El fracaso de la subasta de Catalunya Banc precipitó la salida de Todó y su equipo
El expresidente de la entidad contaba con el apoyo del FROB para sanear la caja, pero se lo retiró después de suspender hasta en dos ocasiones la venta de la antigua caja catalana
ABC
Adolf Todó se defendía de su posible responsabilidad en el «agujero» destapado en CatalunyaCaixa alegando que cuando en 2008 asumió las riendas de la caja lo hizo «como bombero y no como pirómano». Que a su llegada se encontró con una entidad lastrada por una ... descomunal expansión en el negocio del ladrillo orquestada por la anterior dirección. Así se lo trasladó entonces al exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que lo respaldaba para intentar sanear el grupo. El banquero admitía que la única solución era la nacionalización y su posterior venta. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tras rescatar la entidad, le entregó los mandos del banco para llevar a cabo esa tarea, pero se los quitó al ver cómo la subasta de la caja fracasaba hasta en dos ocasiones .
—¿Cuándo y por qué decide el FROB la salida de Todó y Masana?
—El organismo dirigido por Antonio Carrascosa y dependiente del Ministerio de Economía fuerza la salida de la cúpula de Catalunya Banc en mayo de 2013, tras fracasar por segunda vez la subasta de la entidad. Además, tanto el Fondo como Economía achacan al equipo de Todó cierta pasividad a la hora de reestructurar la caja: es decir, la dirección de Catalunya Banc apenas había puesto en marcha los ajustes de red, oficinas y balance exigidos en su plan de saneamiento, a diferencia del esfuerzo hecho en las otras entidades nacionalizadas.
—¿Por qué se suspendió la venta de Catalunya Banc?
—La puja por la antigua caja catalana se suspendió por primera vez en junio de 2012; el FROB justificó entonces que era necesario paralizarla porque se acababa de iniciar un test de estrés a la banca española para determinar las ayudas que la Comisión Europea tendría que inyectar al sector. En el segundo intento, en marzo del año pasado, la subasta queda desierta: el Fondo no acepta ninguna de las ofertas recibidas por Catalunya Banc, pues todas las entidades interesadas en hacerse con el banco solicitan nuevas ayudas para hacerse cargo de ella. Todó manifiesta entonces su desacuerdo con esa decisión, y advierte de que paralizar la subasta es un error porque el balance de Catalunya Banc se seguirá deteriorando.
—¿Por qué el juez obliga a readmitir a ese equipo directivo o a indemnizarlo?
—El FROB justificó como procedente el despido de Todó y su consejero delegado, Jaume Masana. Sin embargo, y ante el recurso de estos, el juzgado de los social número 8 de Barcelona entiende que las cartas de despido presentadas por el Fondo carecen de hechos concretos y determinados y están repletas de comentarios genéricos.
—¿Cómo llega Todó a la presidencia de Catalunya Banc?
—Todó había sido director general de Caixa Manresa desde 1995. En 2008 es nombrado director general de Caixa Catalunya en sustitución de Josep María Loza. Posteriormente, en 2010, esta entidad se fusiona con las cajas de Tarragona y Manresa en un nuevo grupo CatalunyaCaixa. En octubre de 2011, después de la nacionalización de la entidad, el FROB nombra a Todó presidente del grupo en sustitución de Narcis Serra.
—¿Cuál es la responsabilidad de Todó y su equipo en la situación financiera de la entidad?
—Durante su comparencia en la comisión de investigación abierta por el Parlamento de Cataluña sobre las cajas de ahorros de la región, Todó culpó al anterior director general de Caixa Catalunya, Josep María Loza, del 95% de los problemas de la entidad, que en 2012 perdió 11.856 millones de euros y ha necesitado un total de 12.050 millones en ayudas públicas. El exbanquero defiende entonces que su llegada a la entidad se produce «como bombero y no como pirómano». Sin embargo, y durante su mandato, las cuentas de la entidad continuaron deteriorándose.
—¿Está siendo investigada la gestión del banquero por la justicia?
—Sí. El expresidente de Caixa Catalunya, Narcís Serra, el entonces director general, Adolf Todó, y otros 52 miembros del consejo de administración en 2010 han sido imputados por administración desleal, al haber pactado unos salarios «desproporcionados» pese a la situación «crítica» de la entidad.
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