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El euro marca mínimos en casi un año y cae por debajo de 1,33 dólares

La renovadas dudas sobre la recuperación de la Eurozona, los planes expansivos del BCE y la sobredimensión del poderío de nuestra propia moneda son algunas de las causas

El euro marca mínimos en casi un año y cae por debajo de 1,33 dólares afp

javier villuendas

La renovadas dudas sobre la recuperación de la Eurozona, los planes expansivos del Banco Central Europeo y la sobredimensión del poderío de nuestra propia moneda son algunas de las causas que arguyen los expertos para explicar el debilitamiento del euro , que ayer se situó por debajo de los 1,33 dólares, hasta alcanzar su peor tipo de cambio en prácticamente un año.

Y es que la incertidumbre acerca de la solidez macroeconómica de varios países del Viejo Continente, que se desprende de los últimos datos de Eurostat donde los principales motores europeos se estancaban si no entraban en recesión como Italia, sigue minando la cotización de la moneda común europea. Y si ayer al inicio de la sesión del mercado de divisisas de Fráncfort se cambiaba por 1,3318 dólares, la jornada se cerró negociándose por 1,3283 dólares, su nivel más bajo frente al dólar desde mediados de septiembre de 2013. ¿Qué pros y contras tiene este debilitamiento del euro frente al «billete verde»?, ¿dónde está el límite de caída?, ¿ por qué se ha producido ?

Para explicar esta nueva tendencia, José Luis Martínez, analista de Citi, alude, además de apuntar a que el euro estaba algo hinchado, a tres causas: la revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento de varios países de la Eurozona, la inestabilidad geopolítica de las últimas semanas y las expectativas que manejan los mercados sobre los planes expansivos del Banco Central Europeo (en un contexto en el que la Reserva Federal va en sentido contrario, rebajando su compra de activos y con una cada vez más cercana subida de tipos, según las actas de la última reunión de la Fed). Simplificando: «Empeoramiento macro, inestabilidad y especulación sobre la estrategia del BCE».

Jaime Díez, experto de XTB, pone el foco especialmente sobre las futuras acciones del BCE: «Ya llevamos un mes y medio cayendo con relativa fuerza, cambiando el signo del 1,36 por dólar que parecía que no iba a bajar nunca... Los inversores están entendiendo de manera manifiesta que Mario Draghi va a inyectar dinero a partir de septiembre». Además, según expertos del banco privado Metzler, consultado por EFE, la dinámica de la economía estadounidense puede fortalecer los argumentos de quienes son partidarios de una alza de los tipos de interés por parte del Banco de la Reserva Federal.

La ventaja clásica derivada de un euro más flojo es el incremento de las exportaciones. «Una moneda a la baja es una ventaja comercial clara. Aunque no sé si podrá resolver los problemas de los países europeos, ya que la ganancia de competitividad que se obtiene en algunos países como Francia y Alemania es marginal», explica el analista de Citi. Díez, por su parte, matiza el beneficio exportador, poniendo de ejemplo a nuestro país: «Hay que tener presente que un 70% de las exportaciones españolas son a la misma Europa, por lo que al grueso no le afecta». Pero apunta su relevancia sobre las compras al extranjero: «Puede venir mejor porque va a frenar las importaciones. Un euro débil va a evitar a que se pueda importar tanto».

«Un euro débil para una Europa fuerte»

Y en esta época de acecho del fantasma de la deflación, «un euro con menor valor incrementaría el costo de las importaciones y los precios potenciales de las exportaciones, lo que elevaría la tasa conjunta de inflación de la Eurozona. La devaluación también estimularía el crecimiento promedio del PIB de la Eurozona mediante un impulso de las exportaciones y alentaría a los europeos a sustituir productos y servicios producidos localmente por productos importados. Aunque la competitividad en la Eurozona no se vería afectada, un euro depreciado mejoraría significativamente el balance externo con el resto del mundo», escribía Martin Feldstein, profesor de Harvard, en este diario a finales de mayo, en donde alentaba al BCE a meter mano en los tipos de cambio, ya que «solucionaría muchos de los problemas económicos actuales». La tribuna tenía un título elocuente: «Un euro débil por una Europa más fuerte» .

Pero también existe la otra cara de la moneda, la de un euro devaluado que perjudica a las empresas que importan materias primas de Estados Unidos o de los países emergentes. En teoría, esto también debería extrapolarse al petróleo y paralalemente al precio de la gasolina que repostamos en nuestros coches, pero la experiencia demuestra que esto no siempre ocurre. Y, en cualquier caso, la situación perjudica a los europeos que viajen a otros países fuera del área comunitaria, ya que su poder adquisitivo disminuye.

Independientemente de las ventajas y los riesgos de esta devaluación del euro, los analistas consultados coinciden en la importancia relativa de esta caída, puesto que no es un desplome, y fijan diferentes horizontes para estudiar la tendencia bajista. «La idea es que el suelo lo tenemos cerca del 1,33 dólares por euro. Si se rompe será 1,32. Pero pensamos que de aquí a final de año se moverá ligeramente por encima», afirma Martínez. Y Díez apunta a un plazo más amplio: «Hay entidades que lo sitúan por debajo de 1,3 como zonas factibles. A finales de 2015 y 2016 podría ser real, incluso lo podríamos ver un poquito antes».

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