pero hoy el mundo ha cambiado, estamos en una era en la que la información se comparte , se ha abierto a todo el mundo gracias a internet, por lo que es inútil ocultarla».

«De hecho -continúa-, las empresas más innovadoras buscan inspiración en su entorno , se han dado cuenta de que es desde la colaboración desde donde hoy se están desarrollando los grandes negocios . Sin duda, se ha producido un cambio de paradigma y, con mayor o menor velocidad, todas las empresas están intentado adaptarse a él para asegurarse la supervivencia».

Una tendencia global

Según Ortega, «el movimiento emprendedor se ha producido en todo el mundo, aunque es cierto que en el caso de España hay algo de moda, pero no será pasajera. La economía ha cambiado y, lo que es más importante, hoy los cambios ya no vienen desde arriba sino que surgen abajo».

Entre las principales preocupaciones que manifiestan los directivos reunidos en este Club, Ortega destaca «cierta desconfianza hacia los que vienen de fuera. ¿Por qué nos van a decir lo que estamos haciendo bien o mal?» . «Pero es una actitud -asegura- que desaparece a medida que van conociendo las prácticas llevadas a cabo por otras empresas y cómo esa colaboración ha acabado teniendo un impacto claro en la cuenta de resultados. Tienen que dejar que se les caiga ese velo».

Para este experto, otro de los grandes tabúes de estos intercambios es «el miedo al fracaso o cómo afrontar las pérdidas que conlleva cualquier proceso emprendedor». En la actualidad, solo el 2% de las startups logran superar los primeros cinco años de vida.

Quién asume el fracaso

Pero pasar de la teoría a la práctica no es tarea fácil. Las grandes estructuras empresariales están diseñadas para minimizar el riesgo y no para tomarlo. «Esta es una de las cuestiones que exige un auténtico cambio de mentalidad dentro de nuestra cultura empresarial. Todavía hay muchas compañías que esperan que sea el emprendedor el que corra todos los riesgos porque ellos no pueden permitirse esa “lacra” ni en su imagen ni en su cuenta de resultados», matiza Ortega.

Entre las ventajas, subraya «las ganas que tienen los asistentes de aprender qué están haciendo los demás para poder buscar su propia fórmula». El hecho de que estos encuentros se organicen en un ambiente de confianza y de confidencialidad, y el alto nivel de los directivos que acuden a compartir sus experiencias, favorecen la credibilidad de estos nuevos modelos de negocio.

Mejorar la productividad

El emprendimiento corporativo es el proceso a través del cual se estimula a los colaboradores a generar proyectos innovadores, para mejorar la productividad, aumentar la competitividad e incluso generar nuevos negocios desde los ya existentes.

«Es un proceso -concluye Ortega- que hoy es mucho más fácil realizar desde fuera, porque las férreas estructuras empresariales son muy a menudo las principales enemigas de la innovación, incluso dentro de los propios departamentos de innovación de muchas empresas».

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