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«Wall Street Journal» asegura que ha regresado el «apetito inversor» por el ladrillo español

El rotativo norteamericano pone como ejemplo la salida a Bolsa de las Socimis del interés por el sector inmobiliario

«Wall Street Journal» asegura que ha regresado el «apetito inversor» por el ladrillo español Roldán Serrano

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La positiva reacción de los mercados a la reciente salida a bolsa de dos sociedades anónimas cotizadas de inversión en sector inmobiliario (Socimi) constata el apetito de los inversores por el sector inmobiliario español, según destaca el diario « The Wall Street Journal ». «El éxito de las Socimi en atraer capital constata un apetito de los inversores por las propiedades españolas», apunta el periódico, que calcula que al menos quince de estas sociedades inmobiliarias se han registrado ya ante las autoridades fiscales españolas.

La semana pasada, Hispania Activos Inmobiliarios , participada por George Soros y John Paulson, logró captar 500 millones de euros con su OPV, poco después de que Lar España Real Estate lograra 400 millones con su salida a bolsa. Los expertos inmobiliarios consultados indicaron que este interés por el «ladrillo» español responde a los relativamente superiores intereses del sector inmobiliario en comparación con las bajas retribuciones en los mercados de capitales.

«Hay una plétora de dinero viniendo a España», apunta Rupert Lea, socio de Cushman & Wakefield Spain. En este sentido, el rotativo norteamericano destaca que la inversión en inmuebles comerciales en España sumó 5.200 millones de euros en 2013, el doble que un año antes, de los que más del 70% correspondió a dinero procedente del exterior, principalmente Norteamérica.

No obstante, los expertos consultados advierten de que la «anemia económica» siembra dudas sobre si los inversores verán recompensadas sus apuestas, ya que los alquileres no podrán subir si las empresas no generan empleo y los consumidores no aumentan el gasto. Asimismo, el diario de referencia en Wall Street reseña las críticas recibidas por el hecho de que estas sociedades en Irlanda y España sean gestionadas de forma externa por compañías independientes en vez de contar con sus propias estructuras y empleados, lo que implica mayores costes y abre la puerta a potenciales conflictos de interés.

Por otro lado, algunos analistas recuerdan que estos vehículos de inversión inmobiliaria representan un riesgo para los inversores, que desconocen qué tipo de activos inmobiliarios finalmente adquirirán. Algunos grandes inversores apuestan más a la recuperación macroeconómica de España que a un interés específico en estas OPV, señala Charles Boissier, analista de Green Street Advisors.

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