¿Cómo se abre una cuenta bancaria en Suiza?

Lo cierto es que los procedimientos para abrir una cuenta en el país no difieren mucho de los de un banco nacional. Cualquier español mayor de edad puede abrir una cuenta bancaria o realizar otras inversiones financieras en Suiza en cualquier divisa. De hecho, es posible abrir la cuenta a través de internet sin que los trámites sean mucho más complejos que en España. «Si bien algunos bancos privados requieren de un depósito mínimo –al igual que en España–, los bancos comerciales no exigen un saldo de apertura mínimo para una cuenta normal de ahorros», afirma el abogado experto en fiscalidad internacional del Despacho Montero I Aramburu, Jorge Sánchez. En función de cada entidad, las condiciones son distintas .

Llega el momento de ponerse ante las puertas de los gigantes «Quién oculte ganancias en Suiza pagará un 35% de retención allí»suizos y decir eso de «Quiero abrirme una cuenta bancaria». HSBC , banco de origen británico pero que cuenta con una sede en Ginebra, está entre los cinco más importantes del mundo tanto en activos como en capitalización bursatil. Fue de allí de donde Herve Falciani obtuvo un disco duro con información sobre 130.000 cuentas ocultas, de las que más de 3.000 eran de españoles.

Según declaran desde la entidad cada nuevo cliente de banca privada –dirigida a grandes patrimonios– será sometido al sistema (know your client), que «intenta conocer el origen del patrimonio de la persona y de asegurarse de que cumple con sus obligaciones fiscales», al igual que ocurre en España en este tipo de servicios financieros. Además, aunque en el caso de la banca comercial no existe un mínimo de depósito, en banca privada la cuenta de HSBC deberá tener una cantidad mínima en torno a 3 millones de dólares (2,2 millones de euros). En la banca patrimonial española, este mínimo ronda normalmente los 100.000 euros (si bien puede ser superior o inferior según cada entidad).

En el caso del banco UBS, en una cuenta de ahorro normal no se exigen cantidades mínimas, pero se cobran 30 francos mensuales (288 euros anuales) por mantenimiento. A partir de determinadas cantidades hay facilidades. A los clientes que tengan en depósito superior a 50.000 francos suizos (40.600 euros) no se les cobrará nada. Tampoco a aquellos que residan en Alemania, Francia, Italia o Austria (países fronterizos con Suiza junto a Liechtenstein) y domicilien una nómina de al menos 500 francos (406 euros) o aquellos que contraten una hipoteca con UBS.

Aunque existe el secreto bancario de cara al extranjero, en Suiza es imposible abrir una cuenta anónima. Además, las entidades helvéticas se reservan el derecho de rechazar a un solicitante si consideran que es una persona «políticamente expuesta», es decir, «que pone en riesgo «En Suiza puede ser titular de una cuenta un código numérico»su reputación como banco» ante un posible escándalo, según explica la Asociación de Banca Suiza . También pueden rehusar la petición de alguien del que tengan dudas sobre el origen de sus fondos, ya que los bancos helvéticos tienen prohibido por ley aceptar dinero que pueda tener un origen ilícito.

La máxima expresión del secreto bancario son las llamadas cuentas numeradas, donde en lugar de atribuirla a un particular, se le atribuye a un código. Solo unos pocos empleados de la entidad conocen la identidad del cliente pero, como señalan desde la Asociación de Banca Suiza, a efectos de preservar el anonimato del usuario no hay diferencia entre este tipo de cuentas y el resto de productos.

Tanto la apertura de la cuenta como su cancelación deben declararse, por cada uno de sus titulares al Banco de España a través de un Modelo denominado DD1 , en el plazo de un mes «Pueden rechazarte si eres una persona políticamente expuesta»desde la fecha de la apertura o cancelación, describe Sánchez. Si las cuentas exceden los 600.000 euros, se debe rellenar el Modelo DD2. «Las variaciones que se produzcan en el saldo de la cuenta, así como los pagos, cobros y transferencias que originen dichas variaciones, deben comunicarse también al Banco de España mediante el Modelo DD2. Si la suma de las operaciones de entrada o salida realizadas en un mes excede los 3 millones de euros, se tendrá que presentar esta declaración al inicio del mes siguiente. Si ningún mes se han realizado abonos o adeudos por encima de esta cantidad, el Modelo DD2 debe presentarse en enero del año próximo», afirma el abogado.

El Gobierno aprobó recientemente la «declaración de bienes y derechos situados en el extranjero», que se formula a través del Modelo 720 . «Tienen la obligación de presentar esta declaración cuando el saldo del conjunto de las cuentas a 31 de diciembre, o bien el saldo medio en el último trimestre del año, excedan los 50.000 euros , con independencia del número de titulares de la cuenta», apunta Sánchez que añade que solo se deberá volver a presentar el modelo 720 en el mismo ejercicio cuando se produzca una variación de 20.000 euros en el conjunto de las cuentas que hayan generado la obligación de declarar. Este año, Hacienda cerró el plazo el pasado 30 de abril y se declararon 87.700 millones de euros de ciudadanos españoles en el extranjero.

Si el inversor mantiene su residencia en España queda obligado a tributar en nuestro país: deberá integrar en su base imponible los rendimientos de la cuenta suiza, que integrarán de forma idéntica a si se hubiesen obtenido en España, confirma Sánchez. Gracias al Convenio de Doble Imposición firmado con el país helvético, los contribuyentes con el fisco español no pagarán impuestos adicionales en Suiza.

¿Y si se oculta esto? «En el caso de que el titular español de la cuenta pretenda ocultar la percepción de rendimientos en Suiza, y no autorice a su banco a desvelar a la administración suiza información sobre tales pagos, soportará en Suiza una retención tributaria del 35%, que no podrá recuperar, salvo que declare sus rendimientos en el IRPF español. De este modo, el defraudador a la Hacienda española soportará una tributación final (35% en Suiza) superior a la de quien cumple con sus obligaciones fiscales (0% en Suiza y entre el 21% y el 27% en España para 2012 y 2013). Obviamente, los defraudadores han encontrado vías para eludir también esa retención en Suiza, pero cada vez se encuentran en una posición más difícil», describe Sánchez.