Lidl multiplica por 12 la venta de productos españoles en 25 países

La cadena alemana Lidl Supermercados se ha convertido en una pieza estratégica del sector agroalimentario español, del que es su principal cliente, entre otras razones porque compra más de un millón de toneladas de frutas y hortalizas, lo que supone el 6% de la producción total española. Su participación en la economía nacional trasciende del sector de distribución y alcanza un importante protagonismo en el ámbito de las exportaciones, de la mano de proveedores alimentarios de nuestro país, a quienes realiza compras por un valor de más de 3.000 millones de euros para su red de 10.000 tiendas repartidas en 26 países europeos, incluido España.

La mitad de esas adquisiones se quedan en España e integran el 60% de las referencias que ofrece en sus 530 establecimientos en nuestro país, pero otros 1.500 millones de euros en productos españoles se venden por el resto de Europa, lo que supone un 20 % más respecto al anterior ejercicio.

La apuesta de Lild por los productos españoles se ha incrementado este año de forma exponencial. Bajo la marca paraguas «Sol & Mar», la cadena ha realizado la mayor campaña publicitaria y de distribución de la historia de los alimentos de nuestro país concentrada en dos semanas. La apuesta por la gastronomía española ha supuesto multiplicar por 12 la compra a nuestros productores, hasta alcanzar un valor de 160 millones de euros, cuando el año pasado la promoción de la Semana Española en Europa supuso 13,6 millones de compras.

Extender a dos semanas la promoción de los productos españoles ha supuesto también multiplicar por cinco el número de referencias. Un volumen que todavía crecerá más en 2015, cuando venderán a sus tres millones de clientes semanales nada menos que 530 referencias españolas (280 de alimentación y 250 de vinos), lo que supone un incremento del 40 y 150%, respectivamente, según ha revelado Miguel Paralela, director de compras de Lidl.

Con la campaña «Sol&Mar», la compañía equipara los productos españoles a los italianos y orientales, que también gozan de dos semanas específicas en su red de supermercados europeos. Con esta campaña, la cadena eleva a los alimentos y bebidas españolas a la categoría de «premium», lo que significa un cambio de enfoque que pasa por dejar de comercializar productos para vender gastronomía, «el placer del buen comer por el que se nos reconoce a los españoles en el mundo entero». En definitiva, según Daniel Pasquín, gerente de la divisón de España, se trata de lograr que el turista que ha visitado nuestro país «pueda revivir su experiencia» en casa.

Organizar la titánica operación de mover en las dos Semanas Españolas 69.000 palets de productos españoles en 1.100 camiones cada vez, hasta acaparar todos los frigoríficos, supone un reto para la maquinaria logística de Lidl. También lo ha sido coordinar a los 70 proveedores españoles que han participado y que han tenido que etiquetar sus productos en 20 idiomas distintos. Una tarea en la han contado con la ayuda de Lidl. Para lograrlo, se ha establecido un punto de entrega único a cada proveedor y desde este lugar, la compañía se encarga de la distribución internacional, lo que «facilita al proveedor la labor y reduce los costes logísticos», según Pasquín.

Vinos, tortilla española, jamón, aceitunas, chorizo, queso, gazpacho y aceite de oliva, así como productos regionales como el mojo canario, el queso de Mahón o el fuet de Vic llegan desde este año a las mesas de los consumidores europeos con gran éxito de acogida. Algunos se han agotado en tres días, como es el caso de los jamones enteros que se pusieron a la venta en Suiza. Un éxito que ha animado a celebrar dos ediciones de la «Semana Española», lo que duplicará el impacto para nuestra economía y de la percepción de la marca España.