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consumo asociado

Una «start-up» lanza una iniciativa para obtener la gasolina más barata este verano

Lo llaman inteligencia colaborativa desde Iamtogether y consiste en que negociando con una empresa, si se suma un gran número de clientes, estos resultan beneficiados de suculentos descuentos. La primera oferta dura desde el 7 al 27 de julio

Una «start-up» lanza una iniciativa para obtener la gasolina más barata este verano abc

E. MONTAÑÉS

Hay experiencias de vida que marcan el paso siguiente. Y redirigen el resto del camino . Ese punto de inflexión llegó para un ingeniero industrial catalán, Darius Funallet, de la mano de una anécdota que le sucedió durante la temporada que residió en Brasil y Argentina. En el primero de los países se enfrentó a un anhelo que se puede juzgar, en principio, como algo superficial: arribar a un extremo del país que era un reclamo popular para los amantes del surf. El viaje era muy caro y se «asoció» con un grupo de chicos americanos para ir juntos y llegar al destino deseado. «Fue la primera vez que, conscientemente, apliqué la inteligencia colaborativa», explica Funallet, que esta semana ha disertado sobre este término en un encuentro en Madrid.¿Qué es eso del consumo colaborativo? Lo que llaman inteligencia colaborativa desde Iamtogether, el proyecto dentro de la empresa 3Dumas que creó Funallet de vuelta en España, es una fórmula de asociación de los consumidores desde su yo («I», sujeto en inglés) personal para ir de la mano juntos («together») y conseguir la máxima rentabilidad de las empresas. En realidad, no sitúa a los clientes frente a frente a una empresa para que los primeros defiendan sus condiciones e intereses, sino que trabaja en un movimiento colaborativo para que resulten beneficiados unos y otros.

Un ejemplo que lo explica claramente es la iniciativa que lanzan desde este lunes 7 de julio en la web de Iamtogether. Primero, han negociado con las estaciones de servicio que participan en el reto conseguir el mejor descuento directo en la compra de combustible en España. Segundo, los usuarios que deseen participar se dan de alta en la web donde pueden adquirir online tarjetas prepago con diferentes importes, desde 50 a 250 euros. La oferta «vence» el 27 de julio, día de conclusión de este proyecto, y es esa jornada cuando se hace efectivo el cobro al usuario.

«Los humanos se asocian por interés personal, pero si tras él hay un beneficio común, mejor»Es decir, todos los desafíos de Iamtogether nacen de marcar el número necesario de participantes y el tiempo establecido para superarlos. Si se logra, esos usuarios obtienen de la compañía lo prometido y así consiguen que los consumidores y las grandes empresas de servicios básicos equiparen sus fuerzas e igualen su poder de negociación. En concreto en esta oferta, si logran vender cinco millones de euros en combustible en esos 21 días (tres semanas), se cobra el importe al usuario y se envía la tarjeta prepago, por lo que aplican el jugoso descuento de 0,13 euros por litro de hidrocarburo.

Ganancias para todos

Éste no es más que el primer desafío planteado por esta empresa o «start-up» que lleva gestándose de la mano de Funallet y su esposa Juliana de Oliveira da Rocha desde 2012, pero que comienza ahora a dar sus frutos en la pelea por el ahorro individual. «El ser humano se asocia por un interés personal, aunque si tras él hay un beneficio común , mejor», sintetiza en un titular el emprendedor radicado en Barcelona. Es lo que se conoce como «win-win» o que de una asociación ganen «todos». El rédito es para la compañía, que logra una masas de clientes que no tenía, y para el consumidor, que consigue el servicio al mejor precio.

Los próximos desafíos pasan por alinearse para conseguir incentivos de empresas de telefonía u otros servicios que a menudo plantean problemas a los consumidores. De hecho, Funallet comenta que su experiencia para dar de alta dos líneas telefónicas le llevó a colegir que «las ofertas son unilaterales» y que en la práctica en este sector del mercado «las condiciones las marca la empresa, dejando al consumidor sin la posibilidar de negociar ningún punto». Contrasta ese dato con «las compañías de coches competidoras, que se alían para comprar las piezas básicas juntas y obtener precios más asequibles». Entonces, su pregunta pensada en alto es «¿por qué los usuarios no pueden hacer lo mismo y negociar con las grandes empresas, sin necesidad de ser grandes organizaciones?».

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