Bankia personaliza su acción social
La cuantía destinada a cada proyecto solidario se liga a los objetivos de negocio de un centro de empresa de la entidad
l. p. a.
Bankia empieza a volver a la normalidad. Una vez pasada la tormenta financiera, recupera resultados y retorna el camino hacia la privatización . Además, la entidad puso en marcha en 2013 un programa de acción social bastante innovador, denominado Red Solidaria Empresas 2013, que tendrá ... continuidad en 2014. Su singularidad está en la fórmula con la que se asignan las dotaciones y se eligen los proyectos: la cuantía económica se vincula a los objetivos que consiguen los trabajadores de una oficina; y son ellos mismos los que proponen el proyecto solidario al que se destina la ayuda.
Esta fórmula es clave, explica David Menéndez, director de responsabilidad social corporativa de Bankia, para asegurar la sostenibilidad de la acción social , tan afectada por la crisis económica. Debido a esa sequía, Bankia explica que se ha centrado en las que consideran las «necesidades más acuiciantes»: vivienda, empleo, nueva probreza y discapacidad. Por ahora, el proyecto se ha limitado a los centros de empresas. Pero en 2014 se extenderá a la red de particulares.
El gran impacto de este programa se percibe a nivel local, ya que las ayudas recaen en asociaciones ligadas al entorno de los centros de empresa. Los proyectos deben ser lo más «cercanos» posible. Una característica que pretende motivar a los empleados, comprometidos con los proyectos que se desarrollan en su entorno. «Se fomenta la motivación y el compromiso». Los empleados mantienen, una vez en marcha, el contacto con la asociación con la que colaboran.
¿Cómo se articula el programa? Se seleccionan unos objetivos de cada centro de empresa y, cuanto mayor resultados tiene el centro, mayor es la dotación que se aporta para el proyecto solidario que elijan los empleados. El tope es de 10.000 euros, para que el dinero se destine realmente a proyectos locales. Una vez que se asigna la dotación, los empleados escogen (por unanimidad) el proyecto que quieren apoyar y lo proponen a Bankia, que realiza un trámite de aprobación.
Según datos de la entidad , el programa ha sumado más de 660.000 euros de inversión en 2013. Esto ha permitido cubrir 66 proyectos desplegados por más de 50 ciudades. En total, ha habido más de 41.000 beneficiarios. De todos los proyectos, la entidad recoge que el 50% de ellos han sido sobre ayudas a discapacitados. De los demás, más del 40% ha ido dirigido a proyectos relacionados con nueva pobreza; y el resto, a personas mayores, afectadas por enfermedades como el alzhemier o el parkinson.
Ejemplos de todo tipo
Entre los proyectos apoyados por Bankia, hay iniciativas de todo tipo. Como un programa para cubrir las facturas eléctricas de 50 familias con niños que tienen graves dificultades económicas en la localidad de Alzira, Valencia. O la Asociación la Rueca, en Madrid, que da meriendas y cenas a 50 niños de familias con riesgo de exclusión social. Y muchos más.
El reconocimiento empieza a llegar, pero lentamente. La crisis ha dejado en muy mal lugar a las entidades financieras a los ojos de los consumidores. «Estamos venciendo esos prejuicios, de menos a más». Además, el grifo de las convocatorias para proyectos solidarios se ha cerrado con fuerza con la crisis. La entidad financiera señala que algunas asociaciones «nos han dicho que somos el primer banco que vuelve» a abrir las puertas.
Ángela María Peco, coordinadora de la asociación Coraje, afincada en Malagón (Ciudad Real), apunta que sin este empujón hubieran tenido que suspender un proyecto de hipoterapia y equitación terapeútica para mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad. «Realizamos, sobre todo, trabajos físicos, de equilibrio, psicomotricidad, de autoestima... Se trabaja con los que necesitan más estimulación física», explica. La asociación también va a destinar la subvención a la compra de una furgoneta adaptada, aunque todavía no han conseguido la cantidad que necesitan. Cree que la gente no conoce este tipo de acciones por parte de las entidades financieras.
Otra asociación beneficiaria ha sido Aspace Navarra, que atiende a personas con parálisis cerebral. En concreto, según nos explica Rafael Olleta, su director general, Bankia ha apoyado un proyecto de atención temprana a niños con parálisis cerebral de 0 a 6 años. «Esta ayuda ha permitido consolidar el programa», afirma. «Nos pareció novedoso que fueran los trabajadores los que nos dieran la ayuda. En Pamplona sí tuvo repercusión».
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